Denunciado por cumplir con su deber; Raúl, el guardián del Madidi

El 30 de marzo fue agredido en un puesto de control del parque nacional cuando exigió documentación a mineros ilegales. Ahora está notificado por difamación y calumnias y debe declarar este 5 de julio

Es oriundo de la comunidad Santa Rosa, municipio de Apolo, hoy cooptado por la minería.

Era ganadero, pero aprovechó una convocatoria del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) para descubrir su vocación como guardaparque y su devoción por el medioambiente.

Desde 2010, Raúl Santa Cruz (42), padre de dos niños, uno de ellos en camino, se convirtió en guardián del Parque Nacional Madidi, un trabajo que dice amar. Sin embargo, como muchos otros custodios del bosque, desde hace un tiempo siente que esta labor se está poniendo no solo más difícil, sino también más riesgosa, ya que son cuatro veces las que ha sido agredido.

La última vez fue el 30 de marzo, cuando junto a sus colegas se dirigió al puesto de control Santa Cruz del Valle Ameno, para pedir documentación a los mineros que con maquinaria pesada trataban de cruzar el límite que marca el inicio del área protegida nacional.

En aquel momento, el impase se hizo público en los medios de prensa, y se dijo que el agresor era Ramiro Cuevas Echave, secretario del Consejo de Vigilancia en la Federación de Cooperativas Mineras de La Paz (Fecoman LP), quien después fue denunciado por ambientalistas por ejercer la minería ilegal en el parque nacional. 

Tiempo después, un juez agroambiental ordenó la militarización del Madidi para retirar a los mineros y sus maquinarias, pero también llegó una notificación a Raúl, y a otro guardaparque, Marcos Uzquiano.

Según los documentos, Cuevas pide tres años de sentencia condenatoria para ambos. Raúl, debe presentarse a declarar el 5 de julio en Apolo, por calumnias y difamación.

De darse una sentencia, tanto Raúl Santa Cruz como Marcos Uzquiano serían inhabilitados como funcionarios públicos y perderían toda posibilidad de seguir cuidando los bosques.

Protector de la biodiversidad
Santa Cruz dijo que siempre le ha gustado la naturaleza, y que tiene un apego especial por el Parque Nacional Madidi, debido a su biodiversidad. 

Me encanta la naturaleza, me gusta conservarla y quisiera que el Madidi se mantenga protegido. Soy uno de los guardas que desea que el parque no desaparezca, se dice que es un tesoro para siempre y tengo esa convicción y amor”, compartió.

Según Raúl, la gente siempre se ha dedicado a la minería de forma artesanal en la zona de Apolo, pero después llegó la actividad minera mecanizada, sobre todo a la cabecera del río Tuichi.
Confesó que antes era mejor, ya que se trabajaba bien, porque los ‘guardas’ podían entrar a las comunidades a realizar su trabajo de sensibilización con el medioambiente, pero lamentó que con el inicio de la minería ilegal todo cambió. 

“En las comunidades hay trancas, es difícil entrar, incluso dentro del parque, no nos dejan cumplir con nuestras funciones. El problema es que los dirigentes de las comunidades coordinan con los representantes de la minería, diciendo que perjudicamos el desarrollo, etc. Entramos a los lugares, pero nos ponen condiciones, nos dicen qué hacer y qué no hacer durante las inspecciones en las áreas de actividad minera”, cuestionó.

El guardián del Madidi dijo que el día del incidente había chinos, que son los que ahora trabajan como inversionistas en la comunidad Virgen del Rosario, donde Cuevas es dirigente. 

“Los chinos son los dueños de las maquinarias, hay un pacto con los dirigentes de las comunidades, les dan dividendos del oro, y cuando los interpelamos responden que están trabajando con gente del Gobierno, que están amparados por el Gobierno, y que por eso no nos tienen miedo. No somos obstáculo para ellos”, indicó. 

Santa Cruz reconoció que los mineros siempre se salen con la suya, que han sido rebasados, ya que de las comunidades llegan hasta los puestos de control, y con presión meten maquinaria, “se nota que están protegidos”, lamentó Raúl.

FUENTE: EL DEBER

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