En los saludos, tras el rezo del Regina Coeli, Francisco recordó, ante todo, el centenario del nacimiento de San Juan Pablo II y rogó que desde el Cielo «él siga intercediendo por el Pueblo de Dios y por la paz en el mundo».
Afecto y gratitud expresó el Papa Francisco al recordar que mañana se celebra el centenario del nacimiento de San Juan Pablo II, en Wadowice, Polonia. Tras el rezo del Regina Coeli el Papa anunció que mañana por la mañana, a las 7 de la mañana, celebrará la Santa Misa – que será transmitida a través de Mundovisión – en el altar donde descansan sus restos mortales.
“Que desde el Cielo – rogó Francisco– él siga intercediendo por el Pueblo de Dios y por la paz en el mundo”
El Pontífice también hizo presente en algunos países se han reanudado las celebraciones litúrgicas con los fieles, mientras que en otros se está considerando la posibilidad. En Italia, a partir de mañana, informó, «se podrá celebrar la Santa Misa con el pueblo». Y pidió, por favor, que «sigamos con las normas, las reglas que nos dan para proteger la salud de cada uno y del pueblo».
También recordó que en el mes de mayo, es tradicional en muchas parroquias celebrar las Misas de Primera Comunión, un «hermoso momento de fe y de fiesta», dijo, que ha sido pospuesto a causa de la pandemia. Por ese motivo envió un pensamiento afectuoso «a los niños y a las niñas que habrían tenido que recibir la Eucaristía por primera vez».
Por último, haciendo presente la Semana Laudato si’, que concluirá el próximo domingo, manifestó su esperanza de que en estos tiempos de pandemia, en los que somos más conscientes de la importancia de cuidar nuestra casa común «toda la reflexión y el compromiso común ayude a crear y fortalecer actitudes constructivas para el cuidado de la Creación».
Antes de despedirse, pidiendo que no nos olvidemos de rezar por él, invitó a los fieles a vivir este tiempo de espera «como una oportunidad para prepararse mejor»: «rezando, leyendo el libro de catecismo para profundizar en el conocimiento de Jesús, creciendo en la bondad y en el servicio a los demás». «¡Buen camino!», animó. Griselda Mutual – Ciudad del Vaticano
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