Por las huellas de Eugenio de Mazenod.

Por Guillermo Siles Paz, OMI

Con diferentes gestos, celebraciones y memorias, los misioneros oblatos de Maria inmaculada en Bolivia quisieron dar mucho énfasis a este 21 de mayo, día de San Eugenio de Mazenod, el fundador de la congregación de los Misioneros Oblatos de Maria Inmaculada.

La historia de los Misioneros Oblatos en Bolivia es apasionante, tiene dos momentos. La primera vez llegaron el año 1925 misioneros desde los Texas, Estados unidos y España, y fueron directamente al Chaco boliviano, pero por causa de la Guerra, que se dio con Paraguay, se perdió todo ese territorio y los Oblatos se quedaron en esa zona y fundaron lo que se llamaría el Vicariato del Pilcomayo.  Años después, nuevamente fueron invitados para asumir la misión en Bolivia y esta vez llegaron desde el Canadá el año 1952 y se instalan en los centros mineros de Catavi, Siglo XX y Catavi,

Desde 1952 la misión logró instalarse en varias partes del país, pero fundamentalmente decidieron hacer una opción concreta, trabajar con los pobres y marginados de Bolivia y por esa razón se quedaron en los centros mineros y en la zona altiplánica de Oruro, desde Carangas. Luego tuvieron una parroquia en la misma ciudad de Oruro, posteriormente se funda en la ciudad de Paz, a lado de la zona fabril, posteriormente se funda en Cochabamba y finalmente en la ciudad de Santa Cruz, aunque en esta fundación también estuvieron en el área rural, pero por poco tiempo. Pero desde el año 1964 se terminaron las fundaciones hasta el año 2000 cuando fundarían la parroquia San Eugenio de Mazenod en Villa Pagador. Los Oblatos se establecieron en 5 departamentos.

Los misioneros Oblatos, desde todo punto de vista, fueron siempre forjadores de la formación y evangelización. Desde un principio vieron como importante la formación de laicos comprometidos con las causas sociales. En los Centro míneros formadores de las comunidades eclesiales de base y los cursillos de cristiandad. También acompañaron la acción católica de manera muy comprometida.

En las diferentes parroquias, su compromiso también era con los obreros, especialmente en la ciudad de La Paz, porque la casa estaba en medio de la fabricas de textiles, pero también en Cochabamba. En Santa Cruz, inclusive algunos misioneros optaron por ser obreros y experimentaron ser sacerdotes obreros.

Los misioneros en Bolivia son parte de la historia del país, porque si bien es cierto partieron de los centros mineros, su trabajo les llevo a incidir en políticas públicas. Por qué el interés por la comunicación fue muy marcado, no solo por la Radio Pio XII que ya tiene 61 años de vida, y está presente en varias partes del País, sino también por el pensamiento nuevo, creativo y de cercanía a los pueblos indígenas, es por eso que tuvieron mucho interés en la producción de materiales educativos y formativos, crearon imprentas y centro de formación e investigación en el ámbitos cultural e indígena. Ahí vinieron la imprenta Quelco, la Radio Bolivia, el Centro de formación INDICEP y el CEDI.

Los Misioneros Oblatos en Bolivia llegaron de varios países, de Canadá, Bélgica, Francia, España, Estados unidos y en los últimos años también de Filipinas, Perú, México. La misión mantuvo su identidad ser sencillos pero comprometidos. No renunciaron en ningún momento a ser misioneros de pobres y mantener siempre ese espíritu y compromiso con las zonas más vulnerables y formando líderes religiosos para acompañar la vida de los pueblos y la iglesia.

Actualmente los oblatos compartimos la misma misión, pero con un reducido grupo de oblatos. La mayoría de los Misioneros, marcaron la historia del país, ya están en la casa del Padre y los mayores están viviendo su tiempo de gozo y compañía en la misión. El P. René Villegas, que fue el primer sacerdote Oblato boliviano, hoy tiene 90 años y es el decano de la misión. La presencia de los actuales misioneros esta Carangas (Turco y Choquecota), en la ciudad de Oruro el CEPA, (centro de Ecología y Pueblos Andinos) y también tienen el servicio a la salud, tanto en el dispensario oblato, como en el Centro de Salud, Santa Joaquina.  En las Minas se mantiene las parroquias de Catavi, Siglo XX y Llallagua, como también la misma radio Pio XX, que es su sede central. Recientemente y por el impulso de la misma comunidad se instaló un canal de televisión en la parroquia, con lo que también se acompaña a la feligresía en los centros mineros. En la Paz, prácticamente nos encontramos en salida porque ya no hay una misión concreta y estamos en vía de cerrar esta misión. En la ciudad de Cochabamba tenemos la misión de la parroquia misionera San Eugenio de Mazenod, que está en la zona periférica de la ciudad, y su mayor población es migrante de las zonas altas del país, También se tiene una radio en FM y es la radio Pio XII que tiene mucha incidencia en la ciudad, unido también a este compromiso se tiene el Centro de Promoción OMI que es un centro para acompañar líderes sociales, barriales, como de organizaciones de mujeres. Su espíritu es reforzar su compromiso por el cambio social. Finalmente, también ahí tenemos la casa provincial, que hace las veces de casa de descanso para los mayores.

La última misión está en Santa Cruz donde se tiene la parroquia San Martin de Porres cuyo compromiso es formar a la comunidad y a los laicos para el compromiso con la iglesia y la sociedad. La parroquia es dinámica y hace que todas las estructuras sean participativas. Aquí los Oblatos, apoyados por la comunidad lograron poner el nombre del fundador a una plaza con lo que cada año también se comparte en su nombre.

La misione continua al ritmo de San Eugenio, intentándolo todo para dilatar el Reino de los cielos, Por eso siempre estamos dispuestos a dar todo lo mejor al servicio de la sociedad y de la iglesia. No hay muchas vocaciones, pero si hay muchos laicos alrededor de nuestras misiones que hacer viable la acción pastoral y misionera de la iglesia.

El año 2022, los oblatos cumplirán 70 años de presencia misionera, con lo que también se  están preparando para vivir estos años de servicio. Al momento nos encontramos en un periodo de integración con los hermanos oblatos del Perú, estamos vías a la formación de ser una sola provincia y lograr compartir toda la misión. Ya tenemos experiencias pasadas exitosas, como fue la formación y también el intercambio misionero, ahora nos toca ser una sola entidad en la congregación.

Cada oblato vive su carisma porque nuestro fundador nos decía, que debemos de ser creativos, audaces y valientes para emprender la misión. Por eso nuestros desafíos en los últimos años son como hacer caminar a nuestra iglesia, en ese proceso de transformación misionera, de estar permanentemente mostrando como incidir para avanzar. También nuestro compromiso con la creación y la justicia es muy marcado. Es decir, el movimiento de justicia y paz oblato hace que también podamos, desde esta realidad, como partir la misión, entender los roles sociales que les toca vivir. Es el JUPIC (Justicia, paz, e integridad de la creación), que promueve una participación más dinámica, muchos de los compromisos ya se viven en varias entidades.  Finalmente, que no nos podemos olvidarnos de los excluidos y marginados, que para eso fuimos llamados. Como hijos de San Eugenio de Mazenod queremos seguir caminando hacia la concreción, de encontrar en los hermanos, un camino nuevo, lleno de esperanzas.

San Eugenio de Mazenod, ruega por nosotros.

 

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