Plan Pastoral Arquidiocesano de Santa Cruz. 2020-2024 (Doc. Borrador)

“Sal y luz en el mundo: Santa Cruz en Misión”

«Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal deja de ser sal, ¿cómo podrá ser salada de nuevo? Ya no sirve para nada, por lo que se tira afuera y es pisoteada por la gente.

Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa.

Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos» (Mt. 5, 13-16)

Borrador       Junio 2019

Presentación

Compartimos este cuaderno que contiene el material elaborado como materia prima para el diseño del Plan Pastoral Arquidiocesano 2020 al 2024. Este borrador está confeccionado a partir del vaciado de la valoración del Plan Pastoral vigente (2014 a 2019),  la propuesta de las líneas de acción a partir de las conclusiones del V Congreso Americano Misionero, y los aportes en general de todas las Vicarías, con sus correspondientes parroquias, movimientos, CEBs, Programa del Adulto Mayor, Jóvenes y profesores de diferentes universidades, etc.

               Imprimimos este documento en vistas a la XVIII Asamblea de Agentes de Pastoral que estamos a punto de celebrar la primera semana del mes de Julio, , con el fin de compartir un proceso de sueño y de trabajo, acerca de la tarea pastoral que nos espera, en el estilo sinodal los próximos años.

               El método que asumimos, es el propio de nuestra Iglesia: el Ver, el Juzgar y el Actuar.  Sabemos que vivimos un tiempo apasionante, y que iluminados por el Espíritu, podremos compartir el ideal de nuestra gran familia: la Misión.

  •  VER:

 1.1. Discernimiento evangélico de los signos de los tiempos

Santa Cruz, tierra bendita y de gente cálida

Queremos empezar dando gracias a Dios por la enorme riqueza natural que tiene Santa Cruz y por la calidad y calidez de su gente, portadora de valores culturales y religiosos, que la convierten en uno de los principales espacios de la esperanza del presente y futuro de Bolivia y de la misma Iglesia, y uno de los lugares más hermosos para vivir.

Valoramos enormemente el sentido de pertenencia regional y orgullo que tiene el pueblo cruceño por sus raíces culturales, no solamente de los nacidos en estas tierras, indígenas, mestizos o criollos, sino de mucha gente que llega del interior del país y, aún del exterior, que rápidamente se enamora de Santa Cruz, trabaja por su desarrollo y asume sus causas.  Más allá de los intereses políticos y económicos particulares, la conflictividad social y las diversidades culturales, sentimos que es más fuerte el sentido de cohesión social en torno a aquello que es propio y común de Santa Cruz.

Nos anima mucho el sentido hospitalario y solidario del pueblo cruceño; su idiosincrasia siempre alegre y festiva; su apertura a lo nuevo y moderno, al mismo tiempo que su tenacidad por preservar sus tradiciones y su memoria histórica. Del mismo modo, vemos la pujanza en sus emprendimientos productivos y comerciales, que se enriquece con los venidos de otras partes de Bolivia, que la siguen colocando en el polo de desarrollo de Bolivia con un alto porcentaje de aporte del Producto Interno Bruto.

En esta visión esperanzadora de nuestra gente, en continuidad con la metodología asumida en anteriores Planes Pastorales, confirmada por las Vicarías en las consultas realizadas, utilizaremos el método Ver, Jugar y Actuar.  “Este método implica contemplar a Dios con los ojos de la fe a través de su Palabra revelada y el contacto vivificante de los Sacramentos, a fin de que, en la vida cotidiana, veamos la realidad que nos circunda a la luz de su providencia, la juzguemos según Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, y actuemos desde la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo y Sacramento universal de salvación, en la propagación del reino de Dios, que se siembra en esta tierra y que fructifica plenamente en el Cielo (…) (DA, 19).

En ese espíritu, nuestro discernimiento evangélico de los signos de los tiempos es el siguiente:

  • EN LO SOCIAL

 2. Políticas sociales con impacto coyuntural positivo, pero que aún no resuelven el problema estructural de la pobreza.

Valoramos positivamente el amplio reconocimiento de derechos en la Constitución y en las leyes, especialmente a favor de sectores sociales en situación de vulnerabilidad, junto a políticas sociales formales o reales, que permiten siempre a la población la posibilidad de la exigibilidad de su cumplimiento.

Del mismo modo, creemos que los bonos sociales tienen un efecto positivo en personas adultas mayores, niñez escolar del sistema fiscal de educación, mujeres gestantes y sus hijos y personas con discapacidad grave y muy grave, que, junto a otros beneficios, como el Programa de Vivienda Social, alegra y da nuevas esperanzas a los más necesitados.

No obstante, estos bonos, en la lógica neopopulista, asumen al pobre como sujeto de limosna y no de justicia, ya que no resuelven estructuralmente el problema de la pobreza en sus causas. Al contrario, puede ser usados como mecanismos para mantener cautivo a un electorado con la falsa creencia de que su continuidad dependería, igualmente de su continuidad en el poder.

Estadísticamente la pobreza moderada y extrema habría bajado considerablemente debido a varios factores vinculados a la distribución del excedente en bonos, las oportunidades de negocio de grandes, medianos y pequeños empresarios, incluido el sector informal y minorista del comercio y la creación de empleos temporales o indefinidos, especialmente en la última época de bonanza de la economía.

No obstante, no podemos dejarnos engañar por los promedios estadísticos que invisibilizan la pobreza persistente en todos los departamentos, ciudades y campos de Bolivia. De hecho, incluso en Santa Cruz, que, pese a ser el polo de desarrollo más importante de Bolivia y tener mejores indicadores sociales y más bajo porcentajes de pobreza, es, también, una de las regiones con más brechas de desigualdad, con considerable número de pobres, desempleados subempleados y, por su acelerado crecimiento demográfico, sobre todo por la migración interna, también con dificultades de abastecer con servicios básicos en zonas periurbanas.

  1. La salud y la educación entre reconocimientos formales y pendientes urgentes

Ciertamente la salud y la educación son derechos fundamentales y representan fines del Estado que los debe garantizar según manda la Constitución. Pero, muy a pesar del aumento en volúmenes de recursos de inversión pública para dichos sectores, constatamos que son insuficientes y son, hoy por hoy, la contradicción más lacerante de un Estado que reconoce formalmente derechos sociales.

La actual situación del sistema de salud pública es un escándalo que atenta contra la vida y la dignidad humana. Nos entristecen las penurias que los pacientes deben sufrir para conseguir ficha, aguantarse la mala calidad en la atención, resignarse ante la falta de camas, medicamentos y laboratorios y, en algunos casos, padecer las consecuencias de la negligencia médica. Creemos que hace falta más voluntad política para revertir esta situación, reordenar a profundidad el sistema y asignar recursos públicos suficientes.

Valoramos los esfuerzos que se hacen en los diferentes niveles de Gobierno para mejorar la infraestructura de la educación y minimizar los porcentajes de deserción escolar. Pero la educación no solamente es eso. Percibimos que las perspectivas constitucionales de la educación han quedado, en gran parte, en intenciones teóricas y en discursos políticos. Sentimos que las condiciones no están dadas para materializar los postulados de la educación en Bolivia. La situación socio familiar con carencias o conflictos impide que muchos estudiantes sean tierra fértil para el aprendizaje; las debilidades cognoscitivas y metodológicas de muchos profesores, junto a sus todavía bajos salarios que les obliga tener otros empleos, dificulta cumplir efectivamente su misión educadora; la insuficiencia de más ítem, no solo genera una suerte de hacinamiento en cursos numerosos, sino que niega en los hechos, el derecho a una educación de calidad. 

Además, nos sigue generando sospechas la intencionalidad ideologizante de la educación, tanto en sus contenidos curriculares que en algunos aspectos contradicen los valores culturales y religiosos, como en la formación docente, especialmente a través del Programa de Formación Complementaria (PROFOCOM), que niega el carácter humanístico y universal de la educación.

  1. El grito de angustia de los desempleados y los trabajadores con bajos salarios

En nuestra presencia pastoral en los barrios y en las comunidades, constatamos que uno de los gritos más desesperados de la población es el empleo y los salarios dignos. Encontramos hombres y mujeres adultos sin poder acceder a un empleo estable hace mucho tiempo, vemos a jóvenes, muchos de ellos profesionales, con desaliento e incertidumbre en su futuro sin trabajo; incluso, algunos de ellos dispuestos a ser explotados con tal de acceder a un trabajo o empleo más o menos permanente. Por eso nos cuesta creer los porcentajes tan bajos de desempleo abierto o de población desocupada que señala la estadística oficial.

Los programas de empleo, como “Mi primer empleo digno”, que impulsa el Gobierno, resultan una interesante oportunidad para empezar a trabajar, pero queda en gran medida en una acción simbólica porque no logra absorber a porcentajes suficientes de jóvenes y no garantiza estabilidad laboral ni salarios expectantes.  Creemos que se requiere mayor audacia en políticas públicas más estructurales que genere cambios en la matriz productiva y mayores oportunidades de empleo, legislación ordenada y metas claras para la población económicamente activa con empleo formal que le permita acceder a los beneficios sociales correspondientes.

En nuestra doctrina cristiana sostenemos que el trabajo dignifica a la persona humana, tanto en su realización vocacional, como en el sustento que se provee por su trabajo honrado. En ese sentido, alentamos a todos los actores económicos, públicos y privados, a ser más ingeniosos en la creación de oportunidades de trabajo y empleo en Santa Cruz, como en el resto del país.

  1. La migración forzada y los acelerados procesos de urbanización

Si bien la libre circulación en todo el territorio nacional es un derecho civil reconocido en la Constitución, constatamos que la mayoría está provocada por la migración forzada; del área rural a centros urbanos, sobre todo, por las escasas capacidades productivas de sus tierras, la imposibilidad de contar con educación secundaria y universitaria en sus comunidades y por los atractivos sociales y económicos de la ciudad; y de ciudades a otras ciudades, por las escasas oportunidades de empleo y de otras actividades económicas, además de la seducción de los servicios que tienen las grandes ciudades, especialmente, del eje troncal de Bolivia.

Somos conscientes que Santa Cruz es uno de los escenarios más atractivos de la migración del interior del país e, incluso, del extranjero. La presencia laboral, comercial y hasta socio-política de migrantes del interior en Santa Cruz, demuestra la apertura de su gente que comparte las oportunidades de prosperidad y los liderazgos sociales sin mayores cuestionamientos. Eso no quiere decir que no haya algunos resabios de racismo y discriminación persistentes, de uno y otro lado, que hace hostil la convivencia social en algunos espacios.

Nuestra mirada también se dirige a las personas con estatus de refugio o que son solicitantes de refugio, quienes en su mayoría optan por residir en Santa Cruz. Algunos de ellos, además de sufrir las causas del desarraigo de sus tierras y cultura, enfrentan una doble problemática, por un lado, como muchos bolivianos, las dificultades de encontrar trabajo y vivienda adecuada y, por otro lado, la estigmatización y ciertas actitudes xenófobas, que hace más difícil su permanencia en Bolivia. Ciertamente, es una realidad que no podemos profundizar aquí, pero que forma parte de nuestra cotidianeidad y que espera respuesta de nuestra Pastoral de Movilidad Humana.

Sabemos que la urbanización creciente es una realidad mundial, pero sentimos que en Bolivia y, en Santa Cruz en particular, tiene características preocupantes. Se realiza con asentamientos humanos informales, con insuficientes capacidades públicas para garantizar servicios básicos; con aumento de los llamados cinturones de pobreza en zonas periféricas de la ciudad capital y otros centros urbanos y, en gran medida, con emergentes problemas de inseguridad ciudadana.

Creemos que los esfuerzos de las autoridades nacionales, departamentales y municipales para proyectar las respuestas más eficaces para el acelerado proceso de urbanización, deben ser compartidas con la población, no solo para procesos participativos, sino para la toma de conciencia sobre las condiciones de vida en urbes de más de dos millones de habitantes. Urge una planificación a mediano y largo plazo, con visión integral y con la implementación de innovaciones tecnológicas y políticas públicas audaces.

Del mismo modo, sentimos que deben hacerse más esfuerzos públicos para crear las condiciones de desarrollo integral y sostenible en zonas actualmente expulsoras de migración para tener los equilibrios demográficos necesarios, evitar el desarraigo cultural y la dispersión de miembros de las familias.

  1. La vida y la familia amenazadas

Estamos seguros que la familia sigue siendo en Santa Cruz un valor cultural muy arraigado. Nos alegra mucho los testimonios de matrimonios felices que, a pesar de las dificultades, siguen sintiendo el amor que los unió y siguen forjando juntos un futuro con bienes espirituales y materiales para los suyos. Es hermoso ver familias compartiendo con ternura su cotidianidad, en lo público y en lo privado, donde sentimos que Dios amor se manifiesta plenamente.

Esta imagen nos da esperanzas. Sentimos que familia puede ser esa comunidad humana, base fundamental de la sociedad y el Estado, donde se transmite la vida, se experimenta el amor, se educa, se da seguridad y se comunica los valores morales, culturales y religiosos.

No obstante, también vemos con mucha preocupación situaciones que interpelan nuestra misión evangelizadora: Constitución de matrimonios/parejas sin amor, sino por circunstancias no deseadas; incomunicación, incompatibilidad, diferencias generacionales e insatisfacción en algunas parejas, la violencia intrafamiliar, la infidelidad “naturalizada” en hombres y “tolerada” en mujeres, en un contexto patriarcal y machista persistente; permisibilidad de un relativismo moral e indiferencia religiosa de los hijos; fragilidad en la madurez humana que fácilmente destruye matrimonios y familias. También es preocupante los efectos nocivos de los vicios como el alcoholismo, la drogadicción y los juegos, que amenazan con generaciones mediocres y estancamientos en el desarrollo regional y nacional.

Por otro lado, nos entristecen los hechos y las ideologías que amenazan severamente el don sagrado de la vida y el modelo de familia que se debe preservar, no solo según los valores cristianos, sino según los valores culturales más arraigados en Santa Cruz.

Nos causa dolor que la cultura de la muerte pretenda justificar la muerte de inocentes indefensos, creyendo que la solución a la mortalidad materna es la legalización del aborto. Creemos que es una solución simplista y cretina, ya que se enfoca en los efectos y no en las causas del embarazo no deseado, que en nuestra visión cristiana debe ser la cuestión de fondo, es decir, responsabilidad moral, educación preventiva y estructuras de justicia social.

Sentimos, de manera especial en nuestro pueblo, que la ideología de género trastoca nuestros valores culturales y cristianos, no solamente con la pretensión impositiva del aborto y la eutanasia, sino con ideas que llevarían a la desnaturalización del matrimonio y la familia, cuyas consecuencias socavarían las raíces de la sociedad y del Estado, llevándonos a anomias con efectos impredecibles.

Nos sentimos plenamente confirmados en nuestra visión por el Papa Francisco, que en su Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia (sobre el amor en la familia), expresa que “es inquietante que algunas ideologías de este tipo, que pretenden responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles, procuren imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños. (…) No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos omnipotentes. Lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada”. (AL, 56)

Finalmente expresamos nuestro reconocimiento a las plataformas por la defensa de la vida y la familia, que expresan el sentir de la mayoría del pueblo cruceño y son mecanismos de contención a ideologías foráneas y a minorías que buscan decisiones legislativas contrarias a los valores culturales, sociales y religiosos que subyacen en la ética social en Santa Cruz.

  1. Persistencia de una cultura machista que hace daño a la mujer

Nos alienta el empoderamiento de muchas mujeres en el conocimiento y ejercicio de sus derechos y en su participación social en diversas organizaciones de la sociedad civil, incluido el ámbito del servicio estatal y académico, donde gravitan con liderazgo y efectividad.

Del mismo modo, nos genera alegría y gratitud las mujeres, que, asumiendo el llamado del Señor, son sensibles a la militancia activa en la comunidad eclesial, diligentes en los ministerios confiados a los laicos y expresión de la caridad y justicia de la Iglesia en tareas sociales y servicio a los pobres. 

No obstante, constatamos con tristeza la persistencia de una cultura machista que se expresa en relaciones de dominación del hombre sobre la mujer; en formas de violencia psicológica, física, sexual y económica; en el hecho de que algunos siguen creyendo que la mujer está hecha para lo privado y el hombre para lo público, que el rol de la mujer se agota en su condición reproductora y en el hombre en su condición de proveedor, incluso, que el sexo fuerte fuera el hombre y el sexo débil la mujer.

Sentimos que la mujer sufre en varios ámbitos. Laboralmente se la explota y no siempre se le reconoce el mismo salario que al hombre, situación que se agudiza porque, en muchos casos, hay mujeres madres solteras, separadas o divorciadas que deben llevar en sus espaladas el peso de la responsabilidad de la manutención de los hijos.

Es oprobiosa la todavía cosificación de la mujer usada como símbolo propagandístico del comercio, como anzuelo de las revistas y periódicos, como espectáculo del negocio de la belleza y, tristemente como objeto sexual. Más allá de los condicionamientos culturales del aprecio de la belleza y las legítimas aspiraciones materiales de estas mujeres, nos preocupa los riesgos de humillación a su dignidad humana y la vulneración a sus derechos, en un mundo donde se mueven grandes intereses económicos a costa de las mujeres.

  1. El relativismo moral y el secularismo creciente.

Nos entristece la tendencia creciente al relativismo moral en nuestra sociedad donde todo vale y donde se niega la validez de principios universales, dejando a la subjetividad la calificación de lo bueno o lo malo. Creemos que esta lógica nos puede llevar a la degradación humana sin referentes morales comunes. El relativismo moral, al mismo tiempo, relativiza los derechos y, con ello, se hace absolutamente vulnerador de los Derechos Humanos.

Ya los Obispos de Bolivia nos han advertido en su Carta Pastoral sobre el Narcotráfico y Drogadicción: “El influjo del secularismo y el relativismo moral, entre otras causas, provocan el individualismo y el aislamiento de las personas. Es difícil conducirse en la vida si el discurso prevaleciente indica que cada quien puede hacer lo que le parezca con su vida, si bien y mal son categorías intercambiables según el contexto o según el cristal con que se mire. En el conjunto de la sociedad se percibe una crisis de sentido, la indiferencia y la falta de referencia a los valores humanos y cristianos y, en el ámbito eclesial, se constata el debilitamiento de la vida cristiana y la falta de referencia a los valores del Evangelio” (Carta Pastoral NyD, 15).

Pensamos que al calor del mal comprendido “Estado laico”, el secularismo se convierte en una ideología que expulsa a Dios de la vida pública y pretende la sistemática eliminación de cuánto hay de cristiano en lo simbólico y en lo real en el pueblo boliviano. Creemos que el secularismo es el pretexto para evitar las exigencias morales del Evangelio, para un libertinaje sin límites y para evitar la conciencia del pecado.

Nuestros obispos de Bolivia, en su Carta Pastoral “Los Católicos en la Bolivia de hoy”, ya han señalado que la Iglesia está de acuerdo con el Estado laico, pero no con un Estado laicista (Ver. N° 124, Carta Pastoral), que desprecia el valor de la libertad en materia religiosa. Para nosotros, Estado laico debe significar que el Estado no puede asumir una religión oficial, la garantía del derecho a la libertad religiosa y la sana cooperación entre Estado e Iglesia, cuya orientación ya fue dada en el Concilio Vaticano II.

  1. La juventud, con grandes potencialidades, pero también incertidumbres.

Creemos firmemente en la juventud y depositamos nuestra confianza en su potencial presente y futuro. Según las proyecciones del INE, aproximadamente Santa Cruz tendría un tercio de la población joven de toda Bolivia, que implica, para nosotros, al mismo tiempo, esperanzas y desafíos para la evangelización.

La alegría, las energías, los ideales y la fe que vemos en la juventud, nos hacen pensar que son tierra fértil para sembrar la Palabra de Dios, para hacer brotar la fe y para animarlos a ser misioneros en sus entornos de influencia. Apreciamos mucho a la juventud que ha optado por la militancia parroquial, especialmente en servicios de la catequesis y la Pastoral Juvenil, así como valoramos la participación de la juventud en iniciativas culturales, cívicas y de voluntariado que, de hecho, los convierte en constructores protagonistas de la sociedad. Del mismo modo, resaltamos con admiración a aquella juventud que empieza a militar en organizaciones políticas y en plataformas ciudadanas, con conciencia clara de la realidad y con ideales o propuestas innovadoras, que creemos son savias nuevas que pueden dar horizonte al presente y futuro de Santa Cruz.

No obstante, también vemos a otra parte de la juventud sumida en el dolor y la incertidumbre. Son jóvenes frustrados en sus aspiraciones de educación superior; sin posibilidades de sustentarse o ayudar a sus familias por falta de trabajo; en algunos casos sometidos a la explotación laboral o sexual; jóvenes con corazones destrozados por familias destruidas o por el engaño y el desamor; tristemente vemos cómo algunos han caído en el alcoholismo y la drogadicción. Nos duele la soledad y el sinsentido que experimentan algunos jóvenes, con cuadros de depresión permanente que nos inmoviliza y anula. En algunos casos, tristemente pasa por sus mentes el suicidio como solución equivocada.

  1. La percepción de violencia que genera miedo e inseguridad

Sentimos que en Bolivia en general y en Santa Cruz en particular, la población tiene la percepción de aumento en la inseguridad ciudadana y aumento de hechos de violencia familiar, con algunos casos alarmantes de feminicidio, que llaman a todos a una profunda reflexión sobre sus causas y consecuencias y la urgente búsqueda de soluciones, desde las responsabilidades propias de entidades públicas y privadas.

Con dolor vemos, en el fondo, el desprecio que tiene el criminal por la vida humana que es capaz de matar por objetos de bajo valor; es triste conocer por los medios de comunicación, la saña con la que actúan algunos delincuentes en contra de mujeres, jóvenes y adultos; ni siquiera se salvan los templos religiosos que han sido profanados por ladrones, que indica la carencia de conciencia moral de estas personas, entre nacionales y extranjeros. Lejos de la condena, pensamos que son seres necesitados, especialmente de bienes espirituales más que de bienes materiales.

Lo importante es no caer en los extremos: ni en una paranoia social que genere tal desconfianza que haga toxica la convivencia social ni en la naturalización de estos hechos, como ocurre en algunos países que han claudicado. Estamos seguros que no corresponde a los valores culturales y religiosos del pueblo cruceño, por tanto, pueden y deben ser revertidos. La resignación es una gran tentación, como nos dice el Papa Francisco: “¿Qué tentación nos puede venir de ambientes muchas veces dominados por la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas, el desprecio por la dignidad de la persona, la indiferencia ante el sufrimiento y la precariedad? (…) Creo que la podríamos resumir con una sola palabra: resignación. Y frente a esta realidad nos puede ganar una de las armas preferidas del demonio, la resignación”[1].

  1. “Reclusión no es lo mismo que exclusión”

Es uno de los mensajes más significativos que nos dejó el Papa Francisco en el Centro de Rehabilitación de Palmasola en su visita en julio de 2015. Es que la visión que tenía el Santo Padre es nuestra misma visión hoy: hacinamiento inhumano, retardación de justicia, escasas políticas de terapias ocupacionales y de reinserción social, junto a la violencia y delincuencia en y desde la cárcel.

De las casi 20.000 personas privadas de libertad en Bolivia hasta fines del 2018, más de un cuarto corresponde a nuestra Santa Cruz, situación que interpela nuestra preocupación pastoral, tanto para los servicios que les prestamos, como para hacer los llamados correspondientes a las autoridades públicas involucradas en la administración de justicia y en el régimen penitenciario.

Por los testimonios que recibimos, percibimos que una de las más duras e indignantes experiencias, para víctimas y procesados, es enfrentar la administración de justicia que, al parecer, en gran parte, es insensible a los valores de la libertad, el patrimonio y la honra de las personas que se colocan en juego en los litigios judiciales. Lo grave es, que sabiendo todos los actores estatales y civiles que la justicia, en gran medida, está atravesada por la corrupción, la falta de independencia, la incapacidad, la excesiva carga procesal y los bajos presupuestos, aún no se dan señales estructurales para su cambio, que deja en entredicho las propuestas de la Cumbre de Justicia de 2016, que más allá de algunos avances, la realidad señalada aún persiste.

  • EN LO ECONÓMICO
  1. Una economía con indicadores macroeconómicos positivos y una preocupante desaceleración.

Conscientes que las estadísticas siempre pueden resultar relativas, nos provoca alegría y esperanza el hecho que Bolivia tenga uno de los más altos crecimientos del PIB de Sudamérica a pesar del contexto todavía adverso en la región. No obstante, sin desconocer los avances positivos en el manejo macroeconómico en Bolivia, nos preocupa que dicho crecimiento no sea sostenible, situación que en los últimos tiempos se empieza a manifestar en un proceso de desaceleración de la economía que genera y en vaticinios de crisis que genera incertidumbre y desconfianza. 

Reconocemos la importancia que tuvo la denominada etapa de “bonanza” de la economía boliviana, especialmente por la renta hidrocarburífica que tuvo su pico más alto entre los años 2013 a 2014, debido a los altos precios internacionales de las materias primas, sobre todo hidrocarburos y minería, que dinamizó la economía, generó mayor inversión pública y aumentó oportunidades para la empresa privada, elevando la demanda interna con mayor circulante.

Por otra parte, también percibimos que están incidiendo en la sensación de mayor circulante de dinero en Bolivia los ilícitos del narcotráfico y el contrabando, incluido el de la corrupción pública que, junto a las remesas que envían familiares bolivianos en el exterior, distorsionan los indicadores económicos.

Nos preocupa el actual contexto económico caracterizado por la caída de ingresos por la renta de hidrocarburos, el estancamiento en la recaudación tributaria, el aumento de la deuda pública interna y externa y el elevado gasto corriente que contrasta con la caída de ingresos, que está llevando al Estado al déficit fiscal en los últimos años. Esto demuestra lo volátil que puede resultar una coyuntura internacional favorable y lo insostenible de la economía nacional si está basada sobre todo en la exportación de materia prima y no en una matriz productiva que sea ambientalmente sostenible.

Por los análisis de algunos expertos, sentimos que la inversión pública lamentablemente se ha focalizado en la visibilidad del cemento, quizás con intencionalidad política, por encima de otras necesidades de desarrollo humano como la salud y la educación y la necesaria reactivación productiva que, incluso, tiene que ver con el postulado de seguridad y soberanía alimentaria. Al parecer, la lógica del uso de recursos públicos, ha estado más orientado al gasto que a la inversión.

Creemos que en el espíritu y fines de la organización económica que establece la Constitución Política del Estado orientada al “vivir bien”, debe articularse el Estado, en sus diferentes niveles de Gobierno, con los diversos actores económicos y la sociedad civil, para concertar el horizonte de la economía boliviana al servicio de la persona humana y del bien común, no solo en su dimensión cortoplacista, sino a mediano y largo plazo. Creemos que Santa Cruz debe ser tomada muy en cuenta en estos horizontes económicos.

Consideramos que se les debe prestar atención pública más eficaz a los sectores económicos de la mediana y pequeña empresa; de los pequeños productores y de otros emprendimientos de economía social, que son los que más absorben la demanda de empleo, para que puedan desarrollarse en las condiciones adecuadas, ya que en la actualidad enfrentan la competencia desleal del contrabando y la ausencia de políticas públicas efectivas que fomenten la productividad.

  • EN LO POLÍTICO
  1. La falta de ética política y el debilitamiento de la institucionalidad democrática, la contradicción moral más atroz del poder

En una comprensión positiva de la Constitución y algunas leyes, creemos que son favorables a la democracia plural, a la participación ciudadana y al control social, a través del reconocimiento de derechos, recursos constitucionales y mecanismos interesantes, que representan un avance político y normativo importante.

Pero más allá de los reconocimientos formales y los discursos políticos, sentimos que en mucho quedan, no solamente en el plano formal de la letra muerta, sino que, en los hechos, se vulneran tales derechos y se niegan tales principios democráticos. Nos preocupa de sobremanera que hay visos de negación fáctica de la independencia de los órganos de poder del Estado funcionales a los intereses del poder político; las restricciones a la libertad de expresión y prensa, incluso con actitudes de autocensura en algunos medios de comunicación o líderes de opinión pública; un entorno desfavorable para el funcionamiento y fines de algunas instituciones sin fines de lucro comprometidas en la defensa de los derechos humanos y el medio ambiente; la exclusión de la oposición en las deliberaciones y tomas de decisión concertadas y, en algunos casos, indicios fuertes de judicialización de la política con procesos en contra de opositores o personas con pensamiento crítico.

Algunas voces del actual régimen político en Bolivia, no solamente expresan falta de respeto a la Iglesia con descalificaciones recurrentes, sino que demuestran ignorancia, sea real o aparente, sobre la misión de la Iglesia. La misión de la Iglesia es la Evangelización que se realiza a través de tres tareas interdependientes, como lo ratifica el Papa emérito Benedicto XVI en su Encíclica Deus caritas est, Nº 25 a., en la línea ya trazada por el Concilio Vaticano II: a) Predicación de la Palabra de Dios y anuncio de Cristo vivo; b) Celebración de la fe a través de los sacramentos y la oración y c) Servicio y compromiso social con los pobres y excluidos, que nos lleva necesariamente a la promoción y defensa de los Derechos Humanos y a la denuncia de todo lo que atente a la dignidad humana y al Bien Común. Si la Iglesia dejara de hacer una de estas tareas no cumpliría su misión evangelizadora.

De todas maneras, no nos extraña este tipo de reacciones del poder, ya que ha sido la misma lógica de las dictaduras y del neo-liberalismo que, frente a las denuncias y las orientaciones sociales de la Iglesia, siempre han querido arrinconarla a la predicación desencarnada de la Palabra de Dios y a la celebración del culto desvinculado de la justicia, acusando de acción política opositora al rol profético de la Iglesia.

La Iglesia llama y llamará siempre a “considerar a la persona humana como fundamento y fin de la comunidad política (que) significa trabajar, ante todo, por el reconocimiento y el respeto de su dignidad mediante la tutela y la promoción de los derechos fundamentales e inalienables del hombre” (C-DSI, 388).

  1. La persistencia de la lacra de la corrupción.

Comprendemos que la corrupción expresa la pobreza moral de las personas, el abuso de poder y la debilidad de los controles estatales, que dañan al bien común y generan desconfianza e inseguridad jurídica en la población. Nos preguntamos: ¿Cuántas obras sociales pudieran haberse realizado con el dinero y los bienes que se roba la corrupción? Frente a tantas necesidades colectivas, realmente representa un escándalo moral que se sigue reproduciendo en un sistema prácticamente “institucionalizado”.

Al parecer los valores ancestrales que recoge la Constitución y los discursos políticos de “revolución moral”, no son suficientemente efectivos. Y es que la moral y la ética de la convivencia social no dependen de normas y consignas políticas, sino de opciones morales que la persona elige libremente fruto de sus referentes morales fundamentales como son la familia, la educación y la religión. Como han señalado los obispos en el Documento de Aparecida: “Todas las auténticas transformaciones se fraguan y forjan en el corazón de las personas e irradian en todas las dimensiones de su existencia y convivencia. No hay nuevas estructuras si no hay hombres nuevos y mujeres nuevas que movilicen y hagan converger en los pueblos ideales y poderosas energías morales y religiosas. Formando discípulos y misioneros, la Iglesia da respuesta a esta exigencia” (DA, 538).

  1. La necesidad de pensamiento crítico y de participación ciudadana más activa.

Valoramos como positivo el arraigo de la población a la participación a través de tantas representaciones sociales, vecinales, cívicas, culturales, gremiales, profesionales, sindicales, filantrópicas y religiosas, que exalta uno de los valores de la convivencia social y cultural en Santa Cruz, y es el medio más eficaz para resolver problemas y satisfacer necesidades colectivas.

No obstante, también percibimos en parte de la población una tendencia al vacío del pensamiento político y al poco interés ciudadano para acceder a información y conocimientos más profundos para fundar su visión, posición y acción ciudadana. De esta manera, una buena parte de la población cae en actitudes viscerales al calor de las consignas políticas de uno y otro lado.

En este contexto, sentimos que la verdad es uno de los recursos más escasos, ya que se imponen las mentiras y las medias verdades, que confunden y dividen a la población, generando desconfianza en los políticos. Quizás por eso, entre otras razones, parte la población tiene una visión negativa de lo político, que la asocia a la corrupción, al oportunismo y al poder arbitrario de la autoridad, por lo que prefiere mantenerse alejada de esa realidad, renunciando implícitamente, a su derecho a la participación ciudadana y al control social.

Considerando que cada vez crece más el interés de las organizaciones políticas en la plaza electoral de Santa Cruz, por una parte, porque es el Departamento y la Capital de Departamento más poblado de Bolivia y, por otra parte, uno de los motores de la economía boliviana, la ciudadanía no debería ser “fácil presa” de las ofertas populistas y peor aún, no debería caer en una especie de neo-pragmatismo oportunista.

Estamos convencidos que el pensamiento crítico y la ética ciudadana son los recursos más importantes para ejercer un voto consciente, libre y responsable y para configurar gobiernos y una sociedad en los marcos de los principios democráticos, el respeto a los Derechos Humanos y los valores morales, culturales y religiosos.

  • EN LO CULTURAL
  1. Santa Cruz entre encuentros y choques culturales

Como ya hemos dicho antes, Santa Cruz es uno de los centros de mayor atracción de las corrientes migratorias, que, desde el punto de vista antropológico, genera encuentros y choques culturales. En una parte de la cruceñidad sentimos que hay la sensación de avasallamiento cultural de las tradiciones, espiritualidades ancestrales y expresiones folclóricas andinas, que se imponen o se adoptan, en algunos casos a costa de las propias de la región.

Creemos que debe primar una sana interculturalidad de respeto y enriquecimiento recíproco, donde el migrante debe apreciar la y las culturas propias del lugar donde llega y los del lugar, abrirse y mostrar lo propio, sin caer en actitudes de discriminación. Al final, parece que la mezcla de culturas, está generando culturas emergentes con características propias.

Sin embargo, vemos que las identidades culturales están siendo trastocadas por una cultura más hegemónica, la de la Globalización. Como ya lo había señalado el Papa emérito Benedicto XVI, en su discurso inaugural en la V Conferencia Episcopal en Aparecida en 2007: “Aunque en ciertos aspectos es un logro de la gran familia humana y una señal de su profunda aspiración a la unidad, sin embargo, comporta también el riesgo de los grandes monopolios y de convertir el lucro en valor supremo” (Nº 5, de su Discurso), llevándonos a una homogenización cultural y a un modelo de desarrollo signado por el consumo.

Creemos que la diversidad cultural debe ser siempre asumida como riqueza y como oportunidades de complementariedad y desarrollo humano integral. Pensamos que las identidades culturales ancestrales nos aportan con su cosmovisión, valores y tradiciones que son fuentes morales importantes y con la contemplación de la tierra como espacio sagrado y con quien debe haber una relación armónica y de cuidado.

Estamos seguros que las identidades culturales propias y las que portan los migrantes, encontrarán puntos de equilibrios en función de los valores universales, los derechos humanos y las legítimas aspiraciones regionales.

  1. Las bondades y riesgos de la era digital

En la Exhortación Apostólica Postsinodal de Jóvenes Cristo Vive, el Papa Francisco expresa que “el ambiente digital caracteriza el mundo contemporáneo (…). Ya no se trata solamente de usar instrumentos de comunicación, sino de vivir en una cultura ampliamente digitalizada, que afecta de modo muy profundo la noción de tiempo y de espacio, la percepción de uno mismo, de los demás y del mundo, el modo de comunicar, de aprender, de informarse, de entrar en relación con los demás. Una manera de acercarse a la realidad que suele privilegiar la imagen respecto a la escucha y a la lectura incide en el modo de aprender y en el desarrollo del sentido crítico” (CV, 86).

En efecto, constatamos que, en los hogares, en el transporte público y en todos los lugares públicos, casi la totalidad de la población está conectada a través de su celular a las redes sociales, a la información, música y juegos, en la infinita oferta del internet. En principio, creemos que las tecnologías de la información y comunicación (TICs) son un importante avance que permite y facilita de manera amplia y rápida el acceso a información, a la comunicación familiar y social, opciones educativas en línea y el uso laboral cada vez más extendido.

Como toda hechura humana limitada, y por el uso inadecuado que se le da, también “los medios de comunicación digitales pueden exponer a los riesgos de dependencia, de aislamiento y de progresiva pérdida de contacto con la realidad concreta, obstaculizando el desarrollo de relaciones interpersonales auténticas. Nuevas formas de violencia se difunden mediante los social media, por ejemplo, el ciberacoso; la web también es un canal de difusión de la pornografía y de explotación de las personas para fines sexuales o mediante el juego de azar” (CV, 88).

Reconociendo las oportunidades que brindan las tecnologías de la información y comunicación que, además vienen con fuerza irreversible, alentamos a aprovecharlas en los límites morales y sociales que corresponden. Los padres y madres de familia están llamados a educar a sus hijos, que desde sus primeros años ya son hábiles en navegar en el internet, para que tengan el control de tiempo y uso y para que sepan discernir entre lo bueno y lo malo que entrañan y, sobre todo, para evitar que se genere una dependencia tal que podría provocar daños psicológicos, aislamiento y soledad, especialmente en la niñez y adolescencia.

  • EN LO AMBIENTAL
  1. Nuestra “Casa Común”, fuente de vida y amenazada de muerte

Pensando en nuestra Casa Común, en comunión con el Papa Francisco, podemos afirmar que en Bolivia y en Santa Cruz, “esta hermana clama por el daño que le pro­vocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus pro­pietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, he­rido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivien­tes” (Laudato si, 2).

En esa misma orientación, los Obispos de Bolivia ya habían advertido en su Carta Pastoral sobre el Medio Ambiente que “la crisis ecológica está preocupando cada vez más a los bolivianos, particularmente a las comunidades indígenas, así como a amplios sectores de la población. El hábitat de nuestra vida sufre daños a veces irreparables por la contaminación ambiental, la explotación indiscriminada de minerales e hidrocarburos, el uso desmesurado de pesticidas y fertilizantes, los chaqueos y otros” (Carta Pastoral Medio Ambiente, 4).

Por su parte, el Documento preparatorio del Sínodo de Obispos sobre la Amazonía, proféticamente denuncia: “La relación armoniosa entre el Dios Creador, los seres humanos y la naturaleza está quebrada debido a los efectos nocivos del neo-extractivismo y por la presión de los grandes intereses económicos que explotan el petróleo, el gas, la madera, el oro, y por la construcción de obras de infraestructura (por ejemplo: megaproyectos hidroeléctricos, ejes viales, como carreteras interoceánicas) y por los monocultivos industriales” (Doc Prep., 5).

Efectivamente, cada día hay más evidencias del daño ambiental con consecuencias en la salud humana y la biodiversidad. Como dijimos, Santa Cruz es una de las regiones con mayores recursos naturales renovables y no renovables y tierras aptas para el cultivo y la ganadería, pero lamentablemente la ampliación de la frontera agrícola sin respetar las normas ambientales y de manejo integral de suelos, está generando un proceso de deforestación con consecuencias negativas en el cambio climático.

Del mismo modo, la industria y el parque automotor, están contaminando el medio ambiente, tanto en las aguas, el aire, como en la contaminación acústica. A esto se suma la escasa cultura ciudadana para el tratamiento adecuado de la basura y para preservar hábitos ecológicos.

También nos preocupan algunas medidas públicas que pueden afectar el medio ambiente y los derechos de los pueblos indígenas. Consideramos que es una grave contradicción del actual régimen gubernamental, el haber fundado su “proceso de cambio” en los pilares de los derechos de los pueblos indígenas y los derechos de la madre tierra, con reconocimiento internacional, con megaproyectos hidrocarburíficos, hidroeléctricos y carreteros que afectan derechos de los pueblos indígenas con efectos negativos en el medio ambiente. Sentimos que la consulta previa es una formalidad cuyos estándares internacionales no se tiene voluntad política de cumplirlos y que genera las protestas y movilizaciones de comunidades y pueblos indígenas.

En ese sentido, compartimos la visión de los Obispos de Bolivia sobre las consecuencias negativas del medio ambiente en tierras bajas: “los bosques, están severamente amenazados con graves riesgos de desertificación (que) tiene origen en la desmesurada deforestación producida por habilitar grandes extensiones para cultivos agroindustriales y la irracional explotación maderera, por la agricultura migratoria, el avance de la colonización, los asentamientos caóticos en las zonas de los yacimientos petrolíferos, el sobrepastoreo y el monocultivo; aumentan las plantaciones ilegales de coca incluso en zonas protegidas, parques nacionales y reservas forestales de Santa Cruz y Beni, donde los bosques son devastados para convertirlos en zonas de producción ilegal de coca” (Cf. Carta Pastoral CEB Medio Ambiente, 20).

  • EN LO RELIGIOSO
  1. Santa Cruz, pueblo creyente

Con alegría y esperanza valoramos el sentido religioso del pueblo cruceño, con una mayoritaria profesión de fe e identidad católica que se expresa en la participación numerosa en las eucaristías; en los grupos y ministerios parroquiales y en las manifestaciones de devoción y religiosidad popular. Junto a la participación de una minoría de la población en iglesias evangélicas, podemos afirmar que el pueblo cruceño es cristiano casi en su totalidad.

No obstante, sentimos también que en una buena parte de los católicos falta más consistencia doctrinal para dar razón de su credo y esperanza, que les hace vulnerables a las acciones proselitistas de sectas religiosas, incluso de caer en espiritismos satánicos y en brujerías, que no solamente representan una ofensa a Dios, sino que afectan la salud psíquica y física de las personas que recurren a estas prácticas, con daños propios y en el entorno familiar y social.

Otra realidad que tenemos presente es la mezcla religiosa, unas veces de sincretismo religioso y otras veces solamente como tradiciones cristianas con algunas expresiones culturales. Por la fuerte migración andina hacia Santa Cruz, cada vez son más evidentes las costumbres de la cha´lla, sahumerios y rituales ancestrales de los pueblos originarios del occidente de Bolivia, que progresivamente van adoptando familias cruceñas, particularmente aquellas vinculadas a las actividades comerciales. Esta realidad reclama una adecuada evangelización.

  1. Nuestra mirada esperanzadora y autocrítica de nuestra comunidad eclesial (fortalezas y debilidades)

Nuestra Iglesia en Santa Cruz, vive una fuerza motivadora por la misión del anuncio kerigmático de la Buena Nueva, que parte del encuentro con Cristo Resucitado y del amor recibido de Dios que se vive y se comparte. Pero también, se enfrenta a una muralla social no ajena del resto del país, del continente y del mundo entero; que tiene la mente ideologizada, deshumanizada y descristianizada, campeándose en personas de todas las edades y condiciones sociales y culturales, aún hasta en algunos cristianos.

Es en este contexto que somos llamados para ser discípulos misioneros desde cada una de nuestras formas de vocaciones eclesiales: sacerdotes, consagrados y consagradas, laicos comprometidos.

 «En la unidad de la Iglesia local, que brota de la Eucaristía, se encuentra todo el Colegio episcopal con el sucesor de Pedro a la cabeza, como perteneciente a la misma esencia de la Iglesia particular. En torno al Obispo y en perfecta comunión con él tienen que florecer las parroquias y comunidades cristianas como células pujantes de vida eclesial» (Juan Pablo II, Discurso inaugural, 25).

Es aquí, donde hacemos una reflexión crítica de nuestra Iglesia local, de la vida de nuestras comunidades cristianas, de la comunión en el desarrollo de la misión, del anuncio del evangelio, de la vida con los sacramentos y el fortalecimiento y promoción humana, bajo la acción del Espíritu. Para ello, vamos a identificar sus fortalezas y debilidades:

COMUNIÓN ECLESIAL Y KOINONÍA

Fortaleza Debilidades
·    Actitud de escucha y de apertura en la parroquia, comunidad de comunidades. Acoge las angustias y esperanzas de los hombres, anima y orienta la comunión, participación y misión. Es «la familia de Dios, como una fraternidad animada por el Espíritu de unidad»… La parroquia está fundada sobre una realidad teológica porque ella es una comunidad eucarística… «La parroquia es una comunidad de fe y una comunidad orgánica en la que el párroco, que representa al obispo diocesano, es el vínculo jerárquico con toda la Iglesia particular» (ChL 26).

·    Nuestro Arzobispo, es muy querido y se respeta su autoridad, cuando emite una instructiva, todo el pueblo creyente le responde de manera positiva.

·    La diversidad de carismas de los movimientos que son capaces de penetrar a la luz de una experiencia espiritual característica, en todos los ámbitos de la vida eclesial y humana para evangelizar y cristianizarlos de modo radical. Ingresar en muchos ambientes.

·    El accionar de la vida consagrada, como don del Espíritu Santo dentro de la Iglesia. Es un fuerte testimonio del trabajo heroico de muchas religiosas y religiosos que a partir de su singular alianza con Dios hacen presente en todas las situaciones, hasta las más difíciles, la fuerza del Evangelio.

·    La familia cristiana, esa «Iglesia doméstica» que es la primera comunidad evangelizadora

·    Necesidad de una mejor formación cristiana

·    Disminución de vocaciones presbiterales

·    Las divisiones y conflictos en el seno de comunidades eclesiales, que no siempre reflejan la unidad que ha querido el Señor.

·    Nuestra diócesis cuenta con agentes de pastoral, pero muchas veces su planificación pastoral no es clara. Es urgente avanzar en el camino de la comunión y participación, con mayor sentido de Iglesia y de un auténtico espíritu misionero.

·    Falta una mayor integración de todos los miembros del pueblo de Dios en cuanto a vocaciones, ministerios y carismas.

·    La orientación política socialista-comunista de la dirigencia de la Comunidad Eclesial de Base, no condice que la fe cristiana. Se conoce muy poco de su existencia, su finalidad y de lo que realiza.

·    La institucionalidad de la familia se encuentra atacada por el adoctrinamiento de la ideología de género que viene empaquetado con la línea política de izquierda. Ya no es la lucha de clases, ahora es la lucha entre el hombre y la mujer. Está anulando la figura y autoridad del Padre como cabeza de la familia.

EVANGELIZACIÓN

Fortaleza Debilidades
·    Contar con un Plan Pastoral de manera permanente.

·    El cumplimiento del lema de la misión permanente en Bolivia: “Discípulo Misionero: escucha, aprende y anuncia”, tres pilares fundamentales de la vida cristiana misionera.

·    El constituirse en una Iglesia en salida, especialmente a las periferias humanas y con especial atención a los más pobres, desde todas las comunidades eclesiales.

·    El dar y ser testimonio en el proceso de evangelización.

·    El uso de la tecnología como herramientas para la producción (videos, audios, otros) y difusión de la evangelización a través de las redes sociales.

·    Laicos discípulos, con una formación permanente, maduros y comprometidos en la misión evangelizadora.

·    No se da lo que no se tiene. La falta de testimonio en la misión, por la inestabilidad de la vida cristiana de no ser sostenida en la piedad y la escucha, el estudio para aprender y la acción de anunciar; que permiten acrecentar las 4 virtudes teologales.

·    El poco conocimiento de los laicos en relación con la doctrina de la iglesia y la Palabra.

·    El no utilizar debidamente la biblia en la evangelización.

·    El desconocimiento de los documentos de la iglesia.

·    El difuso concepto de ecumenismo, permite que muchos católicos terminen en otras nominaciones religiosas protestantes.

·    Algunos católicos que se han dejado influenciar por una corriente crítica, casi destructiova de la iglesia y del Papa.

LITURGIA/SACRAMENTOS

Fortaleza Debilidades
·    El contar con los Sacramentos como canales de salvación.

·    La dinámica de sacerdotes que se han adaptado a la nueva realidad, sin perder la fidelidad a las enseñanzas de Cristo.

 

·    Pocas vocaciones sacerdotales.

 

·    La deficiente preparación para recibir los sacramentos. Y la deficiente preparación de muchos catequistas.

 

DIAKONÍA O PROMOCIÓN HUMANA

 

Fortaleza Debilidades
·    La prioridad por los más pobres, enfermos y marginados, con una mirada en el amor de Dios.

·    El interés de la iglesia local para brindar apoyo, para un desarrollo humano integral.

·    La preocupación y esfuerzo por preparar el capital humano, además de la evangelización, en otros ámbitos de formación líderes que asuman con convicción la vida social y política del país.

·    Es poco eficiente el proceso de formación de algunas parroquias en sus agentes de pastoral y en la poca participación comprometida de los fieles laicos en la formación para el servicio.

·    Catequistas poco formados.

·    Poca conciencia de formación permanente, tomando en cuenta que es entendida y aceptada como camino de conversión y medio para la fidelidad.

 

  1. JUZGAR – ILUMINACIÓN: SAL Y LUZ EN EL MUNDO: SANTA CRUZ EN MISIÓN
  1. SAL Y LUZ EN EL MUNDO: SANTA CRUZ EN MISIÓN

Luego de proponer las Bienaventuranzas, como Proyecto de vida de sus discípulos, Jesús les plantea un desafío de identificación: “Ustedes son la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá su sabor? Solo sirve para tirarla y que la pise la gente.

Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad construida sobre un monte.

No se enciende una lámpara para meterla en un cajón, sino que se pone en el candelero para que alumbre a todos en la casa.

Brille igualmente la luz de ustedes ante los hombres, de modo que cuando ellos vean sus buenas obras, glorifiquen al Padre de ustedes que está en el cielo” (Mt 5,13-16).

  1. ¿QUÉ USOS Y SIGNIFICADO TIENE LA SAL?

Actualmente, como en tiempos de Jesús, la sal tiene diversos usos, particularmente en el nivel doméstico de nuestras familias:

  • Sazona los alimentos, da sabor.
  • Purifica de la corrupción, eliminando agentes de fermentación.
  • Conserva alimentos (pescados secos, aceituna, legumbres, etc.).
  • Aviva la llama e incrementa el calor; es agente químico para hacer arder el estiércol (en el horno).
  • Rompe el hielo.

Con ese uso tan diverso y plural, la sal tiene también un simbolismo plural. En la experiencia, de acuerdo a su uso, la sal:

  • Es condimento indispensable; se pierde en los alimentos, pero los transforma o enriquece su sabor. No se lo percibe visiblemente, solo en sus efectos.
  • Se la utiliza en cantidad reducida, “con moderación”; si se añade en demasía, es dañina o los alimentos se echan a perder. Como el accionar de la sal, toda acción transformadora debe ser metódica, procesual y planificada.
  • Es elemento purificador de la comunidad. Purifica, con su acción, todo lo que contamina y destruye en la vida.
  • Está al servicio del producto a ser saborizado, conservado; no se beneficia a sí misma. Produce el efecto esperado.

En la Biblia, la sal:

  • En la vida cotidiana, da sabor a los alimentos; sin ella, la comida es insípida (Job 6,6). Confiere precio, valor, utilidad a lo que debe ser salado.
  • En el culto, hace agradable la ofrenda a Dios (Lv 2,13); mezclada con el incienso, hace que éste sea más puro y santo (Ex 30,25).
  • En la convivencia humana, los que comen del mismo pan y de la misma sal están unidos por un vínculo especial.
  • En relación a la Alianza del pueblo de Israel con Dios y a los compromisos (alianzas, tratados) de hombres entre sí, crea y conserva vínculos estables (Nm 18,19; 2 Cro 13,5), subrayando el carácter solemne, solido, irrevocable del compromiso establecido entre ambas partes. Este significado de la sal ha de marcar su utilización en el ritual del Sacramento del Bautismo de la Iglesia Católica (antes del Concilio Vaticano II) y en el agua bendita, según la costumbre popular, para su conservación y uso posterior.
  1. ¿QUÉ USOS Y SIGNIFICADO TIENE LA LUZ?

En nuestra experiencia, la luz es natural, producida por el sol, y doméstica o industrial, producida por implementos domésticos o por la técnica del hombre. En su uso más cotidiano, la luz:

  • Ilumina, disipa las tinieblas y facilita la lectura, la distinción de los objetos.
  • Alegra el ambiente, da vida, proporciona calor; donde se encuentra la luz hay vida.
  • Permite distinguir el camino a recorrer u orienta y señala hacia dónde dirigirse (el faro en el océano). Caminamos siguiendo sus señales.
  • Resalta – la luz eléctrica – fachadas de edificios (privados y públicos), espacios diversos (con variados tipos de luces, blanca, amarilla, a contra luz), mensajes publicitarios.
  • Atrae la atención sobre aquello que se ilumina.

La luz, como tal, no busca la relevancia, ella simplemente cumple su misión, deja percibir mejor la identidad y la belleza, las cualidades o sus limitaciones. El cirio encendido no se preocupa de iluminar, sencillamente arde y, al arder, ilumina. Y solo ilumina si está encendido. La identidad del discípulo de Jesús no puede permanecer escondida, aunque no haga nada para “hacerse ver”. El problema no es iluminar, buscar el oportunismo, sino ser luz. Como dice la gente: “Ninguno da lo que no tiene”. Lo que tú eres habla más fuerte de lo que puedas decir.

En la Iglesia, en la Vigilia Pascual, al ofrecer el sacrificio vespertino de alabanza, el cirio, hecho con cera de abejas y, como columna de fuego, arde “en llama viva para gloria de Dios. Y aunque distribuye su luz, no mengua al repartirla, porque se alimenta de esta cera fundida, que elaboró la abeja fecunda para hacer esta lámpara preciosa” (Pregón Pascual).

En la Biblia, la luz:

  • Sirve de metáfora para hablar de Dios; allí donde hay luz, está Dios (Ex 24,10; Ha 3,3s). La sabiduría es un reflejo de la luz eterna de Dios, superior a toda luz creada (Sab 7,27.29s). En la nueva creación, Dios mismo será su luz (Ap 21,5).
  • Significa la presencia y la acción de Dios a favor del pueblo (en el Desierto, Ex 13,21-22; 14,24) y en el pueblo mismo, particularmente en Jerusalén (Is 60, 1ss). Por su luz, Dios aclara los pasos del hombre (Prov 6,23; Sal 119,105).
  • Identifica al siervo de Dios, que está llamado a ser luz de las naciones, referencia de salvación (Is 42,6).
  • Da testimonio de la acción solidaria y de justicia del que hace ayuno “que Dios espera” (Is 58,8.10). Por la acción realizada a favor del pobre, brillará su luz y caminará hacia un día luminoso (Sal 36,10; 97,11).
  • Es la presencia y la acción de Jesús, el Hijo de Dios (Mt 4,16). Él, como Palabra de Dios, ilumina a todo hombre que viene a este mundo, hace la función de la conciencia (Jn 1,4). En sus actos y en sus palabras, Jesús se revela como luz del mundo. Él da o devuelve la vista a los ciegos (Mc 8,22-26; Lc 4,18; 7,21). Él mismo afirma: “Yo soy la luz” (Jn 8,12); “mientras estoy en el mundo, yo soy la Luz del mundo” (Jn 9,5). Por eso, quien le sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida (Jn 8,12).
  • Califica el dominio de Dios y de Cristo, como el dominio del bien y de la justicia; al contrario del dominio de Satanás y de la impiedad (2 Cor 6,14s). Identifica y autentifica la conducta de los cristianos (Jn 3,19s), que, en sus obras, deben mostrar que son “hijos de la luz” (Ef 5,8). La luz brilla solamente a través de las obras y, más todavía, en un contexto de persecución a causa del estilo de vida vinculado al Evangelio de Jesús.

En el contexto literario y teológico del Evangelio de Mateo, este texto de la sal y de la luz:

  • Está en estrecha vinculación con las Bienaventuranzas. Al inicio de su predicación, Jesús plantea los criterios con los que Dios juzga y obra en relación al pobre, al humilde y al despreciado, en oposición al modo de valorar y vivir de los hombres (Mt 5,2-10). Al asumir esta inversión de valores, a causa de Jesús, los discípulos pueden ser injuriados, perseguidos, calumniados (Mt 5,11-12); pero, en esta situación, ellos deben sentirse “dichosos”. Con esta identidad (asegurada por la segunda persona plural, “ustedes”, v. 11 y v. 13.14), los discípulos serán “sal de la tierra” y “luz del mundo”. En lugar de abatirse, identificados con “su Señor”, viven las bienaventuranzas con él y como él, con el mismo amor al Padre y a sus hermanos.
  • Está como concreción y testimonio de la declaración programática sobre la vivencia plena de la Ley (Mt 5,17-20). El comportamiento de los discípulos (como “sal”, “luz”, “ciudad”, “lámpara”), expresado en sus obras, manifiesta la obediencia integral a la Ley y, por tanto, a la voluntad de Dios. Esta “justicia superior” (ser mejores a Fariseos y Maestros de la Ley, v. 20) tiene que expresarse en la totalidad de la vida de los discípulos. Es la totalidad de su existencia que debe estar marcada por esta identificación; como su Maestro, en su vida, ellos deben testimoniar la verificación de su enseñanza y, por tanto, de las Bienaventuranzas.
  • El anuncio del Evangelio se realiza a través del testimonio. Este testimonio es, al mismo tiempo, sal, escondida pero muy perceptible, y luz, patente y visible, que hace que todos disfruten de la gloria de Dios. Jesús mismo, por su testimonio, porque es el Hijo que la vida por sus hermanos, es sal de la tierra y luz del mundo; nos hace oír y ver que Dios nos ama y es Padre de todos. El máximo de su ocultamiento, su crucifixión, fue el culmen de su revelación como Hijo de Dios y de su amor hasta el extremo.
  • La valoración de la comunidad, su dimensión eclesial. Al acentuar la “segunda persona” plural, el “ustedes” (v. 11.13.14), la identidad es comunitaria, corporativa. Es el conjunto de los discípulos que deben ser “sal” y “luz”, no – necesariamente – cada uno por separado. La comunidad se identifica con la “sal” cuando tiene el sabor de las bienaventuranzas; ellas dan el saber y el sabor, preservan de la corrupción, expresan la capacidad de amistad y disponibilidad.
  1. EL SIGNIFICADO DE LA SAL Y DE LA LUZ, ¿CÓMO INFLUYE EN LA TRADICIÓN DE LA IGLESIA?

En la Tradición de la Iglesia, el significado de la sal y de la luz, se ha expresado en:

  1. El anuncio del misterio de la encarnación, como realidad y fuerza en su dimensión humana e histórica. “Dios Padre envió al mundo a su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, verdadero Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos y verdadero Hombre, nacido de María la Virgen por obra del Espíritu Santo. En Cristo y por Cristo, Dios Padre se une a los hombres. El Hijo de Dios asume lo humano y lo creado restablece la comunión entre su Padre y los hombres. El hombre adquiere una altísima dignidad y Dios irrumpe en la historia humana, vale decir, en el peregrinar de los hombres hacia la libertad y la fraternidad, que aparecen ahora como un camino hacia la plenitud del encuentro con Él” (Puebla, 188).
  1. La prioridad y urgencia del testimonio. Sin el testimonio de una vida cristiana seria y consecuente, la Buena Noticia de Jesús se convertiría en una ideología más; como la sal, habrá perdido su sabor. “La Buena Nueva debe ser proclamada en primer lugar, mediante el testimonio” (Evangelii Nuntiandi, 21). “El hombre contemporáneo cree más a los testigos que a los maestros; cree más en la experiencia que en la doctrina, en la vida y los hechos que en las teorías. El testimonio de vida cristiana es la primera e insustituible forma de la misión: Cristo, de cuya misión somos continuadores, es el « Testigo » por excelencia (Ap 1, 5; 3, 14) y el modelo del testimonio cristiano. El Espíritu Santo acompaña el camino de la Iglesia y la asocia al testimonio que él da de Cristo (cf. Jn 15, 26-27)” (Redemptoris missio, 42).
  2. La misión e identidad de la Iglesia. “Por ser Cristo luz de las gentes”, con la inspiración del Espíritu, el Concilio Vaticano II quiere iluminar con la claridad de Cristo “que resplancede sobre la faz de la Iglesia, anunciando el Evangelio a toda criatura (cf. Mc., 16,15)” (Lumen Gentium, 1). Este anuncio del Evangelio constituye la misión esencial de la Iglesia. “Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar…” (Evangelii Nuntiandi, 14). “La naturaleza íntima de la Iglesia se expresa en una triple tarea: anuncio de la Palabra de Dios (kerygma-martyria), celebración de los Sacramentos (leiturgia) y servicio de la caridad (diakonia). Son tareas que se implican mutuamente y no pueden separarse una de otra. Para la Iglesia, la caridad no es una especie de actividad de asistencia social que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable de su propia esencia” (Deus Caritas est, 25,a).
  3. El anuncio gozoso, por la palabra y el testimonio, de la centralidad de la centralidad del amor. La vivencia “El amor –caritas- siempre será necesario, incluso en la sociedad más justa. No hay orden estatal, por justo que sea, que haga superfluo el servicio del amor. Quien intenta desentenderse del amor se dispone a desentenderse del hombre en cuanto hombre” (Deus Caritas est, 28,b). Toda acción social de servicio al hombre, en colaboración con otras organizaciones de servicio, debe hacerse respetando la fisonomía específica del discípulo de Cristo. Este servicio debe estar marcado por la caridad, expresada por san Pablo en 1 Cor 13, Carta Magna de todo el servicio eclesial. “La actuación práctica resulta insuficiente si en ella no se puede percibir el amor por el hombre, un amor que se alimenta en el encuentro con Cristo. La íntima participación personal en las necesidades y sufrimientos del otro se convierte así en un darme a mí mismo: para que el don no humille al otro, no solamente debo darle algo mío, sino a mí mismo; he de ser parte del don como persona” (Deus Caritas est, 34).
  4. Acentúa la dimensión social del amor en el anuncio y práctica de la justicia. La justicia no es una simple convención humana, determinado por la ley, sino por la identidad profunda del ser humano, expresada en la antropología cristiana. “La plena verdad sobre el hombre permite superar la visión contractual de la justicia, que es una visión limitada, y abrirla al horizonte de la solidaridad y del amor: Por sí sola, la justicia no basta. Más aún, puede llegar a negarse a sí misma, si no se abre a la fuerza más profunda que es el amor” (Compendio de la DSI, 203).
  5. La estrecha vinculación entre la palabra y la acción, entre la fe y la vida. “Confesar a un Padre que ama infinitamente a cada ser humano implica descubrir que ‘con ello le confiere una dignidad infinita’. Confesar que el Hijo de Dios asumió nuestra carne humana significa que cada persona humana ha sido elevada al corazón mismo de Dios. Confesar que Jesús dio su sangre por nosotros nos impide conservar alguna duda acerca del amor sin límites que ennoblece a todo ser humano (…). Confesar que el Espíritu Santo actúa en todos implica reconocer que Él procura penetrar toda situación humana y todos los vínculos sociales: ‘el Espíritu Santo posee una inventiva infinita, propia de una mente divina, que provee a desatar los nudos de los sucesos humanos, incluso los más complejos e impenetrables’” (Evangelii Gaudium, 178).
  6. La conexión necesaria entre evangelización y promoción humana. En efecto: “Entre evangelización y promoción humana –desarrollo, liberación- existen efectivamente lazos muy fuertes. Vínculos de orden antropológico, porque el hombre que hay que evangelizar no es un ser abstracto, sino un ser sujeto a los problemas sociales y económicos. Lazos de orden teológico, ya que no se puede disociar el plan de la creación del plan de la redención que llega hasta situaciones muy concretas de injusticia, a la que hay que combatir y de justicia que hay que restaurar. Vínculos de orden eminentemente evangélico como es el de la caridad: en efecto, ¿cómo proclamar el mandamiento nuevo sin promover, mediante la justicia y la paz, el verdadero, el auténtico crecimiento del hombre?” (Evangelii Nuntiandi, 31)
  7. La transformación profunda del hombre y del mundo, a nivel personal, social y estructural. “Evangelizar significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad: He aquí que hago nuevas todas las cosas (Ap 21,6)” (EN 18). “Para la Iglesia no se trata solamente de predicar el Evangelio (…), sino de alcanzar y transformar con la fuerza del Evangelio los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida de la humanidad, que están en contraste con la palabra de Dios y con el designio de salvación” (Evangelii Nuntiandi, 19).
  8. La evangelización vinculada a procesos de liberación y justicia. La transformación de la persona y del mundo se sitúa en el proceso de liberación del Pueblo de Dios, que experimenta la presencia salvífica de Dios, cuando se da “el verdadero desarrollo, que es el paso, para cada uno y para todos, de condiciones de vida menos humanas, a condiciones más humanas” (Populorum progressio, n. 20). Estas condiciones más humanas, manifestarán la integración de toda la escala de valores y la vocación original de “aunar en una síntesis nueva y genial, lo antiguo y lo moderno, lo espiritual y lo temporal, lo que otros nos entregaron y nuestra propia originalidad” (“Introducción” a Medellín, n. 7).
  1. ACTUAR: Plan Pastoral para la Misión 2020-2024

 

  1. Objetivos del Plan Pastoral Arquidiocesano
OBJETIVO GENERAL Fortalecer la misión evangelizadora de la Iglesia para que sea sal y luz del mundo, en respuesta a los urgentes desafíos de los signos de los tiempos y animados por las orientaciones del V CAM.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
1.     PARA LA VIDA ORGÁNICA DE LA IGLESIA CON ESPÍRITU DE KOINONIA. Profundizar nuestra comunión eclesial y pastoral de conjunto en las áreas pastorales y estructuras eclesiales, como testimonio del amor cristiano y de la eficacia de la misión evangelizadora.
2.     PARA LA MISION KERIGMATICA Y LITÚRGICA Reforzar la formación cristiana y humana en todos los agentes pastorales, para que sepan dar razón de su fe y esperanza en Cristo Resucitado, en las complejas realidades humanas.

 

3.     PARA UNA IGLESIA CELEBRADORA Y SANTIFICADORA Revitalizar la dimensión religiosa del pueblo de Dios, para una consciente y vital experiencia de los sacramentos que lo lleve a celebrar con gozo los misterios de la salvación, particularmente la Mesa del Pan y de  la Palabra, como signos de encuentro personal y comunitario con Jesucristo, con la gracia santificadora y frutos de transformación personal, familiar y social.
4.     PARA LA IGLESIA SERVIDORA Y EN SALIDA (DIACONAL) Testimoniar la caridad y la justicia de Jesucristo entre personas y grupos humanos en situación de pobreza y exclusión social, para que sean sujetos de su propia promoción humana y liberación integral, desde una Iglesia en salida, misionera y profética, expresando con valentía su compromiso irrenunciable con la verdad, los valores éticos y la justicia social.

 

  1. Prioridades pastorales, líneas de acción y metas

 

Prioridad Pastoral Líneas de acción Metas
En comunión eclesial y pastoral de conjunto para una misión eficaz   a)     Al menos el 80% de las parroquias cuentan con áreas pastorales fortalecidas en la dimensión kerigmática, litúrgica y diaconal y cuentan con Consejos y estructuras pastorales necesarias y dispuestas por el Código Canónico.

b)     El 100% de las estructuras y servicios eclesiales y pastorales, tienen en orden sus documentos constitutivos y de funcionamiento y cumplen las obligaciones tributarias y sociales, como testimonio de coherencia evangélica.

 

1.     FAMILIA Y PROMOCIÓN DE LA VIDA 1)     Pastoral Familiar con estructuras, estrategias y recursos suficientes para evangelizar la familia.

 

1.1.   Al menos en el 40% de parroquias cuentan con acciones de Pastoral Familiar.

1.2.   Pastoral Familiar Arquidiocesana fortalecida en sus funciones de promoción, coordinación y animación, con servicios de orientación, asistencia, formación, incidencia pública y alianzas interinstitucionales, con referentes Vicariales.

1.3.   Cursos pre-matrimoniales logran discernimiento humano, cristiano y espiritual en los novios para asumir el sacramento matrimonial en condiciones adecuadas.

  2)     Acción pastoral en todas las áreas y servicios, impregnada de una opción por la promoción de la familia cristiana. 2.1. Al menos el 80% de las acciones pastorales en todas las instancias eclesiales, incorporan la temática de la familia.
  3)     Promoción y defensa de la vida desde su concepción natural hasta su muerte natural.

 

3.1. Al menos el 60% de las instancias eclesiales conocen el magisterio social y los Derechos Humanos en relación a la protección de la vida.

3.2. Participación activa de la Iglesia en plataformas de defensa de la vida y la familia.

3.3. Pronunciamientos públicos para la defensa de la vida y la familia.

2.     ANUNCIO Y CELEBRACIÓN DE CRISTO VIVO (FORMACION CRISTIANA Y HUMANA )

 

1)     Itinerarios formativos sistemático y con enfoque integral, teológico, doctrinal y humano, en las diferentes áreas pastorales.

 

1.1.   En al menos 5 Vicarías se implementa el Plan de Formación de Laicos (I Nivel), con aprendizajes y réplicas efectivas.

1.2.   Al menos el 60% de catequistas han concluido su formación en todos los niveles de formación catequética.

1.3.   Al menos 250 agentes pastorales formados en Biblia y teología fundamental, replican itinerarios formativos a nivel de capillas y comunidades.

1.4.   Laicos formados en Doctrina Social de la Iglesia inciden en las organizaciones de la sociedad civil.

1.5.   Al menos 100 agentes pastorales tienen insumos para su labor de orientación ciudadana, a partir de su participación en los Foros Eclesiales sobre temas de la coyuntura socio-política y pastoral.

1.6.   Al menos el 60% de parroquias cuentan con Equipos Misioneros formados y comprometidos.

1.7.   Obras misionales fortalecidas fortalecen en sentido misionero de la Iglesia local.

1.8.   Semanas Teológicas o Semanas Sociales institucionalizadas, anualmente inciden en la profundización de una temática eclesial y social.

  2)     Campañas de evangelización misionera. 1.1.   El 100% de las estructuras eclesiales y servicios pastorales están en modo misión permanente.

1.2.   Al menos una vez anualmente se realizan Campañas de Evangelización a nivel de parroquias o Vicarías, que logran tocar mentes y corazones de católicos alejados o pasivos.

1.3.   Al menos una vez por año se realizan campamentos juveniles, como tiempos fuertes de confraternización, reflexión y oración.

1.4.   Pastoral ecuménica fortalecida para el diálogo y encuentro ecuménico, para la celebración de la fe y la caridad.

  3)     Celebración consciente, festiva, comunitaria y encarnada de la fe

 

3.1.   Las expresiones de la religiosidad y devoción popular son revalorizadas y evangelizadas, con enfoque de inculturación del Evangelio.

3.2.   Se recupera el valor del domingo como Día del Señor, con celebraciones de la sagrada eucaristía como fiesta de comunión y alimento de la vocación misionera.

3.3.   Pastoral de los santuarios constituidos, elevan el número y sentido de participación en las peregrinaciones, como espacios de evangelización misionera.

3.4.   Al menos el 80% de las parroquias cuentan con Pastoral de Acogida conformadas, logran fortalecer en sentido comunitario y humano de la vida eclesial.

3.5.   Ministerios confiados a los laicos son fruto de formación adecuada, testimonio de vida y de la fraternidad cristiana con los responsables pastorales.

3.6.   Aumenta en al menos un 30% los aportes de los fieles por diezmo u ofrendas, como testimonio de su sentido de pertenencia eclesial y corresponsabilidad en el sustento de la Iglesia.

 

2.     PROMOCION HUMANA Y CUIDADO DE LA CASA COMÚN. 1)     Dimensión social de la evangelización con servicios estructurados, promueven, coordinan y animan la solidaridad cristiana. 2.1.   Al menos el 80% de las parroquias urbanas y el 40% de parroquias rurales, cuentan con Cáritas Parroquiales.

2.2.   Al menos el 80% de las parroquias y las estructuras Arquidiocesanas, participan activamente de las Campañas de Solidaridad Cristiana Cuaresmales.

2.3.   Se cuenta con referentes parroquiales para respuestas humanitarias ante desastres naturales.

  2)     Promoción del desarrollo rural con enfoque de ecología integral.

 

2.1. En al menos 5 Municipios de la Arquidiócesis, la Pastoral Social Cáritas promueve el desarrollo socio-productivo con enfoque de ecología integral, en coordinación con los párrocos y otros agentes pastorales.

2.2. Presencia de Iglesia en redes interinstitucionales de defensa de la Casa Común y los derechos indígenas.

  3)     Inclusión social para el ejercicio de derechos de personas y grupos humanos en situación de vulnerabilidad. 2.4.   Al menos el 50% de los destinatarios de las obras sociales, comisiones y delegaciones, conocen y ejercen sus derechos.

2.5.   Al menos Bs. 500.000 se logran obtener de la Responsabilidad Social Empresarial y de otras fuentes de recaudación local para obras sociales.

2.6.   Personas con discapacidad, adultos mayores y niños en situación de calle, tienen atención pastoral y social de la Iglesia.

  4)     Promoción de los Derechos Humanos y la Democracia 4.1.   Se cuenta con información y análisis de las coyunturas socio-políticas nacionales y regionales relacionadas a los DDHH y la Democracia, como insumos para la orientación pastoral.

4.2.   Se cuenta con espacios de discernimiento evangélico de los signos de los tiempos para la sociedad civil y para los agentes pastorales.

4.3.   La Iglesia está presente en iniciativas interinstitucionales y en movilizaciones ciudadanas, que defiendan los Derechos Humanos y los principios democráticos.

  5)     Cuidado de la Casa Común orientada a la ecología integral. 5.1. Se cuenta con Semanas de la Creación institucionalizadas en ocasión de la Festividad de San Francisco, con acciones de reflexión, movilización y gestos de cuidado de la Casa Común.

5.2. Se cuenta con una Pastoral de la Ecología y Medio Ambiente a nivel Arquidiocesano, con al menos 10 parroquias participantes.

5.3. Los materiales de la catequesis y otros itinerarios formativos, incluyen temas del medio ambiente, en base a los Cartas Pastorales de la CEB, el Sínodo de Obispos para la Amazonía y el Magisterio Social del Papa Francisco.

5.4. La Iglesia está presente y apoya a los pueblos indígenas en la defensa de sus derechos a la tierra y el territorio.

  6)     Testimonio de caridad y justicia de las Pastorales específicas. 6.1. Pastoral de Movilidad Humana fortalecida y comprometida con servicios efectivos a favor de migrantes y refugiados.

6.2. Pastoral Penitenciaria con servicios de asistencia espiritual, orientación jurídica, apoyo social, terapia ocupacional e incidencia pública, a favor de las personas privadas de libertad, estables y con voluntariado comprometido.

6.3. Pastoral de la Salud reconstituida con servicios de coordinación y animación pastoral para la asistencia humanitaria y espiritual de personas enfermas necesitadas.

  7)     Educación católica al servicio del desarrollo humano integral. 7.1. Obras educativas católicas articuladas desde la CEIL, con una agenda de intereses comunes y con mecanismos efectivos de comunión y pastoral de conjunto.

7.2. Obras educativas católicas con acciones fortalecidas en la formación cristiana y humana, deja huellas católicas en los estudiantes.

7.3. Relaciones de sana cooperación Estado-Iglesia en el campo educativo, facilita que las peticiones de las obras sean atendidas favorablemente.

  8)     Protección de la dignidad y derechos de personas en situación de abandono y exclusión social. 8.1. Hogares de la Iglesia Católica con condiciones de funcionamiento adecuadas, para ser signos de amor, protección y desarrollo en valores humanos y cristianos para la niñez y adolescencia en situación de abandono y exclusión social.

8.2. Sana cooperación entre las obras sociales y las entidades públicas involucradas, permiten contar con becas integrales, ítem y servicios básicos, orientado al funcionamiento de sus servicios.

8.3. Se cuenta con aportes de Responsabilidad Social Empresarial y donaciones de particulares, para el sostenimiento de los servicios de las obras sociales.

3.     LAICOS SAL Y LUZ DEL MUNDO 1)     Formación y capacitación 1.1. Itinerarios formativos doctrinales, socio-políticos y humanísticos propios y en coordinación con otras iniciativas Arquidiocesanas.

 

  2)     Fortalecimiento de las organizaciones laicales 2.1. Movimientos y asociaciones laicales articuladas en el Consejo Jurisdiccional de Laicos, con militancia activa y con agenda de incidencia pública.

2.2. Consejo Jurisdiccional de Laicos con alianzas interinstitucionales, goza de reconocimiento de entidades públicas y privadas, por su visión de la realidad y su compromiso socio-político.

2.3. Movimientos laicales, especialmente misioneros, integrados a la pastoral de la Iglesia local, articulando su carisma con los planes pastorales de la Iglesia local.

  3)     Compromiso socio-político de los laicos 3.1. Laicos formados y comprometidos, insertados en organizaciones de la sociedad civil y en movilizaciones de defensa de los Derechos Humanos y la Democracia, dan testimonio de la luz y la sal de Cristo en el mundo

3.2. Líderes laicos participan de corrientes de opinión pública y/o usan los medios de comunicación social, desde la experticia organizacional y personal, en comunión eclesial con los pastores.

3.3. Espacios de debate público sobre temas de la coyuntura socio-política, visibilizan las visiones y orientaciones laicales desde la Doctrina Social de la Iglesia

3.4. Comunidades Eclesiales de Base revitalizadas en su identidad y misión, aumentando su presencia en al menos el 40% de las parroquias urbanas y en al menos el 20% de parroquias rurales.

 

  4)     Vivencia de una espiritualidad encarnada 3.1.   El 100% de los movimientos y asociaciones laicales, tienen y desarrollan experiencias de espiritualidad orientadas a su carisma y a su misión en el mundo.

 

3.2.   Se retoma y extiende las prácticas de la Lectio Divina, liturgia de las horas y otras, que sean fuentes de fuerza espiritual en la misión laical.

 

  5)     Promoción de la participación eclesial y social de la mujer 5.1. La mujer, en su condición de vida consagrada o vocación laical, goza del aprecio y reconocimiento de la comunidad eclesial, en sus ministerios y servicios pastorales.

5.2. La acción pastoral de la Iglesia, desarrolla servicios de formación y capacitación en la igual dignidad, complementariedad y corresponsabilidad entre hombres y mujeres, desde los fundamentos bíblicos y valores cristianos.

5.3. Emprendimientos socio-productivos para mujeres, mejoran su calidad de vida y el de sus familias.

 

  6)     Promoción del liderazgo juvenil en la comunidad eclesial y en la sociedad. 6.1. Jóvenes formados y comprometidos dinamizan y renuevan la vida eclesial, desde las orientaciones del Sínodo sobre Jóvenes y la Exhortación Apostólica del Papa Francisco.

6.2. Al menos el 80% de las parroquias cuentan con grupos de Pastoral Juvenil, articulados a la Pastoral Juvenil Arquidiocesana.

6.3. Iniciativas socio-pastorales de jóvenes, logran sensibilizar a la sociedad en torno a problemáticas juveniles, desde valores cristianos y los Derechos Humanos.

 

4.     VOCACIONES SACERDOTALES Y RELIGIOSAS. 1)     Promoción de las vocaciones 1.1.   La catequesis, la pastoral educativa y la pastoral juvenil están orientadas a suscitar vocaciones sacerdotales y religiosas.

1.2.   Ferias vocacionales sensibilizan a la comunidad católica sobre la necesidad de animar y acompañar el discernimiento vocacional de jóvenes y señoritas al sacerdocio y la vida consagrada.

1.3.   Las órdenes sacerdotales, congregaciones religiosas y la Arquidiócesis utilizan las Tecnologías de la Información y Comunicación, para promocionar su carisma y su apostolado, que atraiga más postulantes.

  2)     Seguimiento y acompañamiento cercano a los seminaristas y postulantes congregacionales. 2.1. Se cuenta y aplica protocolos de selección y admisión rígidos de postulantes a la vida sacerdotal y religiosa, minimizando riesgos de error.

2.3. Responsables pastorales hacen acompañamiento y seguimiento personalizado a seminaristas y postulantes, para la confirmación vocacional y el desarrollo de sus potencialidades ministeriales.

 2.4. Los seminaristas y postulantes desarrollan experiencias pastorales en todas las dimensiones de la evangelización, que les permite definir su perfil pastoral futuro.

  3)     Testimonio vocacional, coherente y alegre del presbiterio y la vida consagrada. 3.1. Aspirantes a la vida sacerdotal y consagrada, tienen como referentes en su búsqueda vocacional el testimonio de sacerdotes y religiosas que viven su vocación con alegría, pasión y caridad cristiana.

3.2. La difusión de testimonios de vida de sacerdotes y religiosas o seglares en comunidad, alientan la opción vocacional de jóvenes.

 

Santa Cruz, Junio de 2019

[1] Discurso del Papa Francisco a los religiosos, Morelia, México (2016), tomado de la Carta Pastoral Narcotráfico y Drogadicción de la CEB, 2016, Nº 10.

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