Habiéndose conocido que Mons. Carlos Curiel fue nombrado Obispo de la diócesis de Carora en Venezuela, dirigió unas palabras al concluir la celebración de la Misa Crismal, donde se encomendó, en obediencia, a la voluntad de Dios y pidió oraciones en esta nueva misión.
Monseñor Carlos expresó que al recibir la noticia vino a su mente el deseo profundo de compartir esta pascua. “Dios nos sorprende y el Papa también, y desde esta sorpresa me he sentido como María y como José, un poco perturbado por este nombramiento. Y leyendo la Palabra sentí que era el mismo señor que hacía este nombramiento”.
También el Obispo Electo de Carora remarcó que pidió a Dios esa actitud de María en Obediencia y el corazón humilde de José. “Hoy el Señor me dice no tengas miedo Carlos, toma como esposa a Carora” Reflejó tener sentimientos encontrados para recibir el llamado con corazón y espíritu humilde, para que sea la fuerza del Espíritu quien lo guie.
“Voy para el pueblo donde nací, donde me crie, donde crecí, desde mi infancia; que me enseñe el Señor a poderlos instruir sobre la acción salvadora, sobre esa acción salvadora que está llena de ternura y de amor. Por eso no tengo palabras para agradecer a la Iglesia de Bolivia, a la Iglesia en Cochabamba. No tengo palabras para agradecer a mis hermanos obispos, a mis hermanos sacerdotes, gracias por ser hermanos, gracias por ser amigos, gracias por ser compañeros de camino, con mayúscula. Seguimos al Señor, somos sus discípulos y misioneros. Y quiero contemplar el misterio pascual signo y expresión de la máxima obediencia por amor, para decirle Señor, quiero configurarme contigo, fiel y obediente.”
“Dejo parte de mi corazón, pero gracias a que el Espíritu Santo nos seguirá uniendo en comunión, me sentiré muy unido a esta Iglesia que tanto amo. El día de mi ordenación episcopal dije: nació en Carora, soy Anzaldino de Corazón, por lo tanto, cochabambino de corazón. Y por lo tanto también este ministerio lo he ejercido con ese sentimiento profundo de mar a mi pueblo al que el Señor me encomendó y al que nuestro querido Arzobispo Oscar me encomendó”.
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