En su homilía por el Domingo de Ramos, el obispo de Beni y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, Monseñor Aurelio Pesoa, expresó una condena a prácticas de decir ‘verdades a medias’, descalificaciones, la mala administración de justicia y la violencia en la familia.
A tiempo de hablar de Semana Santa, Pesoa mencionó que una multitud gritaba que crucifiquen a Jesús, a pesar del flagelo que había sufrido y no se encontraba motivo para su condena.
El Monseñor comparó esa actitud de la multitud con la situación actual: “En nuestros días sigue resonando la sentencia de ¡crucifícalo! cuando: se dicen las verdades a medias; cuando se descalifica al otro porque no piensa como yo; cuando se aprovecha del bien común para el propio beneficio; cuando vemos que la justicia no es bien administrada; cuando como fruto de la irresponsabilidad la solución es la muerte del inocente”.
Dijo que también se escucha “el grito de ¡Crucifícalo! cuando a pesar de las leyes vemos a la mujer, en nuestro país, maltratada, ultrajada y asesinada. Los niños y jóvenes a quienes se les pretende destruir y robarles la vida. O en aquellos profesores que en estos días están en las calles en defensa de una educación de verdaderos valores y reclamando sus derechos, pero no son escuchados”.
Indicó que la respuesta de la Iglesia es el amor del Padre, al Redentor de Cristo debe ser el esfuerzo por vivir en obediencia a la ley de Dios y a ejemplo de su Hijo Jesús.
“Nuestra respuesta al amor que perdona debe ser una vida animada por el amor al prójimo; una existencia que se esfuerza en amar, perdonar y socorrer. Está en una existencia que, escuchando el trágico silencio de Cristo muerto en la cruz, se compromete a no crucificar a nadie más, en un mundo que todavía está marcado por miles y miles de cruces”, indicó el Monseñor.
Finalmente, el presidente de la Conferencia Episcopal convocó a vivir la Semana Santa con intensidad y que sea un tiempo para meditar: “los invito a vivirla con espíritu de recogimiento y devoción”.
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