La Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) informó que, hasta el 7 de marzo, los casos de feminicidio en el país subieron a 19, quedando alrededor de una treintena de menores en la orfandad.
El tema preocupa a muchas instituciones de la sociedad civil. Al respecto la Oxfam y la Coordinadora de la mujer mapearon a las organizaciones que luchan contra la violencia de género en Bolivia (acceder al mapa aquí). Más de 300 organizaciones que comparten un objetivo en común respecto a la problemática de la violencia contra la mujer que es también parte fundamental de la agenda de la Iglesia.
En tal sentido, la Asesora legal de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), Dra. Susana Inch afirma que “la violencia es un tema de profunda preocupación para los obispos”, por ello, actualmente se trabaja dos Cartas Pastorales sobre violencia y justicia, y la prevención en diferentes espacios y niveles, además señala que teme que las Obras sociales dedicadas a la prevención de violencia están en disminución.
La Iglesia ha puesto su atención en temas de violencia y justicia, porque desde su reflexión, “si la justicia no funciona, difícilmente se va a poder trabajar también en cuanto a la sanción de situaciones de violencia” y consecuencia de esto es la gran cantidad de feminicidios e infanticidios que se han ido dando a conocer a través de los medios de comunicación.
La reflexión parte del cambio profundo que se dio hasta el 2014, la violencia contra la mujer se trataba desde los juzgados de familia, es decir, como un problema familiar. De 2014 en adelante, con la Ley 348 LEY INTEGRAL PARA GARANTIZAR A LAS MUJERES UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIA, el enfoque es distinto porque ya se ve desde una visión penal. “Ya no como un problema de familia, sino como un problema de sociedad que requiere que sea juzgado y sancionado para ser reprimido”, señaló Inch.
A casi 10 años de vigencia de la Ley, que pretendía reprimir la conducta violenta, se reportaron hasta el momento 1.005 víctimas de feminicidio en el país, según datos de la Red de Lucha Contra la Violencia. Inch considera que lo que ha ocurrido “es que la violencia se ha endurecido y se ha hecho mucho más profunda en cuanto a que, ya no solo hablamos de golpes contra la mujer o de violencia en otras manifestaciones que hoy ya se reconocen expresamente, la violencia psicológica, la violencia económica y la violencia sexual, sino que ya se llega a extremos de feminicidios en situaciones violentas”.
Carta Pastoral sobre la Violencia en proceso
El proceso de elaboración del documento tiene tres etapas: ver, juzgar y actuar. La Iglesia se encuentra en la primera etapa del ver, que consiste en levantamiento de información que alimente el contenido de la Carta Pastoral, y son las Obras sociales de la Iglesia las que aportan con la información, desde la Pastoral Social Cáritas, para poder establecer cuáles son las realidades de violencia que se han ido viendo.
La violencia se presenta en diferentes ámbitos, puede ser el familiar, el laboral, el escolar y también hay distintas potenciales víctimas, una es la mujer, otros son los niños, que son los más afectados, los hombres aunque en menor grado, también se da la violencia contra los adultos mayores y personas con capacidades distintas; “en esos ámbitos trabaja la Iglesia donde tiene una presencia social”, detalló Inch.
Para la Iglesia, los temas de violencia y justicia son de vital importancia, ya que “se ha identificado que uno de los problemas principales respecto a la violencia, es que la justicia no está respondiendo a la sanción y a la contención. El otro aprendizaje profundo para la Iglesia, es que hay que trabajar en dos ámbitos, el de la sanción que tiene que ver con la justicia y con los órganos del Estado que deben sancionar conductas, y el otro es el de la prevención”, señaló.
“Si no se trabaja en la prevención, no se va a poder tener ningún resultado respecto a poder reducir los índices de violencia”
Reiteró Inch, “la lección importante tiene que ver con el rol que cada uno de nosotros jugamos en este tema. Podríamos ponernos en una postura de reclamar al Estado por no cumplir con su función, lo cual repercute en la violencia y el crecimiento de la misma. Pero eso dejaría siempre un vacío enorme en cuanto al rol que cada una de las personas tenemos para prevenir. La violencia no cede y eso estoy segura de que nos toca absolutamente a todos en diferentes formas”, dijo.
Asimismo la Iglesia trabaja en entender la violencia, porque aunque parecería que la comprensión de la violencia está dada, en la realidad tiene distintos matices, por ello, se elaboran protocolos que ayuden a definir lo que es la violencia, contra qué se tiene que actuar y qué se puede hacer respecto a la misma. La propuesta es trabajar en la prevención además de la sanción, “si no trabajamos en la prevención, es muy poco lo que podemos aportar para evitar que la violencia continúe”, recalcó la asesora legal.
Las Obras sociales dedicadas a la prevención de la violencia se están reduciendo
Las Obras de la Iglesia, que generalmente están ligadas a la vida religiosa, se dedican a temas específicos, como por ejemplo: la acogida de personas en situación de prostitución, la acogida de mujeres jóvenes embarazadas, la acogida de personas con dependencias de alcohol y drogas, son diferentes ámbitos en los cuales la Iglesia ha tenido y tiene todavía presencia.
Sin embargo, la Asesora legal, destaca que el desafío para estas obras es enorme, ya que, cuando se aprueba la nueva Constitución Política del Estado del 2009, se define en competencias diferenciadas para el nivel nacional, central, departamental y municipal. “La Iglesia es una entidad, el Estado es otra entidad distinta, sus roles son distintos, pueden relacionarse, es sano que se relacionen, sobre todo si se trata de atender o acoger a población vulnerable, pero nunca mezclar los roles”, remarcó Inch.
Hasta el año 2009 era claro que el Estado aportaba para la atención de población vulnerable. La iglesia ponía a su contraparte en esa atención y funcionaba. “Hoy el Estado casi no aporta a la Obra social, la Iglesia tiene que repensar si puede continuar con el servicio y bajo qué condiciones”.
Actualmente, los municipios son quienes tienen la responsabilidad de atender a la población vulnerable, “el municipio tiene una obligación inherente de buscar condiciones para la atención de los sectores vulnerables. Como uno de los mecanismos puede ser la relación con la Iglesia para que los hogares que han estado funcionando puedan continuar, pero con el apoyo municipal”, afirmó Susana a tiempo de reconocer que este es un desafío enorme para las Obras sociales y teme que las mimas se están reduciendo y seguirán disminuyendo en un futuro: “Temo mucho que tanto en el ámbito de la educación, como de la salud y la acogida de población vulnerable la participación de la Iglesia se va a ir reduciendo cada vez más y no porque el Estado no esté asumiendo sus competencias, porque esa sería un escenario interesante, sino porque se está dejando al desamparo a mucha población vulnerable”, reiteró Inch.
La Fiscalía General del Estado informó que del 1 de enero al 7 de marzo del presente año se registraron 8.861 casos de violencia en todo el país con mayor incidencia en el ámbito familiar: violencia familiar o doméstica con 6959 casos, delitos sexuales 578, violación 482, violación a niña, niño o adolescente 380, estupro 270, entre otros que son investigados dentro del Ministerio Público. Confirmando los temores de la Iglesia ante el incremento de violencia y como un ejemplo de la situación actual en la que vive el país y seguirá en crecimiento si no se actúa en la sanción y prevención.
Fuente: Prensa CEB.
FUENTE: CAMPANAS
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