Una parroquia misionera, comunidad de comunidades.
Es una parroquia que está en la ciudad de Santa Cruz y cumple 57 años de su fundación como parroquia. Esta dirigida por los misioneros oblatos de maría inmaculada. El actual párroco es el P. Guillermo Siles Paz, OMI, acompañado por los padres: Miguel Córdova y p. Lucas Casaert.
HISTORIA
En el año 1964, se consideró necesaria la creación de una nueva parroquia en la zona oeste de la ciudad de Santa Cruz, sobre la Av. Roca y Coronado Nº 2320, entre segundo y tercer anillo. Monseñor Luis Rodríguez Obispo de Santa Cruz comprometió la misión de una extensa parroquia nueva y de gente muy humilde y pobre.
La parroquia fue aceptada por la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada; el P. Enrique Bujold fue enviado a Santa Cruz para poner en marcha el proyecto llegando en fecha 18 de julio de 1964.
La nueva parroquia que estaba por nacer tenía como vecinos a la parroquia “El Sagrario” y “Nuestra Señora de Fátima”, quedando sujeta a estos términos:
Su ubicación sería: al norte: la avenida Busch, al este: la carretera externa de la circunvalación (actualmente segundo anillo), al sur: la Av. Piraí; al oeste: el Río Piraí. El territorio encerrado por estas líneas forma un cuadrado más o menos rectangular, quedan como limítrofes las siguientes parroquias: al norte: “La Santa Cruz”; al este, “El Sagrario”; al Sud, “Nuestra Señora de Fátima”; y al oeste, “San Juan Bautista de Porongo”. Declarándose la festividad en fecha 03 de noviembre en honor al Santo Martín de Porres.
La zona donde se iba instalar la parroquia estaba en pleno crecimiento, vivían alrededor de 4.000 personas procedentes en su mayoría de la provincia de Vallegrande, del mismo departamento y de la ciudad de Cochabamba.
Se construyó un “Pahuichi” con las hojas de motacú y los bancos eran unas tablas puestas sobre troncos. El P. Enrique Bujold, escogió como titular de su parroquia a San Martín de Porres, canonizado dos años antes por el Papa Juan XXIII. Poco a poco fueron llegando donaciones para la construcción de la nueva casa parroquial.
En fecha 17 de abril de 1965, se inauguró el Centro Parroquial que fue bendecido por el Monseñor Carlos Brown, Obispo Auxiliar de Santa Cruz y en fecha 05 de diciembre de 1965 se inauguró la Iglesia. Los primeros años fue una experiencia de formar una comunidad con migrantes y promover la formación cristiana. Desde sus inicios, fueron los mismos sacerdotes, los promotores de la participación de los laicos. Fueron las familias vecinas que asumieron esta gran responsabilidad de caminar hacia una parroquia estructurada y participativa.
TRABAJO DE LOS MISIONEROS
Muchos fueron los misioneros en la parroquia, pero todos siguieron el proyecto de una parroquia misionera. Desde 1971 llegaron a Santa Cruz otros misioneros, entre ellos el P. Guido Brault, que estuvo hasta fines del año 1972. Que ayudó mucho en la consolidación de las infraestructuras y financiamientos. En noviembre de 1971 llegó el P. Jaime Gagnon, su dedicación a los movimientos carismáticos, en 1981, por segunda vez volvió a trabajar, el P. Lucas Casaert, esa vez empezó su ministerio en los barrios, llevó a formar 22 comunidades y formó un buen número de laicos comprometidos a los que les llamó “servidores”, siempre apoyado por el Padre Enrique Bujold, con quien organizó el programa Niño Feliz, en apoyo a los niños pobres, ayudado por algunos laicos. Este proyecto empezó en las oficinas parroquial y prontamente logro su independencia.
En la parroquia hubo mucho movimiento con la llegada de P. Claudio Falardeau: comunidades cristianas, formación de laicos, cursillos de preparación a los sacramentos, comedores populares, posta sanitaria, oficina de ayuda social, guardería infantil. En últimos estaban muy organizados por el proyecto “Niño Feliz”, que luego fue creciendo por las múltiples necesidades que iban surgiendo y por esa misma razón paso a ser Fundación “Niño Feliz” que actualmente tienen administración propia. La labor desempeñada por los misioneros fue muy reconocida el año 1989, cuando se cumplieron los 25 años de creación de la parroquia.
Se pretendía devolver la parroquia en el año 1994 a la diócesis, por la falta de misioneros oblatos, pero la llegada del P. Víctor Simard abrió nuevamente la esperanza de dar más dinamismo. Para ese entonces el P. Lucas era muy famoso y se dedicaba a dar conciertos de música carismática. Sus viajes nacionales e internacionales impedían su dedicación a la parroquia. El año 1995 muere el P. Enrique y la comunidad de San Martin lloró esta gran perdida. Fue uno de los momentos tan difíciles, porque el P. Enrique significaba mucho para las comunidades, especialmente por el gran amor, y sensibilidad por los niños pobres, y sencillos. Además, fue muy reconocido por su pasión por el futbol. De hecho, el Estadio Enrique Bujold lo cuidaba con mucho cariño, e inclusive formo su equipo y promovió a muchos jóvenes. Desde ese entonces varios oblatos han fallecido, otros han vuelto a su tierra madre y otros han cambiado de misión.
EXPANSIÓN DE LA MISIÓN.
La parroquia en los años fue creciendo con velocidad y los todos los misioneros mantuvieron una línea de trabajo, apoyar las comunidades, organizar mejor los sacramentos y sobre todo promover la participación de los laicos.
El año 2000 los misioneros decidieron diseñar una planificación en base a la inmensa esperanza y se motivó a generar una presencia en los diferentes barrios de la parroquia. Es así que las famosas “Cabañas del Piraí”, empezaron a tener una participación dinámica y presencia misionera. Los laicos formados visitaban las casas y promovían grupos de oración. Se había pensado estar presente en las zonas rojas de la parroquia, Misión muy delicada.
En julio de 2002, los misioneros Oblatos de María Inmaculada han celebrado los 50 años de presencia en Bolivia y Santa Cruz fue uno del centro de festejos que, al mismo tiempo, se convirtió el cambio de la nueva parroquia.
Todos los misioneros Oblatos de María Inmaculada, presentes, en junio del 2002 decidieron poner la primera piedra y tener un nuevo templo para San Martin de Porres. El Superior provincial era el P. Adolfo Lemmens y el párroco era el P. Claudio Falardeau. El proyecto estaba aprobado por Arzobispo Julio Terrazas. En esos años la parroquia se lanzó con el proyecto y en poco tiempo se consolido la obra. El gran artífice fue el laico. Víctor Hugo Suarez, más conocido como don Buby. Los misioneros presentes son P. Lucas Casaert, P. Pepe Ayala, P. Humberto Bertrán y Claudio Falardeau como Párroco. La construcción duro un poco más de dos años. El templo fue inaugurado el día
3 de diciembre de 2004, siendo provincial del P. Luis Jolicoeur. Los artífices de esta magna obra son el Arquitecto Danco Araos, Ing. Lessing Hoyos, vitrales, Carlos Alcalá, Constructor, Fidel Jardín.
En diciembre de 2003 llega el P. Gerardo Leclaire y llegaba de tener una gran experiencia en la formación de matrimonios. Por eso se dedicó a acompañar al familiar, fortaleciendo el trabajo de la pastoral familiar, acompañado de los laicos. El año 2005 llego un joven y muy entusiasmado, el padre Alain Romero y decidió apoyar todos los trabajos en las cabañas y en Ambrosio Villarroel. Ya en las comunidades se hacía bautizos y primeras comuniones y matrimonios, pero la expansión de territorio. Pero en esos años decidieron acompañar e estas zonas de forma asidua.
En agosto de 2008 un joven oriundo de la parroquia, el P. Oscar Salguero asume como párroco apoyado por el P. Lucas y P. Gerardo Leclaire. Y con la fuerza misionero fortaleció la dinámica pastoral y conjuntamente la comunidad promovió la construcción del centro pastoral, en memoria del fundador, P. Enrique Bujold, se inauguró en diciembre de 2012. Presencial del Superior General, P. Louis Lougen, que vino desde Roma. Esta gran obra hoy cumple una gran misión para la pastoral de la parroquia.
NUEVOS MISIONEROS.
Desde 2014 el P. Guillermo Siles llega para fortalecer la parroquia, había sido el provincial y tuvo que dejar su misión en los medios de comunicación para en poco tiempo asumir la responsabilidad pastoral.
50 años de la parroquia. Como ya estaba previsto la parroquia que había nacido en 18 de julio de 1964 vivió su experiencia del jubileo parroquial. Por lo que el 18 de julio de 2014, la parroquia decidio celebrar sus bodas de oro. Muchas actividades se hicieron durante todo el año. Pero el dia domingo 20 de julio de 2014 se hizo una gran celebración solemne con presencia del Arzobispo, Mons. Sergio Gualberti. Durante la fiesta de los 50 años la comunidad y con el parroco saliente, se comprometieron con la construcción de la casa parroquial que ya el nuevo párroco, quien lo tendría que concretar.
En octubre del 2014, la comunidad parroquial y el párroco organizaron la peregrinación al Santuario de San Martin en Lima Perú. de donde trajieron muchas experiencia, Primera vez en la historia d ela parroquia se les ocurrio ir visitar el Santurio, casa de San Martin de Porres. Fue una semana maravillosa para un grupo de medio centenar de personas, laicos y servidores de la parroquia.
En febrero 2015 asume como párroco el P. Guillermo Siles Paz y también llega el P. Miguel Córdova, misionero oblato, de nacionalidad peruano, que ya trabajaba en la diócesis de Cochabamba, asume como nuevo vicario y el P. Lucas Casaert asume la comunidad oblata.
En los últimos años la parroquia vive una experiencia de construcción misionera, que inspirada en las líneas pastorales de la Arquidiócesis se embarca a la concreción de general espacios de participación pastoral dinámica. En febrero de 2016 la comunidad diseño su plan estratégico para el caminar de los próximos 5 años de la misión parroquial. El espíritu siempre fue, de ser una parroquia misionera, que partiendo de las diferentes pastorales se promoviera la misión.
Se ha fortalecido las diferentes capillas, de María Reina, Siervas de la Encarnación y Niño Feliz. Además de mantener la cercanía y relación con las comunidades eclesiales de las 6 zonas pastorales.
El 8 de octubre de 2016 se inauguró la plaza San Eugenio de Mazenod, promovido por el párroco, recordando al Fundador de los Misioneros Oblatos. La estatua fue diseñada por el escultor cochabambino, Walter Solón Romero. Con esto la parroquia se adhirió a la festividad de los 200 años de la fundación de la congregación de los misioneros Oblatos de María Inmaculada.
LA MISION EN ACCION.
En junio de 2018 la parroquia toma la decisión de vivir la experiencia misionero para lo cual se conforma diseñar a los animadores misioneros parroquiales. Que permitió hacer varias misiones en algunos barrios de la parroquia.
A parte de la formación también había la necesidad de fortalecer el Congreso Americano Misionero. La parroquia se organice orgánicamente para recibir a más de 100 misioneros venidos de Puerto Rico, Argentina y Bolivia. Para esta acción misionera, la parroquia abrió sus puertas en las diferentes familias. Más de 60 familias lograron acoger a los misioneros y acompañar en este proceso de construcción misionera.
Cada año los jóvenes se organizan para hacer una misión en alguna parroquia del arquidiócesis y poder compartir algunos alimentos y también la evangelización. Los jóvenes descubren su rol misionero desde el contacto con la realidad.
DIFERENTES MINISTERIOS PARROQUIALES.
Hoy la parroquia está muy comprometida en vivir la experiencia misionera, está conformando sus equipos de misión. Los jóvenes están construyendo un proyecto de formación de líderes, bajo el nombre de jóvenes en acción. Pero también, articulando acción de función social, que abra nuevas perspectivas para la vida de la sociedad e iglesia.
La pastoral Juvenil, que tienen su equipo de coordinación, diseñan deferentes estrategias para acompañar a los jóvenes en su formación cristiana, pero más en su vivencia de la fe. Desde la oración, formación, testimonio y misión viven sus ansias de ser verdaderos seguidores y servidores de Jesús. Se dieron cuenta de su fortaleza en organizar eventos masivos, y de impacto social. Desde los diferentes grupos se dinamizan y logran objetivos concretos.
Las comunidades eclesiales de la parroquia, que tienen un encuentro mensual, se preparan asiduamente en la formación de una evangelización desde la mirada de Jesús misericordioso. En cada encuentro se tratan temáticas coyunturales y también especiales, como es el año de la misericordia, el año de la familia, el año de San José, lo que nos introduce a sentirnos de cerca unidos para rezar y trabajar.
La catequesis desde diferentes espacios trata de vivir y contagiar la fe a toda la familia, se inserta con mucha motivación a vivir el llamado de Dios, de ser fermento en la vida cotidiana. Los catequistas son un ejército de Dios que están siempre dispuestos a vivir y convivir su formación y desde su testimonio ofrecer la buena noticia todos los niños y jóvenes.
La catequesis tiene dos equipos de trabajo y coordinación. Por un lado, la catequesis de primera comunión y por otra la catequesis de confirmación. Ambos espacios de formación permiten su formación, en la escuela de formación de la Arquidiócesis. La formación de la catequesis es de dos años y de forma asidua se lleva adelante esta formación. Cada año hay más de 500 niños y otros 500 jóvenes que dinamizan la vida parroquial. Lo que permite tener un buen ejercito de catequistas, que animan esta formación. La formación de los catequistas, está diseñada, desde la misma arquidiócesis, pero también por el equipo de coordinación. La catequesis también los coordinamos con las diferentes capillas.
Los diferentes grupos de oración, están animados por los laicos y laicas de la comunidad, se reúnen asiduamente en los diferentes barrios del territorio parroquial.
El ministerio de canto y música, ha marcado su diferencia, que aparte de animar las misas viven también la experiencia de la fe, de saborear el amor a Dios, que sus mensajes sea una melodía cotidiana. Los diferentes ministerios participan en las diferentes misas, pero también en el acompañamiento en los momentos de las campañas misioneras. Varios de los ministerios van cumpliendo años de servicio. Algunos tienen más de 20 años con el servicio y dedicación. Podemos decir que, de los 10 ministerios existentes, 6 son muy dinámicos y permanentemente se van actualizando, los otros son nuevos que estant en ese proceso de consolidación.
En la parroquia se ha puesto como algo fundamental la animación del canto y musical, porque lo que cada ministerio es muy exigente en su presencia y participación. Para todos, no es solo tocar, sino es vivir la fe desde el canto, es sentir a Dios la vida. Al cantar siente viven la experiencia de amor a Dios, de goce y alabanza al Señor.
El grupo de lectores y servidores de la palabra han descubierto que leer la palabra de Dios es la inspiración de caminar como familia. Por eso con frecuencia, aparte de formarse en el conocimiento de la Biblia, experimentar en el grupo y familia la Letio Divina. Hoy son familias evangelizadoras al servicio de la parroquia.
Este ministerio es bastante grande y presente en medio de la comunidad. Su responsabilidad y estructura permite hacer de las ceremonias litúrgicas, de forma muy ordenada, participativa y comprometida. Cada uno de los lectores se preparan para las diferentes lecturas, y coordinan su presencia en las diferentes celebraciones litúrgicas. Algunos inclusive son promotores de la misma palabra, porque a través de las redes profundizan su responsabilidad.
Ministros de comunión, son personas adultas en la fe y con un estilo de vida muy cristianos, porque su misión es llevar a Jesús a los hermanos. Y compartir el pan de la vida a las familias. Su formación y su preparación, es dinámica y se da en la parroquia como en los espacios de la Arquidiócesis, así servir en el altar y compartir el cuerpo de cristo con la devoción especifica. También se comprometen a visitar a los enfermos y llevarles la comunión, o prepararles para tener una buena confesión. En laca celebración siempre están para servir al altar y a repartir el Cuerpo de Cristo
Los acólitos, son los niños, jóvenes al servicio del altar. Que de forma asidua acompañan en las diferentes celebraciones litúrgicas. Cada niño y joven que participa vivió su fe en el servicio, pero también su formación está concentrada en mirar al altar como el lugar de encuentro con el señor. Muchos de los que participan son al mismo tiempo catequistas o participan en algún otro ministerio, o pastoral.
Existen algunos grupos y movimientos religiosos de la parroquia, viven en comunión permanente de la parroquia y de la iglesia. Que si bien es cierto participan de sus actividades propias de sus movimientos, también se comprometen a vivir la misión pastoral, colaborando con las diferentes acciones que se dan en la parroquia. Se evita que los grupos que en su espiritualidad son autónomo, la parroquia les repita, sin embargo, están comprometidos a colaborar con el caminar de la propia iglesia local y parroquial.
En los últimos años se conformó el ministerio de acogida, que son personas dedicadas a la recepción de los fieles, en el cuidado de la bioseguridad, pero también en velar para que no haya descontrol en las diferentes liturgias. Son un grupo humano que logra responsabilizarse del cuidado de la máquina de desinfección, de controlar la temperatura y ofrecer alcohol a todos. Además de controlar permanentemente que dentro del templo puedan tener la distancia social y el uso obligatorio del barbijo.
Ser una parroquia misionera es siempre una comunidad comprometida con el servicio a Dios en la vida diaria.
Por: P. Guillermo Siles Paz. OMI
Deja un Comentario