En el marco de la XXXVI Asamblea de la Conferencia Boliviana del Clero Diocesano, que se realizó del 3 al 6 de julio en la localidad de Caranavi, Diócesis de Coroico. Sacerdotes de diferentes jurisdicciones del país compartieron sus testimonios y reflexiones sobre la importancia de la unidad y la fraternidad en la labor pastoral. El encuentro del clero resultó en un enriquecedor intercambio de ideas y experiencias que fortalecerá su compromiso con la comunidad y la Iglesia.
El padre Ovelário Tintaya de Parroquia de Sorata, en la Diócesis de Coroico, expresó su gratitud a Dios y a la vida por la oportunidad de encontrarse con sus hermanos sacerdotes, deseando que el Buen Pastor acompañe a los sacerdotes y se mantengan juntos en la oración.
Por su parte, el presidente del Clero Diocesano de la jurisdicción de Coroico, padre Apolinar Cori, quien también fue organizador de la Asamblea, por ser Coroico la sede, con emoción destacó el valor de la unidad y la fraternidad como testimonios vivos de fe y agradeció a los presidentes de cada jurisdicción por su liderazgo. El padre Apolinar también agradeció la visita de los arzobispos y obispos, quienes, como pastores de la Iglesia los guían en su camino diario, “que Dios y nuestra madre, la Virgen de las Nieves, patrona de este pueblo de Caranavi siempre los bendiga y los proteja de todos los males”, impartió la bendición.
La Asamblea fue considerada un impulso de energía para los sacerdotes, como afirmó el padre Fabio, de la parroquia de San Martín, de la Diócesis de Potosí, para quien las experiencias compartidas y los contenidos presentados resultaron beneficiosos, ya que permitieron a los participantes comprender mejor la realidad nacional y la situación de sus propias parroquias. Además, resaltó la relevancia de las enseñanzas sobre la buena homilía, asegurando que regresaba a su comunidad con nuevas ideas para celebrar con alegría cada domingo.
La confraternización y el encuentro con compañeros de seminario también fueron resaltados como frutos valiosos de estas reuniones por padre Alberto Zambrana de la diócesis de Tarija, “la hermandad, la confraternización y el encuentro fueron un gran resultado de nuestra Asamblea”, indicó.
Asimismo, el padre Rolando Chambi, colaborador en Palos Blancos, en el Vicariato de Reyes, hizo hincapié en la importancia de las charlas y los momentos de confraternidad. Destacó la necesidad de empujar juntos la «barca» de la Iglesia, compartiendo experiencias y conocimientos para enfrentar los desafíos actuales y futuros.
Desde la diócesis de El Alto, el padre Julio Quispe, miembro de la comunidad misionera de Cristo Pastor, agradeció la oportunidad de establecer lazos y conocer la realidad del trabajo pastoral en otras diócesis. Resaltó que estos encuentros fortalecen su ministerio y les permiten enriquecer a sus comunidades y agentes pastorales. A pesar de los tiempos difíciles, el padre Quispe animó a sus compañeros a caminar con valentía y disposición, confiando en la guía del Espíritu Santo y la voz del Señor.
A su vez, el padre Héctor Barros, colaborador en el Vicariato de Reyes, agradeció la motivación y el conocimiento adquirido durante la Asamblea. Hizo un llamado a los feligreses para que recuerden en sus oraciones a los sacerdotes, quienes necesitan del apoyo espiritual de la comunidad “le pedimos a toda la gente que recen por sus sacerdotes, necesitamos de su oración por nosotros”.
Finalmente el padre David Coa, de la Arquidiócesis de Sucre hizo énfasis en los desafíos que enfrentan como sacerdotes y la importancia de trabajar en la caridad pastoral en sus jurisdicciones, al tiempo que reconoció la necesidad de enfrentar las fragilidades y delitos de algunos hermanos sacerdotes, “hacemos el firme propósito de que estas cosas no se vuelvan a dar en nuestras comunidades”, dijo, pidiendo en oración al Señor que los ilumine en sus servicio, “que el Señor y Espíritu Santo nos siga impulsando a seguir trabajando por nuestros pueblo, esta es la esperanza con la que nos vamos”.
FUENTE: CONFERENCIA EPISCOPAL BOLIVIANA
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