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Sacramento de la Unción de Enfermos

Muchas veces los sacerdotes han tenido que dejar de hacer alguna actividad porque en el momento menos esperado una familia viene a pedir que se viviste a una persona que está agonizando. Pues el sacerdote deja todo y va. En otras oportunidades algunos amigos de la misma comunidad parroquial vienen y quieren que sus padres, que están postrados, quieren confesarse o recibir la unción de enfermos. En este sentido. Es un sacramento especial que hoy se vive solo en medio de la Iglesia.

El Sacramento de la Unción de Enfermos confiere al cristiano una gracia especial para enfrentar las dificultades propias de una enfermedad grave o vejez. Se le conoce también como el «sagra viático», porque es el recurso, el «refrigerio» que lleva el cristiano para poder sobrellevar con fortaleza y en estado de gracia un momento de tránsito, especialmente el tránsito a la Casa del Padre a través de la muerte.

Lo esencial del sacramento consiste en ungir la frente y las manos del enfermo acompañado de una oración litúrgica realizada por el sacerdote o el obispo, únicos ministros que pueden administrar este sacramento.

La Unción de enfermos se conocía antes como «Extrema Unción», pues sólo se administraba «in articulo mortis» (a punto de morir).

Actualmente el sacramento se puede administrar más de una vez, siempre que sea en caso de enfermedad grave.

¿Qué es la Unción de Enfermos?

Es el sacramento que da la Iglesia para atraer la salud de alma, espíritu y cuerpo al cristiano en estado de enfermedad grave o vejez.

¿Cuántas veces puede recibir el sacramento un cristiano?

Las veces que sea necesaria, siempre que sea en estado grave. Puede recibirlo incluso cuando el estado grave se produce como recaída de un estado anterior por el que ya había recibido el sacramento.

¿Qué efectos tiene la Unción de enfermos?

La unción une al enfermo a la Pasión de Cristo para su bien y el de toda la Iglesia; obtiene consuelo, paz y ánimo; obtiene el perdón de los pecados (si el enfermo no ha podido obtenerlo por el sacramento de la reconciliación), restablece la salud corporal (si conviene a la salud espiritual) y prepara para el paso a la vida eterna.