Desde las primeras horas de la mañana, cientos de feligreses acudieron a las diferentes Capillas y al templo de la parroquia y así participar de la solemnidad del domingo de Ramos.
Todos los agentes de pastoral y laicos presentes en medio de la multitud se unieron para vivir el inicio de la semana santa. Que después de un tiempo de preparación, todas las comunidades y servidores se organizaron para vivir esta festividad de la Iglesia
En el templo de San Martin, en medio de un lleno total fue el P. Guillermo Siles Paz, OMI párroco quien presidio la eucaristía. Aunque no hubo la procesión de las ramas, se pudo vivir con intensidad esta celebración. Porque el mismo tiempo está totalmente ornamentado para la fecha.
La pasión de Cristo.
Como es costumbre todos los ministros lectores de la palabra de Dios, se prepararon asiduamente para hacer la dramatización de la pasión de Cristo, la que logró interpelar a la comunidad por el realismo y sencillez con lo presentaron. Todos los relatores laicos se han preparado durante varios días.
La bendición de los Ramos
Como parte central, la comunidad se hizo presente con sus ramos. Durante la misma celebración y por varios minutos, se hizo la bendición de los ramos a todos los feligreses presentes. Es muy marcada la variedad y creatividad con la que la ornamentan o diseñan los ramos. Para mucho este ramo es signo de protección y preservación de la fe en la familia. También los ramos hacen presencia de iglesia en la iglesia doméstica, como es la familia.
Los servidores
Muchos de los servidores de la comunidad desde los lectores, ministros de comunión, ministerios de música y canto lograron hacer de esta celebración una solemnidad única. Que respondió a la multitud de personas presente en la mañana de este domingo de Ramos.
Algunas pinceladas de la homilía que fue breve.
Hoy iniciamos la semana santa, con el ingreso triunfal de Jesús en Jerusalén, Jesús logra hacer una presencia muy marcada para vivir la pascua judía, pero él no sabía que estaba entrando a vivir la experiencia más dura de la historia de la humanidad y la concreción de los misterios de Cristo.
Hoy los ramos son la unidad para con Cristo, es la solidaridad con el Jesús de Nazaret. Por lo que todos se unen a una sola voz, que esa aquí el mesías el Señor, para unir al pueblo y para dar esperanza de vida.
El domingo de Ramos leemos la pasión de Cristo, y es porque de hoy en adelante los signos de dolor y sufrimiento serán los que marcarán la presencia de Jesús, como hijo de Dios. Aquí esta vivencia y explicitación del kerigma, de la comprensión de lo esencial de la vivencia cristiana. La Pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Es una semana donde experimentaremos la vivencia de muchos signos y símbolos que serán sellamos como representación de la misma fe del cristiano. La cruz será la expresión del abandono y soledad, pero que por la muerte de Cruz de Cristo se convierte en nuestra salvación.
También podemos sentir como Jesús fue tratado, y que intereses había a nivel de los poderes políticos y religiosos de su tiempo. No había mucho que decir, solo experimentar que este Cristo nos llevó a vivir una pasión que también es nuestra pasión.
La pasión de Cristo la vivimos también en el pueblo, y muchas veces estamos como ajenos. Pero al mirar a Cristo en la cruz, nosotros nos damos cuenta de nuestros propios sufrimientos y dolores. Nos enfrentamos con mucha tenacidad a vivir los avatares de la vida, a enfrentar las enfermedades, la falta de trabajo, los conflictos sociales, y la incertidumbre de no saber el futuro de nuestro país. Esas cruces y dolores deben de concentrarse en la esperanza de vida, que nos trae la salvación, pero debemos estar atento y vigilantes para saltar a la vida y ser signos de vida.
Dios no quiere cruces, quiere una respuesta a la vida. Quiere darnos una nueva forma de enfrentarnos a los conflictos cotidianos. Y la fe que recibimos debe ser una fortaleza para el caminar como peregrinos.
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