Semana Santa en San Ignacio de Moxos

 San Ignacio de Moxos fue fundada en 1689 por los padres jesuitas Antonio Orellana y Juan de Espejo con indígenas Cañacures y Punuanas. Actualmente es la capital de la provincia Moxos, su economía se basa fundamentalmente en la actividad ganadera y posee un notable patrimonio intangible.

San Ignacio de Moxos fue fundada en 1689 por los padres jesuitas Antonio Orellana y Juan de Espejo con indígenas Cañacures y Punuanas. San Ignacio de Moxos ha sido testigo de la convivencia y fusión de dos culturas diferentes: la de los pueblos moxeños que se encontraban habitando dichos lares y la de los misioneros que asumieron el reto de llegar a estos paradisíacos territorios amazónicos y levantar la tercera de las misiones jesuíticas que se erigieron en el Beni.

San Ignacio es un municipio con una población cercana a los treinta mil habitantes y está ubicado en la amazonia boliviana. Fue fundado el 1 de noviembre de 1689 por los misioneros jesuitas. Es la única misión moxeña donde los indígenas perpetuaron los conocimientos adquiridos durante de la época jesuítica, conservando las danzas, la música barroca y muchas de las costumbres. El Coro y la Escuela de Música, el Cabildo Indígena y los Centros Artesanales.

El departamento del Beni alberga tres sitios Ramsar (humedales reconocidos por su importancia internacional) que abarcan más de 6,6 millones de hectáreas, equivalente al 33 % del departamento. Estas zonas son ricas en biodiversidad y en agua dulce, especialmente porque en ellos habitan multiplicidad de aves acuáticas, migratorias y estacionales.

Humedales en departamento del Beni

Humedales en departamento del Beni

Semana Santa. Dios se manifiesta

La Semana Santa es una de las fiestas religiosas, donde los ignacianos manifiestan toda su religiosidad y proclaman su fe en Jesús, el Hijo de Dios. Junto con la fiesta de San Ignacio de Loyola, son las dos celebraciones más importantes de la localidad.

El padre Pedro Chía S.J., originario de Malasia, actualmente vive una experiencia de un mes de servicio en la misión relata a Vatican News sus impresiones del Domingo de Ramos:

“Cuando llegué a la Iglesia de San Ignacio, por la mañana, para la misa del Domingo de Ramos, la iglesia ya estaba llena de gente, pero algo nuevo para mí fue la procesión de las cuatro de la tarde, que movilizaba a todo el pueblo”.

Domingo de Ramos en San Ignacio de MOxos

Domingo de Ramos en San Ignacio de MOxos

Chía cuenta que después de la misa hubo una pequeña tormenta, y se dirigió al párroco, el italiano Fabio Garbari S.J. a quien preguntó: “hay un plan B para la procesión de la tarde. Se me quedó viendo y riendo un poco. Luego dijo: ¡Aquí ni siquiera tenemos un plan A!”

Me quedé pensando y en mi interior dije: “Es cierto que los planes tienen que cambiar “en cualquier momento” en el campo de la misión, pero creemos que Dios siempre vela por nosotros”.

Domingo de Ramos en San Ignacio de MOxos

Domingo de Ramos en San Ignacio de MOxos

Durante la marcha, sentí muchas emociones. Pensaba que tal vez la mayoría de los habitantes del pueblo participaban en la procesión con la mentalidad de “ver la diversión” y “no saber mucho” sobre el motivo de la “entrada gloriosa” de Jesús en Jerusalén, pero al ver a todo el pueblo preparando las ramas sagradas con gran cuidado, y al sacerdote recitando el Evangelio de Juan con el tema de la reflexión en cinco secciones, mi conclusión fue otra. Se trata de una hermosa tradición que seguramente continuará durante generaciones.

Sentía como ellos me transmitían el profundo sentido de la fe y la esperanza de la Pascua”.

Fuente: Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano

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