Mons. Leigue: “El Señor es exigente con nosotros, quiere un seguimiento radical, NO con excusas”

El domingo 04 de septiembre, desde la Catedral de la Arquidiócesis de Santa Cruz, el Arzobispo S.E.R. Mons. René Leigue Cesarí afirmó que, No podemos poner excusas, no podemos decirle Yo quiero seguirte, pero tengo que cumplir con otros compromisos, el Señor es exigente con nosotros, él quiere un seguimiento radical, NO con excusas, sino que quien decide seguirlo, tiene que dejar todo y seguirlo.

“El mes de la Biblia es la oportunidad para profundizar la Palabra de Dios y lo que significa Él en nuestra vida”

En el mes de septiembre la Iglesia celebra el mes de la Biblia por eso hemos entronizado la Biblia y la tenemos presente, para hacerles recuerdo a ustedes, que este mes es la oportunidad para profundizar lo que es la Palabra de Dios. Les invitamos a que saquen la Biblia de la casa y puedan leerla y reflexionar la Palabra de Dios. Leer la Palabra de Dios un momento todos los días, es muy importante y aún más dar ese espacio importante a Dios en sus vidas. Leer la Palabra de Dios es importante porque nos va ser profundizar más en lo que es, y lo que significa Dios en nuestra vida.

 “Para seguirle a él, hay que aceptarlo en libertad, y sentirnos libres para seguirlo”

Jesús en el Evangelio nos habla que para seguirle hay que cargar la cruz, carguen con su cruz y síganme, más complicado todavía no, y mucho más cuanto todavía nos habla “quien quiera seguirme tiene que dejar, papá, mamá, mujer, hijo, toda la familia”, tiene que renunciar a la familia ¿eso será que es posible para nosotros? Sabemos que la familia para nosotros tiene un gran valor, no podemos separarnos de ella, no podemos abandonarla, pero aquí Jesús nos hace entender que, para seguirle a él, hay que aceptarlo en libertad, y sentirnos libres para seguirlo.

“El Señor nos llama, así como somos, con nuestras virtudes y con nuestros defectos”

¿Cuál es la cruz que tenemos que cargar? El Señor nos llama, así como somos, con nuestras virtudes y con nuestros defectos y tantas veces nuestro defecto es la cruz que cargamos. Cuantas veces nos agobian las dificultades, los problemas, cuantas veces nos sentimos que no podemos más, que justamente esa cruz de la cual el Señor nos habla, “con esa cruz sígueme, con eso que tú eres sígueme”.

 “Así como son, carguen con su cruz y síganme”

 Dios es importante en nuestras vidas. Pero en el momento de la dificultad empezamos a retroceder también y eso es lo que el Señor nos dice: “Carguen con todo lo que son, yo así los quiero a ustedes, en ese seguimiento vamos a ir aclarando las cosas y vamos a ir también alivianando nuestras dificultades.

“Es otra tentación ponerse delante del Señor, ignorar a Dios y sentirnos otro Dios”

El Señor nos invita así: Carguen con su cruz y síganme. Que en este día nosotros también podamos también reflexionar: ¿Cuál es la cruz que llevo?… ¿Con qué cruz el Señor me llama? No tenemos que escapar a los problemas tenemos que asumir nuestra responsabilidad, muchas veces la responsabilidad es muy grande, muy pesada, pero es ahí donde el Señor nos quiere y si estamos ahí es porque el Señor de alguna manera nos ha puesto en eso, ser responsable de algo. Y si el Señor nos ha puesto ahí Él sabe que nosotros podemos ir adelante, lo importante es seguirlo, siguiéndolo a Él vamos aprendiendo muchas cosas, no nos adelantemos ni nos pongamos delante de Él, porque es otra tentación ponerse delante del Señor, ignorarlo a Dios y sentirnos otro Dios.

“El Señor nos dice sígueme, no nos dice vayan delante de mí, sígueme y al seguirlo vamos aprendiendo lo que significa Dios en nuestra vida”

Que el Señor nos acompañe y nos ayude a entender que la sabiduría que Dios nos ha dado nos ayudará a entender a Dios cada día en nuestras vidas y el compromiso que tenemos cada uno para seguirle.

Homilía de Mons. René Leigue Cesarí, Arzobispo de Santa Cruz

Basílica Menor de San Lorenzo Mártir – Catedral

04/09/2022

  Un saludo cordial a todos los presentes y a los que no siguen a través de las redes sociales y los medios de comunicación. Estamos comenzando el mes de septiembre y este mes está cargado de tantas celebraciones; mes de Santa Cruz, el mes de la juventud, el mes de la primavera y muchas otras celebraciones que puede haber, pero lo que nos toca a nosotros como Iglesia, es el mes de la Biblia por eso hemos entronizado la Biblia y la tenemos presente, para hacerles recuerdo a ustedes, que este mes es la oportunidad para profundizar lo que es la Palabra de Dios. Les invitamos a que saquen la Biblia de la casa y puedan leerla y reflexionar la Palabra de Dios. Leer la Palabra de Dios un momento todos los días, es muy importante y aún más dar ese espacio importante a Dios en sus vidas. Leer la Palabra de Dios es importante porque nos va ser profundizar más en lo qué es, y lo que significa Dios en nuestra vida.

En la primera lectura hemos escuchado donde Pablo nos habla ¿Cómo podemos conocer a Dios? ¿Qué hombre puede conocer los designios de Dios? O hacerse una idea de lo que quiere el Señor, nosotros como personas, como humanos que somos, no podemos entrar en ese misterio de Dios, cuantas personas a lo mejor en esa idea, o en ese intento de entrar en los que significa Dios, en los que es Dios como tal y a lo mejor en esa búsqueda se queda, por estar buscando ¿Qué significa Dios ¿Quién es él? ¿Qué es lo que ha hecho? No puede entrar en ese misterio de Dios, pero mientras se lo va buscando, es donde se lo va siguiendo y de eso es lo que habla Pablo, ¿Quién de nosotros puede ver ese misterio de Dios? Nadie. Nos cuesta dice Pablo, entender lo que tenemos en la tierra y nos cuesta entender lo que hay en la tierra, cuanto más nos cuesta entender lo que hay en el cielo, cuanto más nos cuesta entender lo que Dios quiere que hagamos, ¿Quién puede conocer la voluntad de Dios? Nosotros decimos en el Padre Nuestro, hágase tu voluntad, y ¿Cuál es la voluntad de Dios? ¿Qué es lo que Dios quiere de nosotros? O a lo mejor entendemos que es lo que Dios quiere de nosotros, pero no siempre le damos ese espacio a él, no, hacemos nuestra propia voluntad y no la que él quiere, y en ese ambiente es donde Pablo se va preguntar en el libro de la sabiduría ¿Quién puede entender a Dios?

Jesús en el Evangelio nos habla que para seguirle hay que cargar la cruz, carguen con su cruz y síganme, más complicado todavía no, y mucho más cuanto todavía nos habla “quien quiera seguirme tiene que dejar, papá, mamá, mujer, hijo, toda la familia”, tiene que renunciar a la familia ¿eso será que es posible para nosotros? Sabemos que la familia para nosotros tiene un gran valor, no podemos separarnos de ella, no podemos abandonarla, pero aquí Jesús nos hace entender que, para seguirle a él, hay que aceptarlo en libertad, y sentirnos libres para seguirlo. No podemos poner excusas, no podemos decirle Yo quiero seguirte, pero tengo que cumplir con otros compromisos, el Señor es exigente con nosotros, él quiere un seguimiento radical, NO con excusas, sino que quien decide seguirlo, tiene que dejar todo para seguirlo.

En este sentido, cuando nos habla de la parábola del tesoro, quien consigue un tesoro, vende todo lo que tiene para comprar el tesoro que ha encontrado, el más precioso de todos, y ese tesoro es Dios, Dios en nuestras vidas, y eso es lo que él quiere, que le sigamos con toda libertad y cargar con la cruz, ¿Cuál es la cruz que tenemos que cargar? El Señor nos llama, así como somos, con nuestras virtudes y con nuestros defectos y tantas veces nuestro defecto es la cruz que cargamos. Cuantas veces nos agobian las dificultades, los problemas, cuantas veces nos sentimos que no podemos más, que justamente esa cruz de la cual el Señor nos habla, “con esa cruz sígueme, con eso que tú eres sígueme”.

El señor nos quiere como somos, si recordamos los discípulos, Él iba caminando, iba llamando a sus discípulos, no fue escogiendo aquí a ver “éste es el más inteligente” o “éste tiene una profesión” o “éste ha estudiado más que el otro… a ver, voy a elegir al que sea más estudioso, al que ha estudiado más, al que sepa entender más las cosas” Jesús eligió a sus discípulos que encontraba a los que Él quería que le sigan. Pedro, por ejemplo, un hombre entusiasta, un hombre que le ponía esa chispa, por decir así, en medio de los discípulos y era él el que tomaba la palabra cuando Jesús hablaba de la cruz que Él iba a llevar, los sufrimientos que iba a pasar, y él decía: “Jesús eso no te va a pasar, porque ahí estamos nosotros”

Jesús cuando lo apresaron ¿qué le dijo?: Pedro antes que cante el gallo tú me habrás negado…”  y eso pasó, en el momento que Pedro veía las dificultades como que retrocedía. Eso, somos nosotros, la figura de Pedro se manifiesta en nosotros ¿Cuántas veces nosotros nos entusiasmamos? A lo mejor un momento de encuentro con el Señor, un momento de oración, un momento de retiro que tengamos, nos entusiasmamos con el Señor porque realmente ahí nos damos cuenta de que Dios es importante en nuestras vidas.

Pero en el momento de la dificultad empezamos a retroceder también y eso es lo que el Señor nos dice: “Carguen con todo lo que son, yo así los quiero a ustedes, en ese seguimiento vamos a ir aclarando las cosas y vamos a ir también alivianando nuestras dificultades, por eso es que el Señor nos dice: “Así como son, carguen con su cruz y síganme”.

Nosotros a veces queremos despejar todas nuestras dudas para seguir al Señor, ¿cuándo lo vamos a lograr? Así como dice el libro de la sabiduría: ¿Cuándo, en qué momento vamos a poder clarificar en nuestra vida el seguimiento al Señor? Y si eso vamos a esperar se nos va a ir toda la vida en este mundo y nunca conoceremos al Señor.

El Señor nos invita hoy a que revisemos nuestro encuentro con Él, o nuestro seguimiento más que todo, ¿cómo estamos? ¿Estamos decididos a seguir al Señor? Y si es así, El también no anda con vueltas y dice: “Quién me sigue va a tener dificultades”, es decir que las dificultades no se van a apartar, quién me sigue va a tener sus problemas, va a tener tentaciones también” y eso nos pasa muchas veces a nosotros. A cuantas personas he escuchado que dicen: Yo cuando no iba a la Iglesia me sentía bien, ahora que voy a la Iglesia, estoy más cerca de Dios, tengo más problemas”, ¿será que Dios le ha cargado con más problemas? Yo creo que no, lo único que al seguir al Señor uno se da cuenta de las dificultades que tiene, de sus problemas que tiene y de sus pecados que tiene, entonces cuando reconoce que verdaderamente estar alejado del Señor significa cometer muchos errores, entonces es ahí donde viene ese peso de conciencia y a veces se le achaca a Dios, que al seguir a Dios hay más dificultades, no es así. Al estar alejado de Dios es cuando hay más problemas, lo único que no queremos tomarlo en cuenta y no queremos saber de Dios porque Dios siempre nos va interrogando.

Entonces el Señor nos invita así: Carguen con su cruz y síganme. Que en este día nosotros también podamos también reflexionar: ¿Cuál es la cruz que llevo?… ¿Con qué cruz el Señor me llama? No tenemos que escapar a los problemas tenemos que asumir nuestra responsabilidad, muchas veces la responsabilidad es muy grande, muy pesada, pero es ahí donde el Señor nos quiere y si estamos ahí es porque el Señor de alguna manera nos ha puesto en eso, ser responsable de algo. Y si el Señor nos ha puesto ahí Él sabe que nosotros podemos ir adelante, lo importante es seguirlo, siguiéndolo a Él vamos aprendiendo muchas cosas, no nos adelantemos ni nos pongamos delante de Él, porque es otra tentación ponerse delante del Señor, ignorarlo a Dios y sentirnos otro dios. Esa es mucha tentación en algunos, anular a Dios, no saber de Él y sentirse otro dios, que todos lo alaben, que todos lo tengan en cuenta, que sea el primero y si no lo toman en cuenta se sienten mal. Entonces eso son los problemas y las tentaciones que hay: dejar a Dios a un lado y sentirse otro dios, que lo tengan en cuenta o que se siente todo poderoso que es él el que manda y en eso no tenemos que caer, en esas tentaciones. El Señor nos dice sígueme, no nos dice vayan delante de mí, sígueme y al seguirlo vamos aprendiendo lo que significa Dios en nuestra vida.

Que el Señor nos acompañe y nos ayude a entender que la sabiduría que Dios nos ha dado nos ayudará a entender a Dios cada día en nuestras vidas y el compromiso que tenemos cada uno para seguirle.

Que así sea.

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