Mons. Rene Leigue: vivamos con coherencia nuestra fe y la vida que llevamos

En su homilía dominical, Mons. Rene Leigue, abordó la temática de la ley divina en contraposición a la ley humana, asimismo remarcó el inicio del mes Septiembre como mes de la efemérides departamental y también mes de la Biblia. Sobre el último punto, considera que es una oportunidad para conocer más al Señor en el entendido de que para seguir a alguien hay que conocerlo profundamente.

Mons. Leigue exhortó a los fieles a revisar las actitudes y respuestas que se le dan a Dios pues considera que el pueblo se acerca a las leyes y tradiciones humanas, pero se aleja de la ley divina o mandamientos de Dios. En ese sentido remarcó que no es lo que entra, sino lo que sale del corazón lo que contamina y daña a la persona.

El Obispo señaló que honramos a Dios con los labios pero nuestro corazón está lejos de Él porque pensamos en nosotros mismos, en lo que nos conviene, y no en los demás. En ese tenor se cuestionó ¿Para qué mas leyes si ya tenemos la ley divina delante de nosotros? Mons. Leigue considera que el Señor quiere que seamos personas de bien, coherentes y sinceras, entonces debemos practicar sus mandamientos, entre ellos: No mentirás. ¿Para que inventar otra ley?

Por otro lado exhortó al Pueblo de Dios a no contentarse con oír la palabra de Dios, sino ponerla en práctica, asimismo pidió que se ocupe de los huérfanos, viudas y necesitados, y no solo de lo que le conviene. Asimismo parafraseando al Papa Francisco cuestionó el hecho de que nadie hace nada por los “descartados”. Ni los llamados a hacerlo, ni el pueblo en general. En ese contexto expresó su preocupación por los Hospitales sin ítems ni medicinas, una realidad que parece que no le interesa a nadie, ni a quienes les corresponde.

Antes de concluir su Homilía Mons. Leigue inspirado en el Apóstol Santiago preguntó ¿En qué consiste creer y tener fe en Dios? ¿En que consiste la religión? Y propuso: En hacer realidad lo que decimos, en no vivir una doble vida sino vivirla con coherencia entre nuestra fe y la vida que llevamos.

Homilía de Mons. René Leigue

Obispo Auxiliar de Santa Cruz

Pronunciada el 2 de septiembre de 2018

Septiembre, mes de Santa Cruz y mes de la biblia

Saludamos a los hermanos que nos siguen por los medios de comunicación, especialmente a los hermanos enfermos que no pueden participar en la Misa pero que participan escuchándola por la televisión y la radio.

Este mes de septiembre, estamos empezando un mes con muchas actividades como el mes de Santa Cruz, pero también tenemos que tener en cuenta es el mes de la Biblia.

El mes de la Biblia oportunidad para conocer más al Señor

Un mes que nos da la oportunidad de profundizar en la palabra de Dios, aprovechemos este mes para conocer más al Señor, así como lo hizo el gran profeta Moisés que hoy con esa palabra autorizada como profeta enviado de Dios dice: Ahora Israel escucha los preceptos y las leyes que yo les enseño para que las pongan en práctica. Esa palabra que da Moisés al pueblo de Israel es la misma que nos dice hoy: “Escuche pueblo, estos preceptos la ley y los mandamientos que les doy de parte de Dios” no solo para que los oigan, sino para que los pongan. Obsérvenlos y no les cambien nada. Si lo hacen así, serán un pueblo sabio.

Para seguir a alguien hay que conocerlo

Creo que esto es lo que necesitamos hoy en día, nosotros que somos esos hijos e hijas de Dios, invitados a seguirle. Moisés nos dice para poder seguir a alguien hay que conocerlo y para poder hacer algo que, nos corresponde en este caso como seguidores de Dios, tenemos que saber qué nos dice Él

Revisemos nuestras actitudes y respuestas a Dios

Moisés hoy nos invita a poner en práctica los mandamientos y preceptos que hemos escuchado de parte de Dios. Y es así que también Jesús en el Evangelio, hoy tiene este encuentro con los fariseos, y algo que Jesús lo dice a lo mejor con tristeza pero al mismo tiempo también con firmeza y como denunciando algo que no está bien dice: Hipócritas, bien profetizó de ustedes Isaías: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mi”. Creo que esta frase nos debe llamar la atención a nosotros, para revisar nuestra actitud, nuestra respuesta a Dios. Realmente ¿damos esa respuesta verdadera?, ¿esa respuesta sincera?. El Señor nos interroga: ¿Lo que decimos, lo hacemos? ¿Alabamos a Dios con nuestro corazón o solamente con nuestros labios?.

Nos acercamos a tradiciones humanas y nos alejamos de los mandamientos de Dios

“Ustedes dejan de lado los mandamientos de Dios, para seguir las tradiciones humanas” Esto que dice Jesús, para nosotros, es fuerte. Muchas veces nos dejamos guiar por tradiciones humanas nada más. Delante de nuestros ojos y de los demás, lo que hacemos puede ser muy bonito, todo folklórico, muy hermoso, nos quedamos con eso pero ¿realmente eso que estamos haciendo, es lo que Dios quiere? ¿Es lo que El espera de nosotros?

No lo que entra, sino lo que sale del corazón es lo que contamina a la persona

Estamos quedándonos a lo mejor con las cosas exteriores y Jesús va mucho más allá, ante esa pregunta de los fariseos de ¿porque solamente se queda con la parte exterior? Jesús dice: Escúchenme todos y entiéndanlo bien, esto es también para nosotros “Ninguna cosa externa que entre en el hombre, puede mancharlo”. Lo que hace impura a la persona es aquello que sale de dentro la persona. Y eso que sale del interior, del corazón de la persona es lo que realmente contamina a la persona. ¿Qué cosa es? Aquí pone Jesús una lista: Los robos, los homicidios, la avaricia, la maldad, los engaños, la envidia, el orgullo. Todo esto daña a la persona.

Honramos a Dios con los labios pero nuestro corazón está lejos de Él

A veces nos quedamos con las cosas exteriores, es muy fácil también para nosotros ver eso. A veces nos quedamos contemplando lo bonito, lo hermoso, que se ve. Pero estamos lejos de lo que uno dice. Por eso El dice: Muchas veces me honran con los labios, pero su corazón esta lejos de mi, está lleno de otras cosas que no tienen nada que ver con lo que quiero de ustedes, dice el Señor.

Pensamos en nosotros mismos y no en los demás

Empecemos hoy día. Lo que hacemos y lo que decimos ¿Es realmente lo que el Señor espera de mi? Lo que practico y digo ¿Es realmente lo que quiere el Señor que yo diga y haga? Tantas veces nosotros hacemos las cosas “bien”, pero muchas veces alejadas de Dios y solamente pensando en nosotros mismos que es lo que el Señor mas siente al decir nuestra palabra hoy. Muchas veces actuamos pensando en nosotros mismos y no en los demás, porque nuestro corazón a veces está lleno de envidia, está lleno de soberbia, está lleno de ver solamente las cosas que a mi me convienen y eso es lo que me hace hacer las cosas diferentes de lo que Dios espera de mi.

¿Para qué más leyes si ya las tenemos delante de nosotros?

Hermanos y hermanas, si nosotros vemos la Palabra de Dios, la conocemos, profundizamos en lo que realmente dice, ahí nos damos cuenta si nosotros cumplimos lo que el Señor, entonces seremos esas personas felices, no necesitaríamos otras leyes humanas, porque ya la ley divina está, los mandamientos los tenemos y si los conocemos sabemos qué es lo que Señor quiere de nosotros. Entonces ¿Para que más leyes? Si ya El nos las da, y El nos exige que hoy seamos coherentes. ¿Para qué más pensar en otras leyes si ya las tenemos delante de nosotros?. El Señor mismo ha puesto delante de nosotros ese camino de hacer las cosas bien, si queremos realmente la vida, entonces cumplamos lo que nos dice.

El Señor quiere que seamos personas de bien, coherentes y sinceras

Y si queremos otras cosas que nos alejan de El, hagamos lo que veamos conveniente, pero aquí el Señor nos llama la atención a todos, no quiere que lo honremos solamente en nuestros labios, sino que lo sintamos realmente, que seamos personas de bien, que seamos personas coherentes, que seamos personas sinceras, que lo que sintamos lo hagamos, que lo que digamos lo pongamos en práctica, y cuanto más pensando también en las personas que nos rodean.

Practiquemos el mandamiento del Señor: No mentirás ¿Para que inventar otra ley?

Hoy en día que se hablan tantas cosas, se denuncia tanta mentira por aquí, por allá. Pero quienes a veces caen en la mentira, son aquellos que denuncian, son a veces los más mentirosos o mentirosas. Y pensar en una ley para denunciar la mentira ¿Qué sentido tiene todo esto?. El Señor nos da un mandamiento que dice: No mentirás, no hablarás mal del otro, no levantes falso testimonio. Ya lo tenemos, ¿Qué falta? Que lo pongamos en práctica. Que nosotros como creyentes en el Señor digamos: ¿Qué sentido tiene todo esto? ¿Estar inventándome cosas?.

No nos contentemos con oír la palabra de Dios, pongámosla en práctica

En este mes en el que vamos a profundizar la palabra de Dios, Santiago en la segunda lectura nos inculca: Reciban con docilidad la palabra sembrada en ustedes que es capaz de salvarlos, pongan en práctica la palabra y no se contenten solo con oírla de manera que se engañen a ustedes mismos. Esta es la palabra del Señor, no se contenten solo con oír la palabra, sino pónganla en práctica. Hoy cuando vuelvan a salir dirán qué bonita la lectura, pero a veces llegamos a la calle y nos olvidamos de lo que el Señor nos dijo, de lo que el Señor quiere de nosotros. Hoy la lectura nos inculca que realmente seamos personas coherentes, si realmente creemos en Dios, entonces pongamos en práctica lo que nos dice, El es nuestro guía, a El tenemos que seguirle y El es el que nos da esa palabra para poder ser personas coherentes, entre lo que decimos y lo que tenemos que hacer.

Ocupémonos de los huérfanos, viudas y necesitados, no solo de lo que nos conviene

En esto consiste la religión, muchas veces decimos yo tengo fe, yo creo en Dios, yo soy católico, pero a veces cuando nos conviene. Y cuando no, lo dejamos a un lado. ¿Qué nos dice la segunda lectura? ¿qué nos dice Santiago hoy? ¿En qué consiste la religión o religiosidad? La religiosidad pura y sin mancha, delante de Dios nuestro padre consiste en ocuparse de los huérfanos, las viudas y de todos aquellos que necesitan de nosotros.

Nadie hace nada por los “descartados”. Ni los llamados a hacerlo, ni nosotros

Esto es lo que realmente tenemos que hacer hermanos y hermanas, hoy en día en que hay tantas personas, como dice el Papa Francisco: “descartadas” que están ahí, dejadas, que nadie se preocupa de ellos. Y aquellos a quienes les corresponde preocuparse de ellos, no hacen nada. Y nosotros a lo mejor también estamos dejando esto, como no me toca a mi, entonces que el otro lo vea.

Hospitales sin ítems ni medicinas, parece que no le interesa a quienes les corresponde

El Señor nos llama a todos, cuanto más a aquellas personas que les corresponde ver directamente con esta realidad que vivimos, ver esos niños que paran en la calle por ejemplo ¿Quién se preocupa de ellos? Ver tantas personas que no tienen lo necesario para vivir ¿Quién se ocupa de ellos? Cada día tenemos y escuchamos que en los hospitales hay tanta necesidad ¿Quién se ocupa de ellos?. Los hospitales los tenemos pero no hay ítems, no tenemos los remedios necesarios y hay personas realmente que necesitan. Todos a lo mejor necesitamos, hemos llegado ahí y vemos la realidad que se vive, a las autoridades que les corresponde ver esto, pareciera que no les interesa, pareciera que están en otro mundo.

¿En qué consiste creer y tener fe en Dios? En hacer realidad lo que decimos

Entonces lo que nos dice Santiago aquí ¿En qué consiste eso de creer en Dios? ¿En qué consiste eso de tener fe en Dios? ¿En qué consiste la religión?: En hacer realidad lo que decimos, soy creyente en el Señor, tengo fe en El, entonces tengo este compromiso y me corresponde hacerlo como tal.

No podemos vivir doble vida, vivamos con coherencia nuestra fe y la vida que llevamos

Hermanos y hermanas yo les invito de verdad a que en este día y en este mes de septiembre agarremos la biblia, meditemos la Palabra del Señor. Desde ahí también comprometámonos, no nos quedemos con tanta queja, quejándonos el uno del otro o pensando que otros lo van a hacer. Si está en nuestras manos también, el Señor nos invita hoy a hacer las cosas realidad, a poner en practica lo que El nos dice a ser personas coherentes entre la fe que tengo y la vida que llevo. Entonces no podemos vivir doble vida, sino que el Señor nos llama a ser coherentes. Que el Señor de la verdad nos acompañe, que el Espíritu ilumine nuestra sabiduría para poner en práctica lo que el señor nos dice y ser esas personas coherentes entre lo que decimos y hagamos. Que así de esa manera demos testimonio que realmente vale la pena tener la fe en Dios y seguirle a El. Que así sea. (DIAKONIA)

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