Gracias Maestros En Su Día.

Por:  Guillermo Siles Paz, OMI

Hoy 6 de junio recordamos en Bolivia el día del maestro, el día en que resuena en nuestras mentes, aquella persona que supo dar no solo los conocimientos, sino a encaminar la vida misma. Esa persona que entró en la vida nuestra y a veces de la misma familia. 

Todos sabemos de la importancia que tienen los maestros en la sociedad y el valor que se ganaron a lo largo de los años. Su capacidad, conocimientos y estrategias han hecho, de los que tuvieron la oportunidad de ir a la escuela,  personas diferentes y valiosas. Yo siempre he pensado que hombre educado no es esclavizado, sino que el hombre educado siempre buscará la libertad, una sociedad justa y una humanidad solidaria.

Todos los Estados en sus constituciones lo ponen, que la educación es un derecho inalienable, y que es además responsabilidad del Estado, la educación gratuita.  Así nos fuimos formando en los últimos años. Porque desde la antigüedad la educación era un privilegio para unos pocos, no todos podían ir a la escuela y recibir la instrucción y el conocimiento. Pero gracias a los últimos movimientos históricos, sobre todo en el siglo pasado, se ha dado este salto a reconocer la educación como responsabilidad de los Estados. Claro aún hay vacíos, pero hoy hemos llega a esta realidad, en que la educación es una responsabilidad de todos.

En mi memoria tengo a muchos educadores de lujo: Don Narciso Campero, Don Franz Tamayo, Don Jaime Mendoza, Don Carlos Medinaceli, Don Elizardo Pérez, Don Iván Guzmán de Rojas, Don Luis Carranza Siles, Don Mariano Baptista Gumucio, ellos en diversos momentos han tenido una preocupación profunda por hacer del boliviano algo nuevo. Muchos sde esforzaron para que escuela sea la que saque a Bolivia adelante. Todas estas personas memorables, han marcado una línea de pensamiento, pero aún no se ha logrado resolver los problemas de la educación. Tal vez en algunos momentos podemos decir, como dijo Don Marianos Bautista Gumucio: “Salvemos a Bolivia de la escuela”. Porque hoy, aun así, tenemos miles de bolivianos sin ese derecho, aún están lejos de vivir una educación libre, gratuita y con responsabilidad.

En todo este contexto histórico, el maestro siempre fue la persona que se acomodado a todos los tiempos y nunca perdió el horizonte de su responsabilidad, de hacer personas, ciudadanos y personas al servicio de la humanidad. Los maestros nos han traído el conocimiento, nos han provocado la inquietud de escudriñar de pensar y construir. Muchos con sus vastos conocimientos nos han marcado una ruta de éxito y superación. Por eso los maestros nos dejaron una huella indeleble, que nos recordará los grandes ideales.

Ahora bien, uno cuando piensa en la educación siempre piensa en el maestro y sus contenidos, y es cierto, estos son fundamentales. Pero cuando pensamos en la educación solo pensamos en la instrucción y tal vez la mirada global, es que un maestro siempre te dará y tu recibirás. Pero con el tiempo, se vio que la educación había sido un proceso de diálogo, de intercambio de ideas, de encuentros de saberes, y construcción conjunta. Por eso, los mismos maestros nos han llevado a esto, es decir, ellos mismos nos han abiertos los surcos para explorar y construir las nuevas rutas de conocimientos.

Es más que evidente, muchos maestros no nos han enseñados sólo conocimientos, letras y contenidos, sino que nos han educado de verdad, nos han enseñado a vivir con lo que aprendimos. Es decir, muchos maestros han descubierto en estos procesos, que hay que educar a las personas para la vida. Y esto es lo que queda, aquellos que te supo construir como persona, los que supieron edificar tu pensamiento. Desde esta visión la educación logró, en cada persona, crear los cimientos, las bases, los instrumentos y estrategias, para que captemos juntos, los mismos y otros saberes.

En todos estos procesos educativos, tanto históricos, coyunturales y en la misma realidad actual, la iglesia ha estado presente. La iglesia católica ha sido y sigue siendo una referencia fundamental en la educación. Muchos han tenido la oportunidad de lograr algo en la vida por haberse instruido y formado en escuelas católicas. Las escuelas católicas, siempre han incorporado en el proceso de enseñanza y aprendizaje, valores y principios humano cristianos.

En la historia universal de los pueblos está muy bien marcada la educación que promovieron los misioneros y educadores en muchos países. Y en eso pensamos desde sus propios orígenes.  Claro, hoy con muchas ideologías, cuestionan algunas de las enseñanzas, porque el mundo de hoy cambió y su rumbo es incierto. Pero la iglesia nunca perdió su horizonte, de hacer de los ciudadanos hombres de bien, con conocimientos, valores y principios para servir en la sociedad.

Me pongo a pensar, cómo los frailes franciscanos hicieron intentos con sus grandes y humildes ideas. Fue el fraile franciscano José Antonio Zampa que fundó en 1907 las primeras Escuelas de Cristo, que estuvieron al servicio de los pobres, hace 113 años. Estas escuelas funcionaron en pueblos marginados y olvidados por muchos. Allí miles y miles de niños y niñas lograron ser educados.  Pero si seguimos haciendo memoria, también nos encontramos con la presencia de muchas congregaciones religiosas con el carisma de la educación, que se comprometieron profundamente en la educación de las personas, de los pueblos y las culturas. Por eso, hoy también podemos rememorar, el aporte que siguen haciendo las escuelas de “fe y alegría”, o las “espuelas populares de Don Bosco” y otras instituciones católicas. En cierto forma, estas instituciones católicas, poco a poco lograron hacer del maestro personas valiosas, muy bien formadas, responsables y llenos de amor por la educación.

Desde esa perspectiva, no podemos olvidar que en Bolivia la Iglesia Católica estuvo presente para educar a los ciudadanos y abrir escuelas para los pobres. Inclusive, donde no había llegado el Estado, la Iglesia ya se había anticipado, ayudando a los ciudadanos a mirar su educación como servicio. Será por eso que muchos reconocen el gran aporte de la Iglesia, a través de sus misioneros, como el gran aporte a la educación de los bolivianos.

Hoy con mucho respeto, es muy valorado recordar a los maestros porque ellos seguirán siendo las personas importantes en la construcción del hombre de hoy y ciudadano del mañana. Ciertamente hay que pensar que todo cambiará, pero nunca cambiara el rol del maestro, ya no será un docente, sino un compañero en la construcción del pensamiento, seguro que será alguien que te despierte o descubra en ti, esa novedad de oportunidad de tu acción. Ellos nos seguirán ayudando a descubrir quiénes somos y a dónde vamos. Su aporte permanente, no podemos ignorarlos.

Hoy tenemos que hacer una acción, como popularmente decimos, hagamos una grata reverencia a nuestros maestros, porque por ellos nos dieron, algo de lo que somos, por ellos logramos ubicar nuestro pensamiento, por ellos también somos capaces de reproducir en otros los mismos valores.

Gracias maestros, gracias por ser un aporte en la sociedad, porque siguen preocupados por la persona humana y la sociedad. 

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