Mons. René Leigue: “El Señor nos invita a que seamos coherentes entre la fe y la vida”

Mons. René Leigue Cesari-Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, presidió la misa dominical en la Basílica Menor San Lorenzo-Catedral Metrpolitana, en su homilía dijo: “El Señor nos invita a que seamos coherentes entre la fe y la vida”, también nos hace que reflexionemos: “El que se ensalza a sí mismo, no tiene al final creencia en lo que hace, en lo que dice” y “El Señor nos invita a hacer las cosas bien y correctas en la vida cotidiana”.

La Misa fue concelebrada por el Obispo Auxiliar Mons. Estanislao Dowlaszewicz, OFM Conv., Rector de la Catedral, P. Hugo Ara, P. Osvaldo Peña, asistieron los feligreses de Santa Cruz.

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Homilía Arzobispo de Santa Cruz

Mons. René Leigue Cesari

Santa Cruz 5 de noviembre 2023

Basílica Menor San Lorenzo-Catedral Metropolitana

Hoy, seguimos escuchando en la lectura: “ese encuentro de Jesús con los fariseos”, y es importante para nosotros tomar en cuenta ese diálogo que tiene Jesús con ellos, por qué les va diciendo algo que no siempre se cumple, no siempre se hace, este grupo de los fariseos, ellos sentían que hacían bien las cosas, pero Jesús le hacía notar que no era así, este encuentro que tiene con los escribas con los fariseos, como la lectura lo dice, ellos estaban ahí para estar atentos a qué decía Jesús y también para hacerle unas preguntas para ponerle a prueba y por eso que ellos le hacen preguntas a Jesús, como también le hacen notar aquellas cosas que deberían mejorar, si es que quieren mejorar, porque al final lo que dice Jesús es para eso,  hace notar las cosas que no están bien, no por echar en cara simplemente las cosas, sino porque quiere que las cosas se mejoren y eso es lo que hace la Iglesia, la Iglesia como tal, como institución, hace ver las cosas que no están bien en la sociedad, a la luz de la Palabra de Dios.

El problema es que después algunos no se sienten bien porque se les hacen notar los errores, se les hace notar la falla que están haciendo. Y eso es lo que hacía Jesús aquí con los fariseos, a ellos les hacía notar las cosas que no eran correctas, que no eran bien y que deberían mejorar y eso es lo que hace también para nosotros.

“La Palabra de Dios siempre es actual”

Cuando Jesús habla, nos habla por medio de la lectura, nos está hablando también a nosotros hoy, entonces no nos quedemos solamente de que es una historia y de que eso se lo dijo en aquel tiempo y se lo dijo a tal grupo y con ese grupo, con eso se nos quedamos, “La Palabra de Dios siempre es actual”, por lo tanto, tomémoslo así.

Hoy esta lectura nos está hablando a nosotros también. nos está poniendo como ejemplo a este grupo las cosas que hacían, pero nos está diciendo eso no tienen que hacer ustedes, y parte clave de todo esto pues es aquello que dice Jesús: “Ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen”. Este es el grupo esto del fariseo, que era un grupo político-religioso y como tal, ellos se sentían de que tenía pues todo el poder y la palabra justa y poderosa también para decir las cosas, creo que Jesús le hace notar eso y nos hace notar a nosotros también, es decir, no caigan en esa tentación, que a veces lo llevamos también así como un relativismo de dicen cosas pero no hacen y nosotros también hacemos lo mismo. Entonces Jesús nos dice: “Ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos digan”. Es decir, estemos atentos, pero no se guíen por sus obras, porque ellos no hacen lo que dicen. Analicemos nuestra realidad, veamos nuestras leyes y al final veamos nuestras autoridades. Que hay muchas cosas que nos dicen que hagamos, muchas cosas que nos dicen que cumplamos, muchas cosas que nos dicen esto hay que hacer así, porque esto dice la ley, y estamos llamados y obligados a hacer lo que dice la ley. Esta ley humana que tenemos aquí, que es nuestro medio.

Pero preguntémonos también, ¿hacen lo que nos dicen que hagamos? ¿Lo cumplen? Aquí tiene que venir esta reflexión, entonces cada uno haciendo un análisis de la realidad y de lo que nos dice el Señor, entonces también veamos un poco cómo estamos. También en la parte religiosa, para el Señor no sirve ese fanatismo, que hay también en medio de nuestra sociedad, hay personas que a lo mejor dicen tantas cosas, no sé si experimentan lo que dicen, o se inventan lo que dicen, que a veces viene esto, que yo he visto al Señor, el Señor me ha dicho, yo he visto la imagen, el Santo me ha dicho, será que realmente es así? Y si es así, entonces le ha dicho para él o para ella, si es que ha tenido esa visión de esa manera. Pero no a lo mejor para que ande gritando por aquí, por allá. Cada uno sabe cómo tiene el encuentro con el Señor, cada uno sabe cómo tiene esa relación con Dios, pero no para que lo haga, lo grite por todos lados y piensa que todo haga lo mismo. Entonces llegamos también a ese fanatismo, de la religión, de hablar de Dios. Tenemos que hablar de Dios, sí tenemos que hablar de Dios y no es que nos digan, tenemos que hablar de Dios, sí tenemos que hablar de Dios. ¿De qué manera? Pues en algún momento tenemos que decir lo que nosotros somos, lo que nosotros sentimos, lo que nosotros somos como discípulos del Señor. Pero creo que hoy en día también más que palabra, es el testimonio, por eso el Señor también nos está llamando hoy a nosotros. No está gritando las cosas, no está diciéndolas solamente porque tengo boca para hablar, sino que cumplamos. Uno está diciendo que otros hagan y yo no hago nada. Esa es la tentación que hay en este tiempo. Entonces el Señor mediante este encuentro con este grupo del fariseo nos está diciendo también a nosotros, estén atentos. Estén atentos. No se dejen influenciar, no hagan cosas que ustedes ven que no es correcto. Analicen, vean, piensen. Entonces creo que nuestra sociedad hoy necesitamos de esto consejos que nos da el Señor, sobre todo para que lo hagamos vida entre nosotros.

Este tiempo donde hay tantas tensiones por aquí y por allá, donde hay problemas, donde hay guerra, y a veces miramos solamente una parte. Ese grupo, por ejemplo, la guerra ahorita que está en Israel, que está con Rusia también y Ucrania. Son grupos que están ahí. Pero ahí también veamos un poco, ¿quiénes están a la cabeza de todo esto? Son las mismas autoridades, Las mismas autoridades que no llegan a un acuerdo, no se pueden sentar para dialogar y buscar un momento de bajar la tensión. Son ellos a veces los que llevan adelante toda esta tensión que hay. ¿Pero quiénes son los que lo sufren? Son las personas que nada que ver en este problema, ¿Quiénes son los que mueren? los que nada que ver en el problema, “los niños”, por ejemplo, qué tienen que ver en todo esto y sin embargo, son ellos los que sufrenson ellos los que mueren. Y los que en su mano está a buscar una solución, están ahí, resguardados, no afrontan, entonces ahí es donde viene también esto que dice el Señor, ustedes hagan y cumplan lo que ellos les dicen, pero no hagan lo que ellos hacen, eso vemos ahí, también vemos aquí en nuestra sociedad.

En nuestro medio, vemos lo mismo, hay gente que está peleada, hay gente que está enemistada, hay gente que tiene enemigos, por nada más que defender grupos, defender personas, y estas personas que hacen pelear a los demás están ahí, seguro que son amigos y quiénes están sufriendo y quiénes están peleando y quiénes están mirándose mal, son los que están más abajo. Esto acá es uno para reflexionar también, a veces nos dejamos llevar por eso, nos dejamos llevar, algunos gritan también, hombres y grupos y lo que sea, defendiendo. ¿Qué defienden? Yo creo que, para sentarse y reflexionar así, realmente esto que está pasando, ¿es para que temo de enemigos entre nosotros? ¿Es para que nos peleemos entre nosotros? ¿Es para que nos gritemos entre nosotros?

El señor acá nos llama para que nos veamos como personas y tenemos que hacer algo, hagámoslo todos, por el bien de todos, algunos más se valgan del apoyo de otros y consiguen lo que quieren, solamente ven las cosas personales y no la lucha como se dice por los demás. Esto es lo que el Señor nos advierte hoy, estén atentos a todo esto, hagan y cumplan lo que tienen que hacer, pero no hagan lo que ellos hacen, porque eso no les ayuda en nada, porque ellos no hacen lo que realmente tienen que hacer. Ponen tantas cargas a los demás, pero ellos no son capaces de mover todo eso con un solo dedo, eso nos dice la lectura.

Cada día que el señor nos habla, cada domingo que venimos acá, y en estos días que el señor nos está haciendo esa comparación, nos está poniendo como ejemplo, tenemos este encuentro de él con los fariseos y que le está haciendo notar sus errores, que también nosotros vayámonos cada semana también, que este domingo ustedes lleven también esta reflexión ¿qué estoy haciendo? ¿Me estoy dejando llevar por lo que dicen? ¿realmente estoy haciendo lo que me corresponde hacer? Como persona de fe, soy una persona que no está por ahí con esas cosas, no estoy aquí fanaticada y gritando por aquí y por allá, realmente estoy viviendo mi fe como debe ser, como persona de fe, también a veces queremos que otros hagan, tienen que hacer esto, tienen que hacer lo otro, pero nosotros no hacemos, cuanto más también en la parte política.

La reflexión que tenemos que hacer es eso, el Señor nos llama a la unidad y nos llama a ser realmente coherente, la coherencia entre la fe y la vida. La fe que tenemos en Él nos invita a hacer las cosas bien y correctas en la vida cotidiana, en las cosas cotidianas que hacemos, ahí tenemos que dar testimonio de esto. Pero no siempre digamos lo que tienen que hacer, sino hagamos lo que es correcto.

Les invito a que sigamos reflexionando sobre esta lectura de hoy, como dice al final del Evangelio, que no tenemos que ensalzarnos nosotros mismos, no tenemos que decir, yo he hecho esto, yo he hecho lo otro, o gracias a mí tienen esto. Si se trata de autoridades, tienen un mandato para hacer las cosas, un mandato que le ha dado el pueblo, no están haciendo las cosas por su cuenta, tampoco lo que están haciendo es por los medios de su bolsillo, es por los medios de todo el pueblo, por lo tanto les toca hacer, es un servicio que tienen que hacer a todos y no solamente a unos cuantos. Entonces no se debe ensalzar por lo que hacen, sino ser más bien, como es la lectura, ser humildes…ser humildes. Es tan importante ser humildes, no sentirse lo máximo, hacer lo que corresponde y eso es importante, para todos. Sea en la parte política, en la parte religiosa, es importante esto. Hagamos lo que nos corresponde hacerel que se ensalza por sí mismo, creo que no tiene al final creencia en lo que hace, en lo que dice, nosotros no seamos esas personas que nos ensalzamos por nosotros mismos. Hagamos lo correcto y hagamos las cosas bien como deben ser. Que Dios nos ayude, que Dios nos dé esa fortaleza para que de verdad seamos coherentes entre la fe y la vida. Que así sea.

FUENTE: CAMPANAS

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