Mon. Leigue: Nadie puede llegar a sentirse bien con Dios, si no ha tenido la experiencia del encuentro con Dios

La misa dominical 25 de febrero 2024, fue presidida por Mons. René Leigue Cesari, Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, en la Basílica Menor de San Lorenzo-Catedral Metropolitana, en su homilía dijo: “La transfiguración como talhay que hacer un camino, entonces, por ahí tiene sentido en este segundo domingo de cuaresma, un recorrido, en la cual vamos viendo esa relación que tenemos con Dios, esa relación que tenemos con los demás”.

Concelebrada por el Obispo Auxiliar Mons. Estanislao Dowlaszewicz, OFM Conv., el Vicario de Comunicación y Rector de la Catedral P. Hugo Ara, Capellán de Palmasola P. Osvaldo Peña, Seminaristas Matías Monasterio, Ivan Vargas, Oscar Vargas, Luis Fernando Franco- Seminario Mayor San Lorenzo, participaron feligreses de Santa Cruz.

“Este tiempo de cuaresma, ¿cómo estamos? Ya avanzo una semana, estamos entrando a la segunda semana, ¿cómo lo estamos viviendo?”

Hemos dicho al inicio de la cuaresma “tiempo de oración, tiempo de ayuno, y tiempo de la solidaridad; limosna- compartir con el otro, entonces el Señor nos está mostrando este es el camino, que hay que hacer, ahora ¿Qué puedo hacer yo?

Por eso le llamamos a “Abraham el Padre de la fe”, porque nos enseña: cuando uno está con Dios, al final Dios está con uno, no lo abandona, no lo deja a un lado”.

Dios no nos abandona, Dios está siempre con nosotros, y somos nosotros que a veces por nuestro orgullo, por nuestra soberbia, nuestra manera de ser, nuestra manera de no comprender a Dios, nos alejamos de Él.

“Dios es Padre, Dios es Misericordioso, Dios está ahí siempre llamándonos, y no anda con vueltas y no nos dice si estás conmigo te va ir bien las cosas; clarito esta para llegar a la transfiguración al final de la resurrección, para tener esa vida que Él nos promete, hay que pasar por momentos difíciles, para superar todo eso”.

Homilía del Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra

Mons. René Leigue Cesari

Basílica Menor San Lorenzo Catedral Metropolitana

Domingo 25 de febrero 2024

“Este es mi hijo muy amado, escúchenlo”

Hoy hemos escuchado del Evangelio, a lo mejor nos podemos preguntar ¿por qué lectura de transfiguración en tiempo de Cuaresma? Caería muy bien hablando de la transfiguración, de la resurrección al final de la cuaresma, pero creo, en este tiempo es fundamental entender esto: “Jesús nos enseña y enseña a sus discípulos la transfiguración, es decir un cambio, cambio que los discípulos notaron en Él, pero eso también les hace notar a sus discípulos y todos nosotros para que haiga un cambio, así como hubo en Jesús, la transfiguración como talhay que hacer un camino, entonces  por ahí tiene sentido en este segundo domingo de cuaresma, como hemos dicho es un camino que estamos haciendo, un recorrido, en la cual vamos viendo también, esa relación que tenemos con Dios, esa relación que tenemos con los demás. Jesús para llegar a la transfiguración ha tenido que hacer un camino, un camino de dolor, un camino de tristeza, un camino de sufrimiento y eso es lo que nos dice hoy a nosotros, para llegar a gozar de esa transfiguración, hay que hacer un camino, la cuaresma es eso, un camino en el cual nosotros avanzamos cada semana, El Señor nos va hablando y este tiempo de Cuaresma nos va animando a decir, hay que hacer penitencia, hay que escucharlo al Señor, como dice el Evangelio este es mi hijo amado escúchenlo, en este sentido como tenemos que escucharlo, escuchar lo que Él paso, escuchar lo que Él vivió, ahí también darnos cuenta, que nosotros tenemos que pasar por ahí, nadie puede llegar a sentirse bien con Dios, si no ha tenido la experiencia del encuentro con Dios y una experiencia de reconciliación con los demás, ahí está el desafió para nosotros, nadie puede sentirse bien en conciencia en este tiempo de cuaresma, si ha saltado esta parte, porque no nos sirve de nada el querer olvidarnos de las cosas, sino hemos arreglado antes, nadie puede decir ya me olvide lo que pase con alguien, ese rencor, esa rabia que tenía ya la deje a un lado, pero si, no se lo has comunicado a esa persona, sino le has pedido perdón a la otra persona, sino no has hablado con la otra persona, como te vas a sentir en conciencia bien, dejando este vacío. Entonces es lo que quiere decir el Señor, ahora, “hay que hacer un camino de mucho desafío, de mucho dolor, de mucha tristeza, pero hay que hacerlo para que podamos estar en conciencia bien, diciendo he hecho un camino en tiempo de cuaresma, he tratado de hacer bien las cosas. Pero para hacer bien las cosas debemos estar bien con nosotros mismos y los demás, de lo contrario es un querer adormecer nuestra conciencia, un querer hacer bien las cosas de los demás, pero personalmente no lo estamos haciendo bien. Cuando nos dice: Escúchenlo, nos está diciendo eso escúchenlo, todo lo que ha pasado, todo lo que ha dicho y todo lo que va diciendo, que hay que hacer para llegar a experimentar esa transfiguración, que es el signo de la vida nueva, Jesús nos muestra eso.

Este tiempo de cuaresma, ¿Cómo estamos? Ya avanzo una semana, estamos entrando a la segunda semana, ¿Cómo lo estamos viviendo? Y aquí habría que poner unos signos diferentes a cualquier otro tiempo litúrgico, porque también como que nos acostumbramos, a pasar lo mismo, hacer lo mismo, tenemos que buscar momentos, de cómo vivir de manera diferente.

Estamos pasando momento muy difícil, tanto esperábamos la lluvia y está cayendo la lluvia, Gracias a Dios, porque era necesario, pero hay momentos difíciles en algunos lugares, por eso en nuestra ciudad los canales ¿Cómo estarán ahora? Que eso no se ha visto que haigan trabajado mucho, los barrios ¿Cómo estarán ahora? Ni que decir otros departamentos, hemos estado escuchando la noticia, son momentos de tristeza, de dolor, es aquí cuando El Señor nos llama.

Hemos dicho al inicio de la cuaresma “tiempo de oración, tiempo de ayuno, y tiempo de la solidaridad; limosna- compartir con el otro, entonces el Señor nos está mostrando este es el camino, que hay que hacer, ahora ¿Qué puedo hacer yo?, en estos momentos preciso, nuestras autoridades nacionales, departamentales, también cada uno de nosotros frente a esta realidad que vivimos ¿Qué podemos hacer?, olvidándonos de todo lo demás que estamos pasando, no faltan dificultades, no faltan problemas, pero es aquí donde el Señor nos dice: “Esto es el camino que hay que hacer, Escúchenme, sean solidario, compartan con otros, estén atentos a las necesidades de los demás, a ustedes los invito nos dirá el Señor, que hagan algo por los otros, ahí se manifiesta nuestra fe profunda como la tuvo Abraham. Dios le llama a Abraham, que le dé un sacrificio, que le dé a su hijo, imagínense le pide de sacrificio a su propio hijo, que nos dice la lectura, que Dios, ahí constato la fe de Abraham, la fidelidad de Abraham a Dios, esa promesa que Dios le hizo a Abraham, de tener la tierra prometida. Pero ese compromiso de Abraham hacia Dios, la fidelidad a Él, el compromiso de decirle: pídame lo que tú quieras y yo ahí estaré. Cuando le pide a su hijo, no se lo niega. Ahí se da cuenta Dios que Abraham, es fiel, que Abraham no va con vueltas, de decir una cosa ahora y mañana lo niega, o mientras las cosas estas bien ahí estoy, y cuando hay problemas no sé qué hago, o desaparezco, Abraham muestra la fidelidad a Dios; y eso reconoce Dios, cuando ve que Abraham pone a su hijo en el lugar de sacrifico. Y le dice ahora me doy cuenta que realmente tú eres fiel y tú cumple lo que prometes. Luego Dios le dice no sacrifiques a tu hijo, sino hay que hay un cordero para que lo hagas. Abraham se sentirá contento por esto, porque imagine por esa promesa, por ese compromiso, por esa fidelidad a Dios iba a dar a su hijo; después Dios le dice detente ahí, seguro también el agradecimiento a Abraham, esa es la fe que tenemos que tener nosotros, frente a aquellos momentos difíciles que tenemos, ahí debe salir nuestra fe, debe manifestarse nuestra fe. A veces mientras las cosas están bien, nuestra fe también está bien, pero cuando hay problemas serios, problemas personales, problemas en la sociedad, alguna enfermedad, ahí viene esa tentación de decir ¿será que Dios me escucha?, ¿será que Dios está conmigo? O a veces cuando nos está pasando algún problema, viene esa tentación de decir ¿será que el Señor me está castigando? ¿Será que es eso Dios?

Si hablamos que hay un Dios Padre Misericordioso, qué está con nosotros, entonces ¿la desconfianza de quién viene? De parte de nosotros. Esta presencia de Abraham es para meditarla, seguir profundizando, por eso le llamamos a “Abraham el Padre de la fe”, porque nos enseña “que cuando uno está con Dios, al final Dios está con uno, no lo abandona, no lo deja a un lado”.

En este tiempo de cuaresma, los invito a que sigamos profundizando este camino que hizo Jesús, pasando por las dificultades, problemas, desprecios y tantas cosas que Jesús pasó, para llegar a la transfiguración, qué esto no nos desanime a nosotros, que no estamos fuera de todo esto. Que no nos sintamos que Dios nos abandonó, cuando estemos en estos momentos difíciles es ahí donde debemos gritar, más. Que Dios no nos abandone y que nosotros, no abandonemos a Dios.

También con la experiencia de un ser querido, cuando se va, tanto hemos hecho, tanto hemos trabajado por un ser querido y al final parte de este mundo, ahí también viene eso, como que se la agarran con Dios, ¿Por qué? Porque no resultó lo que yo te pedía, más bien me alejo de ti, hay personas que lo han vivido así, difícil, triste, duro, a veces pareciera que Dios es el culpable de todo lo que paso, por eso se alejan de Dios, los invito a estas personas que piensan así, o que están pasando momentos así también. Dios no nos abandona, Dios está siempre con nosotros, y somos nosotros que a veces por nuestro orgullo, por nuestra soberbia, nuestra manera de ser, nuestra manera de no comprender a Dios, nos alejamos de Él. No es que Él se aleja de nosotros, y a veces por no hacer las cosas bien, tenemos que pagar por nuestras culpas, pero Dios está ahí, no nos abandona, no nos alejemos de Él, no nos las agarremos así, por ciertas cosas, experiencias negativas de la vida, para abandonar a Dios. Dios es Padre, Dios es Misericordioso, Dios está ahí siempre llamándonos, y no anda con vueltas y no nos dice si estás conmigo te va ir bien las cosas; clarito esta para llegar a la transfiguración al final de la resurrección, para tener esa vida que Él nos promete, hay que pasar por momentos difíciles, para superar todo eso. Si somos perseverantes y fiel como Abraham, al final tendremos ese premio que Él nos ha prometido.

Los hemos hablado al inicio de la Cuaresma, 5to. Domingo de cuaresma es un día especial, domingo de solidaridad, pero no nos quedemos ahí, esperando sólo el quinto domingo, hagámoslo en este tiempo de cuaresma, ser solidario con los demás, especialmente en este tiempo, estar atento a las necesidades de nuestros hermanos. QUE ASÍ SEA.

fuente: Prensa ASC

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