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Sacramento de la Confirmación
Este sacramento es uno de los 7 sacramento cuya esencia está en la transmisión del Espíritu Santo a la vida del cristiano. Por la impresión del Espíritu Santo nos comprometemos a vivir una vida cristiana madura.
La misma palabra, Confirmación que significa afirmar o consolidar, nos dice mucho.
El día de Pentecostés cuando se funda la Iglesia los apóstoles y discípulos se encontraban reunidos junto a la Virgen. Estaban temerosos, no entendían lo que había pasado creyendo que todo había sido en balde se encontraban tristes. De repente, descendió el Espíritu Santo sobre ellos quedaron transformados y a partir de ese momento entendieron todo lo que había sucedido, dejaron de tener miedo, se lanzaron a predicar y a bautizar.
La Confirmación es “nuestro Pentecostés personal”. El Espíritu Santo está actuando continuamente sobre la Iglesia de modos muy diversos. La Confirmación al descender el Espíritu Santo sobre nosotros – es una de las formas en que Él se hace presente al pueblo de Dios.
Institución
El Concilio de Trento declaró que la Confirmación era un sacramento instituido por Cristo, ya que los protestantes lo rechazaron porque – según ellos – no aparecía el momento preciso de su institución. Sabemos que fue instituido por Cristo, porque sólo Dios puede unir la gracia a un signo externo.
Además encontramos en el Antiguo Testamento, numerosas referencias por parte de los profetas, de la acción del Espíritu en la época mesiánica y el propio anuncio de Cristo de una venida del Espíritu Santo para completar su obra. Estos anuncios nos indican un sacramento distinto al Bautismo. El Nuevo Testamento nos narra como los apóstoles, en cumplimiento de la voluntad de Cristo, iban imponiendo las manos, comunicando el Don del Espíritu Santo, destinado a complementar la gracia del Bautismo.
“Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran al Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían al Espíritu Santo”. (Hech. 8, 15-17;19, 5-6).
El Signo: La Materia y la Forma
Dijimos que la materia del Bautismo, el agua, tiene el significado de limpieza, en este sacramento la materia significa fuerza y plenitud. El signo de la Confirmación es la “unción”. Desde la antigüedad se utilizaba el aceite para muchas cosas: para curar heridas, a los gladiadores de les ungía con el fin de fortalecerlos, también era símbolo de abundancia, de plenitud. Además la unción va unido al nombre de “cristiano”, que significa ungido.
La materia de este sacramento es el “santo crisma”, aceite de oliva mezclado con bálsamo, que es consagrado por el Obispo el día del Jueves Santo. La unción debe ser en la frente.
La forma de este sacramento, palabras que acompañan a la unción y a la imposición individual de las manos “Recibe por esta señal de la cruz el don del Espíritu Santo” (Catec. no. 1300) . La cruz es el arma con que cuenta un cristiano para defender su fe.
Jóvenes: Todos que son bautizados y haya hecho la primera comunión, están invitados para participar de este sacramento. Dado que nos compromete a vivir un vivía más activa en la vida cristiana y en medio de la iglesia nos preparados adecuadamente por el lapso indicado por la arquidiócesis.
Todos los jóvenes entre 14 a 20 años están invitados a participar de la catequesis que dura 2 años continuos. Viniendo a un encuentro semanal, durante el año lectivo. Al culminar los dos años se preparan para recibir el sacramente de manos del Obispo del lugar. Con el sacramento recibe la unción que le dará fuerza también para defender su fe y comprometerse a vivir activamente en la iglesia.