Seminario de Vida en el Espíritu: ahora vivamos el nuevo pentecostés.

La parroquia de San Martín de Porres en su proceso de formación, vivió la experiencia de fe y amor en el seminario de vida en el espíritu. El seminario concluyó el día de ayer y fue acompañados por el padre Lucas Casaert, OMI. Este seminario se dio todos los martes post pascuales, para llegar a Pentecostés y para llegar a Pentecostés y vivirlo con intensidad..

Al seminario de vida en el Espíritu, asistieron todas las comunidades de la parroquia, algunos padres de familia de la catequesis, pero en si todos los servidores de los diferentes ministerios de la parroquia.  Querían experimentar, ayudados por el P. Lucas Casaert para dejarse guiar por sus palabras. La mayor motivación estaba centrada en que “El Espíritu Santo, que es la Fuerza de Dios, nos anime e impulse para ser discípulos y misioneros”.

La experiencia vida del Padre Lucas.

El Padre Lucas Casaert, lo hace el seminario de vida en el Espíritu, desde hace varios años, muchas veces lo ha tocado compartir en otros países. Pero, en si viene de la misma renovación carismática.

 

El padre Lucas imparte este seminario pensando siempre en la necesidad de instruir la vida en el Espíritu, partiendo del primer anuncio, el Kerigma. Es la introducción a vivir el anuncio de nuestro Dios. Vivir el amor de Dios, vivir la experiencia de la salvación, y dejarnos guiar por el espíritu Santo.

Se pretende este tiempo, dejarnos iluminar por todo lo vivido en el pentecostés, como el Espíritu de Dios está en nuestras vidas. Es así que Dios se va haciendo presente.

Pero sabemos que la oración es el medio fundamental, partimos desde ahí, para vivir el amor de Dios. Porque él nos dio su amor, me ama y me ha creado por amor. Dios ha hecho todo por mí, lo veo en la misma creación.

Pero también hay que ver el tema del pecado. Porque en nosotros también hay desequilibrio. Ahí viene la salvación que nos viene de Jesús. Por lo que el Espíritu Santo va plasmando en uno toda esta experiencia.  

Yo puedo experimentar mí el amor a Dios, yo puedo experimentar la liberación de mis pecados, puedo disfrutar de que Dios limpia mis perdonados. Por eso puedo dar mi vida, porque Jesús murió por mí. Él nos amó tanto, que dio la vida por todos nosotros.

El Espíritu Santo ya lo vivimos desde la experiencia de los primeros cristianos. Los apóstoles han mostrado su experiencia de amor y de fe. De hecho, es la base de los primeros cristianos, y de las primeras comunidades. Ahí se siente el fuego, el entusiasmo, la alegría, el servicio mutuo, el compartir y el estar al servicio uno el otro.  

Ese domingo próximo la iglesia celebra el domingo de Pentecostés, los 50 días después de la pascua de Resurrección. Por lo que el seminario es una ayuda para vivir en plenitud este día.

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