Todos los catequistas de la primera comunión estaban invitados a participar del retiro espiritual que se realizó en la Quinta “Quebracho” más ellas del Urubo.
En el retiro participaron varias catequistas para profundizar la vocación del catequista y la misión que tienen. Fue un día muy agradable porque, aparte de reflexionar el tema, se pudo lograr compartir la vida misma de cada catequista.
Después de la charla se realizaron varios momentos de reflexión personal, de silencio y meditación, y al final se compartirá grupalmente. En medio de una metodología muy participativa de oración, reflexión y compartir se logró vivir este día espiritual.
Todos sintieron que la vocación es un llamado que Dios nos hace a cada uno para servir, para acompañar a los niños y niñas en su formación religiosa, pero también se expresaron que parte de la vocación el catequista es el testimonio de vida. Muchas veces es la vivencia personal que marca más en la relación con los niños y niñas. Porque de lo que abunda el corazón habla la boca, decían.
También hay la necesidad de estar atentos a vivencia de los propios niños, que muchas veces tienen realidades muy difíciles, con rupturas, conflictos y violencia. Ahí los catequistas acompañan y direccionan los temas a quienes corresponden. Sin embargo, la misericordia y solidaridad es una acción muy frecuente en cada encuentro.
El retiro espiritual lo realizan los catequistas cada cierto tiempo, y de acuerdo a sus responsabilidades. Por lo general los catequistas de la parroquia San Martin tienen un ritmo muy organizado, y que durante los dos años de formación catequética, que tienen los niños, tratan de coordinar estos espacios propios de los catequistas.
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