De niña traviesa a leyenda: La historia de Gladys Moreno

La legendaria cantante cruceña Gladys Moreno revive en las páginas de «El alma del canto boliviano», una biografía que narra su apasionante vida y obra, escrita por el periodista Javier Méndez Vedia

La legendaria cantante cruceña Gladys Moreno revive en las páginas de «El alma del canto boliviano», una biografía que narra su apasionante vida y obra, desde su infancia traviesa hasta su madurez como artista consagrada. La presentación del libro se realizará este jueves, 29 de febrero, a las 19:00 en el Centro de la Cultura Plurinacional (CCP). Su autor, el periodista Javier Méndez Vedia, revela en una entrevista con EL DEBER los detalles de esta obra imperdible.

– ¿Qué detalles se cuentan en la biografía?

Es un libro que narra a la Gladys Moreno niña, traviesa, díscola; también la Gladys Moreno joven, comprometida con su canto y con su pueblo; a la Gladys Moreno madura que supo unir con su voz a toda Bolivia; y finalmente a la mujer reposada, sencilla y lúcida entregada a su familia, entregada a su día a día, a su hija y a su esposo, y a visitas esporádicas de artistas, especialmente en su cumpleaños cuando su casa de la calle Murillo se convertía en un centro artístico para homenajearla, en el que todos cantaban para ella y ella solamente escuchaba.

Fue una mujer que supo estar en la época de oro de la música cruceña, de los años 50, cuando confluyeron los talentos de compositores y poetas locales y andinos, que escribieron algunos textos específicamente para ella. Es el caso de Raúl Otero, que le dedicó un poema emocionado por esa voz única que ella tenía y que fue calificada por los expertos como una voz educada, pese a que ella decía que tenía una voz analfabeta y salvaje.

– ¿Cómo nace la idea de escribir un libro sobre la Gladys Moreno?

Yo sospecho que antes de la idea se iba gestando una especie de conspiración, vamos a decirlo así. Porque dos o tres veces a la semana, despertaba yo con la voz de mi padre cantando: “De mañaninga vendí todo el huiro / Y nada tengo que hacer por aquí / Pa la querencia me tira la yunta / Ay, peladinga, mi curucusí”.

Y se me fue instilando en el alma esa música. Poco después escribí en  el periódico EL DEBER algo sobre Gladys Moreno, que coincidió con un conversatorio al que asistieron Ana Carola Tomelic Moreno, la hija de Gladys; Armando Terceros, el compositor, que además le dedicó una canción; y Edson Hurtado. Hablamos un poco de Gladys, por supuesto, Armando con mayor vivencia, porque la acompañó en muchos momentos de su vida artística. Supongo que por ahí se fue gestando la iniciativa de hacer una biografía, que no es la primera, es parte de una colección de la Biblioteca Biográfica de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia. Así nace la idea de escribir este libro, un poco por iniciativa institucional y otro poco por interés personal.

– ¿Cómo inició el proyecto?

Ana Carola Tomelic Moreno, la hija única de doña Gladys, se emocionó durante las entrevistas y contó detalles que quizás contó en otras ocasiones, pero para mí me sonaban como si fuera la primera vez, y me fueron mostrando diferentes facetas de Gladys Moreno.

Las travesuras de niña, cuando su abuela la perseguía y ella se iba al aljibe, se agarraba del balde y le decía “Si vos me molestas, me tiro al pozo”. Esa era Gladys desde niña. Esa misma personalidad decidida y comprometida la vemos años después cuando hay momentos difíciles políticos en Santa Cruz, cuando se reclamaba el 11 por ciento, ella también correteaba llevando agua y comida a quienes estaban movilizados.

Y está la Gladys joven con la voz ya madura, que además fue descubierta por su padre cuando canta en la casa en un evento familiar.

Entonces el padre comienza a hacerla cantar en varios lugares y así su fama fue creciendo hasta que la invita doña Lola Sierra de Méndez a grabar su primer sencillo. Ella cantaba en el coro del colegio Inglés Católico en La Paz.

– ¿Se tiene registro a qué edad ella empezó a cantar o fue cuando la descubrió su papá?

Doña Lola Sierra de Méndez la invitó a grabar su primer disco, cuando ella tenía unos 14 o 15 añosSi sacamos cuentas, ella nació en 1933, así que era un adolescente. Meses después de la Guerra del Chaco, quizá como una compensación por la conflagración que se venía, alguien habrá dicho que se consuelen los bolivianos con esta voz, que nació 7 meses después de iniciar la guerra. Y así, en los años 40 y 50, ella está en la cresta de la ola de la época de oro de la música cruceña con grandes compositores.

– ¿Cuál es el número de la producción discográfica de Gladys Moreno? 

Hay cómo 8 o 9 discos. Felizmente ya estaba la tecnología de grabación desarrollada para esa época, si bien no en Bolivia pero sí en Brasil, donde le resultó más fácil grabar. Lo hizo con la orquesta de Daniel Salinas. Ahí tenemos, por ejemplo, Bailando con Gladys Moreno, un disco en el que está Trago Patrón y otros temas más que se bailaron en todo el país.

– ¿Es un justo homenaje para Gladys Moreno que toda su obra y su historia está resumida en este libro?

Santa Cruz todavía no ha compensado lo que Gladys Moreno le entregó. Carlos Gardel tiene un museo en Buenos Aires. Gladys no tiene un museo en Santa Cruz. No se trata de una voz cualquiera, es una voz privilegiada que no surge cada 10, cada 20, cada 50 años. Es una voz que surge cada 1.000 años. Lo dijo don José René Moreno Kreidler. En Argentina hay una voz que es Carlos Gardel, que puede surgir cada 300 años. Jorge Negrete, en México puede surgir cada 500 años. Pero una Gladys va surgir cada 1.000 años en Bolivia.

– El libro incluye bastante material fotográfico, ¿De dónde fue recopilado?

Con apoyo de la familia y también con el apoyo de los responsables que trabajaron en el libro desde el Centro Cultural Plurinacional. Un equipo de diseño trabajó y apoyó dándole forma al texto. También incluye recortes de periódicos, afiches, tapas de sus discos.

Entre las fotos está el monumento de Gladys Moreno en Manzana Uno. El monumento me gusta porque está casi a flor de piso, cerca del pueblo, como a ella le gustaba estar. Fue elaborado por Juan Bustillos y tiene un texto del poeta Óscar “Puki” Gutiérrez. 

El libro incluye además pequeños textos, como el de Cachín Antezana, que abre un libro de ensayos titulado “La Pascana que quiero alcanzar”. 

FUENTE: ELDEBER

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