El Plan 3.000 celebra 36 años, pero sus pobladores no olvidan la riada de 1983.

El Piraí destruyó los barrios de la zona noroeste de la ciudad, obligando a las autoridades a trasladar a los afectados y sobrevivientes. Hoy el D-8 está encaminado en mejorar su imagen de inseguridad. La Alcaldía entregó obras

En algunos residentes del Plan 3.000 siguen vivas las imágenes de la destrucción, de la muerte y de la desolación que dejó la riada del 18 de marzo de 1983, la cual les quitó sus viviendas y todas sus pertenencias, obligándolos a habitar en campamentos que se montaron en los predios paralelos al cañaveral del ingenio San Aurelio, el área que estaba destinada para un plan para 2.500 viviendas, las cuales fueron transformadas en 3.000.

Este lunes se recordarán los 36 años del asentamiento forzado que hicieron los vecinos del sector noroeste de la ciudad, los que quedaron sin techo donde cobijarse, lo que obligó a las autoridades, como el entonces alcalde Sergio Antelo, y al prefecto del departamento, Joaquín Monasterio, a urbanizar los predios.

Alberto Montenegro (65) tenía 29 años en 1983 cuando salió de su casa, situada a cuatro cuadras del canal Isuto, la misma que era parte de una cooperativa de viviendas con 280 propietarios, para ir a un campamento improvisado en el sitio que hoy es la rotonda del Plan Tres Mil, donde permaneció por más de un año, hasta que le asignaron un terreno en el barrio San Antonio, al cual llegó el 18 de abril de 1984.

“Teníamos muchas falencias, como la provisión de agua, por ello se apresuraron a perforar tres pozos y luego instalar piletas, cada 200 metros, donde la gente hacía largas filas, pues recién en 1988 se fundó la Cooperativa de Servicios Públicos del Plan Tres Mil”, recordó.

Montenegro, pese a trabajar de procurador en un bufete de abogados, se daba modos para cumplir sus obligaciones de presidente de su barrio para conseguir muchas demandas. También fue el primer presidente del Comité Cívico del distrito.

Otro residente antiguo es José Soto (57), el cual estaba muy joven cuando sucedió la riada. Tiene recuerdos amargos del fatídico día, como el de los dos cadáveres que aparecieron en el patio de su antigua vivienda, antes de que sea tapada por el lodo.

“Desde la 1:00 del 18 de marzo vimos con mis familiares cómo ingresaba el agua lentamente. Al amanecer la casa casi no se veía y fui rescatado por los botes de emergencia de Defensa Civil. Si resistimos en salir fue porque mi casa estaba en altura”, dijo Soto, que estuvo un año y medio habitando en una carpa hasta que le dieron un lote en el barrio San Antonio, donde hasta hoy reside.

Simón Álvarez (63) vivía casi a orillas del río Piraí, por ello no quedó nada de sus cosas cuando llegó el agua mezclada con palos y lodo. Apenas pudo abandonar la zona con su esposa y sus dos hijos pequeños.

Álvarez recordó que, pese a la adversidad en la que todos vivían en los campamentos, no faltaron los avivados que se entraban a los lotes asignados, por ello perdió el suyo. “A raíz de ello, el 17 de mayo de 1984 me fui más lejos con mi familia, fundando el barrio Victoria, cerca de La Campana, donde a pesar de tantos años tenemos poca atención de la comuna, apenas nos ha hecho una plaza pequeña, pero falta el pavimento en las calles de ingreso”, anotó.

Política

Adriana Arias, diputada del MAS por la circunscripción que abarca el Plan Tres Mil, lleva más de 18 años residiendo en el distrito, de los cuales la mitad lo hace como parlamentaria.

Arias indicó que es difícil la coordinación con la Alcaldía, en especial para lograr que el vertedero de Normandía sea cerrado en el plazo que dictó la auditoría ambiental de la Gobernación.

También resaltó las gestiones para lograr que el Gobierno construya 4.000 viviendas para personas que demuestren que pagan alquileres.

Obras

En el desfile cívico de ayer estuvo presente el alcalde Percy Fernández y la presidenta del Concejo, Angélica Sosa, así como el secretario general de la Gobernación, Roly Aguilera.

La comuna hizo conocer la serie de obras que ha construido en beneficio de mejorar la educación, la salud y la seguridad ciudadana del distrito 8.

El burgomaestre resaltó que el 40% de las calles y avenidas del distrito están pavimentadas. (ELDEBER)

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