La mañana de este domingo, 10 de mayo, desde la Basílica Menor de San Francisco en la ciudad de La Paz, Mons. Pascual Limachi, Obispo auxiliar de la Diócesis de El Alto, hizo un llamado a la paz, asegurando que la fórmula para tenerla es, “creer en Dios y en Cristo”. A su vez motivo a ser portadores de paz y testimonio tangible de Cristo: “el amor a los pobres es un testimonio tangible de la presencia misericordiosa de Cristo en medio de los hombres. Este testimonio que estamos llamados a ser en este tiempo de cuarentena, portadores de calma, de paz, de tranquilidad en medio de nuestras familias, abramos nuestros corazones a este llamado que Jesús nos hace en estos momentos difíciles que atravesamos”, expresó.

Mons. Pascual Limachi

HOMILÍA DOMINGO 10 DE MAYO 2020

Queridos hermanos hermanas, como verán, estamos en templo vacío, decirles que les extrañamos mucho, pero seguros estamos más que nunca unidos en la oración, eso nos hace más familia cristiana, eso nos hace hermanos en Cristo.

Hoy la palabra de Dios nos dice no pierdan la paz, es sumamente importante no perder la calma, mantener la confianza en Dios. Pero este mensaje no todos van a entender sino solamente los que creen en Cristo. Hay gente que quiere hacernos perder la calma con las noticias que escuchamos, con la pandemia que nos asusta y causa bastante muerte.

En este tiempo de cuarentena que estamos viviendo, es fácil perder la paz, porque entramos en una confusión, porque nos fijamos solo en las cosas superficiales del mundo, y no dejamos que el Espíritu de Dios actué en nosotros. Ahora perder la paz depende de cada uno de nosotros, si ustedes y yo no buscamos a Dios, seguro que vamos a perder la calma. Pero si buscamos a Dios no vamos a perder la paz.

Para esto nosotros como personas de fe debemos preguntarnos ¿qué tipo de información estamos viendo, escuchando? ¿Qué tipo de información estas llevando a la familia?, la que está haciendo perder la paz?, muchos comentarios, informaciones solo causan miedo, angustia y desesperación?, hasta los niños están asustados, algunos ya han perdido la fe.

Sin embargo, el Señor nos enseña de no perder la paz, y nos da la fórmula para no perder la paz, ¿cuál es?, creer en Dios y creer en Cristo, dime cuanta fe tienes y te diré cuanta paz tienes, entonces si perdemos la paz significa que hemos perdido la fe. Importante es mantener la fe viva, tener una fe robusta y firme, el Salmista dice el que pone su confianza en Dios será como una palmera plantado junto al rio.

Pero que bonito es escuchar en este tiempo de cuarentena que, en muchas casas, en muchas familias están orando, están escuchando, estudiando la palabra de Dios en familia, porque tienen fe.

¿Cómo no perder la fe?, es teniendo una confianza absoluta en Dios sabiendo que él nos tiene preparado una habitación en el cielo. ¿Cuál es, el miedo más grande de las personas hoy día?, es morir, perder la vida. Si hacemos la pregunta, ¿quienes quieren ir al cielo, a ese lugar donde Dios nos tiene preparado?, seguro van a contestar, que todos, pero para eso tenemos que morir, ahora ¿cuantos quieren morir?, muchos dirán nooooo, porque tenemos miedo a la muerte, tenemos miedo al sufrimiento, al dolor. Por tanto tenemos que tomar conciencia, que nadie es eterno en esta vida, nadie se quedara para siempre en este mundo, sino algún día nos tocara y vamos a morir.

El Señor nos está diciendo no pierdan la calma, tranquilos, no tengan miedo porque tenemos a alguien que nos confirma, que nos certifica y que nos dice que es verdad, que hay habitación en la casa del padre del cielo para todos.

¿Cómo llegar al lugar donde Dios nos tiene preparado? Jesús nos dice “yo soy el camino, la verdad y la vida”, es decir, yo soy el camino para llegar al cielo. Que significa eso?, que, Jesús es el único camino y no hay otro, la única opción para llegar al cielo, a la vida eterna. Solo Jesús nos asegura la vida, es decir solo con El damos el sentido a la vida, sin Cristo nos perdemos, nos extraviamos, pero con Jesús estamos seguros, estamos en los correcto, en verdad.

Eso implica una vida vivida con Jesús en Jesús y para Jesús. San Pablo resume muy bien, “ya no vivo yo, sino cristo es quien vive en mí”, es un proceso de despojarnos del hombre viejo, hombre que quiere vivir en sí mismo, para sí mismo, o sea su propio egoísmo. El camino es revestirnos de cristo, como dice san pablo, buscar los mismos sentimientos de cristo que siendo Dios se rebajó, se hizo semejante a nosotros, todo por amor.

Por tanto en el evangelio de hoy Jesús nos invita a caminar, a vivir con El constantemente, hacer vida el evangelio, es así que descubriremos el camino del amor acogiendo a nuestros hermanos más necesitados, ahora más que nunca nos necesitamos unos a otros. Es el tiempo de mantenernos unirnos. En Jesús reconocemos al padre, cuando amamos, cuando compartimos creamos fraternidad, cuando perdonamos, si nos dejamos cambiar a transformar con El para ser portadores de su gracia, y su salvación.

Debemos abrir nuestros corazones a las necesidades, tanto de quienes están cerca como de los que están lejos. Éste es uno de los aspectos esenciales de ser cristiano, de estar en camino, puesto que el amor a los pobres es un testimonio tangible de la presencia misericordiosa de Cristo en medio de los hombres. Este testimonio que estamos llamados a ser en este tiempo de cuarentena, portadores de calma, de paz, de tranquilidad en medio de nuestras familias, abramos nuestros corazones a este llamado que Jesús nos hace en estos momentos difíciles que atravesamos. Que Dios habite en nuestros corazones. Amen.

 

Fuente: CEB.

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