La Familia Miño parte hacia Cuba en Misión Ad Gentes.

En la Eucaristía de Clausura del V Congreso Americano Misionero la familia Miño que realizaba su servicio en la Arquidiócesis de Santa Cruz fue enviada en Misión Ad Gentes, luego de unos meses de preparación este fin de semana partieron de misión rumbo al país hermano de Cuba.

A entera dedicada a la misión

Silvia y Ricardo se casaron en Quito – Ecuador en 1989, unos meses después tomaron la decisión de hacer realidad el sueño de salir de misiones, animados por unos amigos que vivían en Bolivia, decidieron emprender su viaje hacia tierra boliviana, llegaron a La Paz donde colaboraron con los jesuitas durante 6 años.

Luego por invitación de los hermanos maristas se fueron a Santa Cruz, donde sirvieron en la animación de la pastoral del colegio marista durante 7 años (convivencias, retiros con jóvenes, formación de profesores, liderazgo estudiantil, curso de formación para padres de familia, formación en Biblia), en ese tiempo tuvieron la gracia de conocer al Cardenal Julio Terrazas que también los animó con la labor que realizaban, así se vincularon aún más con la Iglesia de Santa Cruz.

Junto a los hermanos maristas, la Familia también llegó hasta San José de Chiquitos, donde se hicieron cargo de la animación de una obra educativa y pastoral durante 4 años maravillosos, fue una decisión que tomaron junto a con sus 4 hijas trabajando por la formación educativa evangelizadora con niños, profesores y padres  de familia.

Retornaron a Santa Cruz para colaborar en un Colegio fiscal de convenio “Marcelino Champagnat”, por ocho años Silvia colaboró en esta obra, mientras que Ricardo asumió servicio de animación nacional para las obras maristas de Bolivia.

Así los últimos años se dedicaron en tiempo completo a la animación de la obra marista en Bolivia apoyando el proceso formativo de educadores, pastoralistas catequistas y voluntariado. En este camino siempre estuvieron vinculados a experiencias de misión, 9 años ingresaron a comunidades Guarani, visitaban también Cora Cora – Sucre en Semana Santa e impulsaban un mes en la animación en tiempo de navidad.

El acompañamiento y entrega de sus hijas

La Familia comenta que en todo momento sus hijas les apoyaron y a medida que crecían también se introducían en la pastoral de la Iglesia, durante este tiempo ellas también vivieron experiencias de voluntariado.

Laura participó haciendo voluntariado en lugares como: Brasil, Perú, Bolivia (Comarapa), África y Asia. Libertad hizo voluntariado en Santa Cruz y Brasil. Entre tanto María y Doris siempre participaban en la Infancia y Juventud Misionera.

Como familia iniciaron también una Fundación “Sembrar”, la misma presta servicios educativos a obras educativas fiscales del distrito 9 en Santa Cruz, el sueño es poder llevar animación pastoral a los colegios fiscales que no tienen apoyo, es una experiencia de ir en misión y salida.

Levantaron vuelo

Después de caminar vinculados a apoyar procesos formativos en la Arquidiócesis, escuela de catequesis, escuela de formación de laicos, apoyando distintas obras educativas, animaron a través de su ministerio de música, porque para ellos la música es un medio de evangelización y misión, decidieron emprender vuelo.

Por invitación de un hermano marista a participar de un programa de misión ad gentes,  Ricardo y Silvia reflexionaron: “parecía ser el momento que teníamos que levantar vuelo, era muy importante para nosotros dar un paso más en nuestra vocación misionera, le escribimos al Superior General manifestándole nuestro deseo de inscribirnos en un programa para seguir siendo misioneros en la tierra donde el Señor decida, luego de meses de preparación y con total disponibilidad, fuimos destinados a Cuba”, comenta Ricardo.

La Familia realizará su misión durante 2 a 3 años, Mons. Emilio les recibe en Cuba en la Diócesis de Holgín, está planeado iniciar un proceso de conocimiento de la Iglesia local, y empezar el proceso de todo misionero, significa contemplar la presencia de Dios en el pueblo de Cuba, contemplar el caminar de la Iglesia, escuchar las experiencias  del pueblo,  ver las necesidades que tienen, “para que luego toda esta vida contemplada la podamos poner  en oración, para que el Espíritu Santo nos ayude a discernir que respuestas tenemos que dar como comunidad misionera marista, nosotros fuimos enviados por el Arzobispo de Santa Cruz, Mons. Sergio Gualberti y eso nos da mucha alegría”, comentaban.

El V Congreso Americano Misionero

“Ha sido una experiencia maravillosa, auténtico regalo de Dios”, Ricardo comenta que pudo participar del CAM I en Argentina en el año 1999, cuanto vió que una familia era enviada en misión ad gentes pensó: “en la clausura ahí le dije al Señor, que alegría si algún día pudiésemos ser enviados en misión ad gentes, y el día de la clausura del VCAM en Bolivia recordé aquella experiencia  y la verdad que nuestro corazón se lleno de gratitud porque fue una experiencia de Iglesia y comunión, Dios nos ama tanto que confía  en nosotros, el Señor nos llama”.

El VCAM en Bolivia fue una gran experiencia para la familia que junto a su ministerio de música animaron el Congreso en sus distintos momentos: “significó para mí una experiencia de encuentro con personas de la Iglesia universal, me animó y confirmó en esta llamada que el Señor nos ha hecho, de salir, e ir a las tierras donde Él quiera, una experiencia maravillosa, la música es la expresión del alma, en esos días de congreso hemos tratado de que la gente pueda vivir una experiencia de encuentro con el Señor, hemos querido con el mensaje de la música dar un mensaje de esperanza, fraternidad, de ser iglesia misionera, que el mundo sea luz para el resto”,  expresa Silvia.

Ricardo recuerda que el testimonio de mucha gente, entre ellos Obispos, sacerdotes, laicos, jóvenes, transmitió una gran energía de la presencia de Dios, “en realidad el congreso nos animó a nosotros, y estamos fortalecidos y agradecidos por esta experiencia”.

No tengan miedo de dar algo más de su vida por amor

La Familia Miño invitó a todos, hombres y mujeres de fe, que han sentido la llamada el Señor, a hacer de su vida un servicio a los demás, de manera especial convocan a los jóvenes y familias: “no tengan miedo, escuchen la voz del Señor, Él llama y está llamando permanentemente, solamente tenemos que abrir nuestro corazón y mente, no tener miedo a dar algo más de nuestra vida por amor, tenemos la esperanza y compromiso del mismo Dios de no dejarnos nunca solos, Él nos va acompañar todos los días de nuestra vida, eso nos tiene que llenar de mucha fuerza, sabemos que la misión no es nuestra, sino obra del Espíritu Santo, nosotros somos simplemente instrumentos suyos, les animo a todos a escuchar la voz del Señor, sentir su llamada a salir de misión, lo de más Él se encarga, el Señor nos ama y envía, estamos seguros que nos acompaña siempre”.

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