El Movimiento Agroecológico Boliviano (MAB) conformado por 38 instituciones, colectivos y organizaciones de productores, exigió la derogación del decreto supremo 4232 del 7 de mayo último, por el que la presidenta Jeanine Añez autoriza el uso de semillas transgénicas para el cultivo del maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya genéticamente modificados.
En su comunicado oficial advierte que la medida gubernamental pone en riesgo la diversidad genética de nuestras semillas nativas por consiguiente la afectación seria a la diversidad genética que tiene el país.
Anuncian que interpondrán acciones y recursos legales nacionales e internacionales para la revocación del decreto porque transgrede la Constitución Política del Estado, la Ley 300 de la Madre Tierra, Ley 144 de Revolución Productiva, Ley 071 Derechos de la Madre Tierra, Ley 3525 de Fomento a la Producción Ecológica, el «Protocolo de Bioseguridad de Cartagena» que Bolivia ratificó mediante Ley Nº 2274 del año 2000.
Exigen implementar una alimentación sana, mediante el fortalecimiento a la agricultura familiar con enfoque agroecológico, para hacer frente a la pandemia, porque «impulsar la semilla transgénica significa impulsar los intereses de las cadenas del agronegocio y procesamiento de alimentos que benefician mayormente a grupos económicos dominantes y no a la mayor parte de los productores».
Los agroecologistas piden que para alcanzar la meta de la soberanía alimentaria se fortalezca la producción familiar, campesina, indígena y agroecológica, que es la que en realidad abastece el mercado interno de alimentos que nutren a la población boliviana.
Fuente: ERBOL
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