Es una de las enfermedades más letales del mundo y pese a los avances de la ciencia hasta la fecha no hay cura ni vacuna, hablamos del virus de inmunodeficiencia humana (VIH). A diferencia de lo que sucedió con otro tipo de males la historia de su propagación es muy distinta, varios factores jugaron para que finalmente se convierta en una pandemia mundial.
Una investigación del científico Nuno Faría para la Universidad de Oxford en el Reino Unido logró construir un árbol genealógico del VIH al observar una gran variedad de genomas recolectados de unas 800 personas infectadas de África central, lugar que se considera el origen de la enfermedad.
Faria y sus colegas descubrieron que todos los genomas del VIH compartían un ancestro común que existía hace no más de 100 años. La pandemia del grupo M del VIH-1 probablemente comenzó por primera vez en la década de 1920.
Luego el equipo fue más allá. Como sabían dónde se había recolectado cada una de las muestras de VIH, podían ubicar el origen de la pandemia en una ciudad específica: Kinshasa, ahora la capital de la República Democrática del Congo.
Factores políticos y sociales
La República del Congo era entonces una colonia belga y Kinshasa, conocida esas veces como Leopoldville, acababa de convertirse en la capital. La ciudad se convirtió en un destino muy atractivo para los jóvenes trabajadores que buscan fortuna y, por lo tanto, también para las trabajadoras sexuales. El virus se propagó rápidamente a través de la población.
El virus no quedó confinado a la ciudad. Los investigadores descubrieron que la capital del Congo belga era, en la década de 1920, una de las ciudades mejor conectadas de África. Aprovechando al máximo una extensa red ferroviaria utilizada por cientos de miles de personas cada año, el virus se propagó a ciudades a una distancia de 900 millas (1500 km) en solo 20 años. El VIH empezó a viajar con los infectados.
Todas las condiciones estaban en su lugar para una explosión en las tasas de infección en la década de 1960.
El Congo belga obtuvo su independencia y se convirtió en una fuente atractiva de empleo para los hablantes de francés en otras partes del mundo, incluido Haití. Cuando estos jóvenes haitianos regresaron a casa unos años más tarde, llevaron el temible virus consigo.
Llegó a los Estados Unidos en la década de 1970, justo en una época de liberación sexual. «Una vez más, el VIH aprovechó la situación sociopolítica para propagarse rápidamente por los Estados Unidos y Europa» y de ahí al resto del mundo, concluye la investigación.
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