El Papa Francisco, después de la oración del Ángelus, se dirigió a los asistentes y les invitó a orar y a realizar gestos de paz para combatir el odio y la violencia en el mundo
Para el Santo Padre, asistimos a días donde experimentamos el dolor de las guerras y de los conflictos que “no dejan de afligir a la humanidad”.
En este contexto retoma “el dolor de las víctimas del horrible ataque contra dos mezquitas en Christchurch, Nueva Zelanda”. Así dice: “Rezo por los muertos y heridos y sus familias. Estoy cerca de esa comunidad religiosa y civil”. E invita a la oración por “nuestros hermanos musulmanes que han sido asesinados”.
El Papa Francisco finalizó su mensaje saludando a todos los presentes: “los fieles de Roma y de muchas partes del mundo. Saludo a los peregrinos de Polonia, de Valencia en España, de Cazajeiras en Brasil y de Benguela en Angola. Saludo a los grupos parroquiales de Verona, Quarto di Napoli y Castel del Piano en Perugia; a los alumnos de Corleone, a los monaguillos de Brembo en Dalmine, a la asociación «Uno a Cento» en Padua”.
Terminó sus palabras, deseando un feliz domingo a todos y con la invitación: “no olviden rezar por mí. ¡Que tengan un buen almuerzo y hasta pronto!
Obispos de Canadá solidarios con hermanos de Nueva Zelanda
Mons. Lionel Gendron, P.S.S. Obispo de St-Jean-Longueuil y Presidente de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos, expresa sus condolencias a la comunidad musulmana y a la población de Nueva Zelanda:
Deseo transmitirles nuestro más sentido pésame y asegurarles nuestra solidaridad y apoyo durante este tiempo aterrador. En la noche del 14 de marzo nos enteramos de los horrendos tiroteos que tuvieron lugar en la mezquita de Al Noor y en la mezquita de Linwood, en Christchurch, Nueva Zelanda, durante la oración del viernes, un tiempo de culto y paz interrumpido por la violencia y el odio. Estamos horrorizados de que el ataque hiriera y matara a tanta gente, y dejara tras de sí un sentimiento de miedo e incertidumbre en sus hogares y lugares de culto. Para los canadienses, y especialmente para los canadienses musulmanes, este acto de horrible violencia es un doloroso recordatorio del tiroteo que tuvo lugar el 29 de enero de 2017 en el Centre culturel islamique de Québec, en Canadá.
Mientras las comunidades musulmanas y toda la población de Nueva Zelanda lloran a los muertos y cuidan a los heridos, la comunidad católica de Canadá les extiende su cercanía fraternal y la seguridad de sus oraciones y apoyo
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