Víctor Codina: el buen samaritano clave de fratelli tutti.

Por; Victor Codina, SJ

EL CONTEXTO

Es la 3ª encíclica del Papa, luego de Lumen fidei que escribió conjuntamente con Benedicto XVI y de Laudato sí sobre el cuidado de la casa común.

Junto con Evangelli gaudium, es el tercer escrito original importante de Francisco. Si Evangelli gaudium se centraba en la dimensión espiritual y Laudato si en la ecológica, Fratelli tutti es una encíclica claramente social, que forma parte del magisterio social de la Iglesia. Pero como se ha dicho, FT es más que una encíclica social, es un texto profético que pone al mundo patas arriba, con un nuevo sueño y un nuevo paradigma de fraternidad y amistad social, el sueño de una nueva humanidad. 

Su inspiración y su título son franciscanos, como Laudato sí, por esto el Papa la firmó en Asís el 3 de octubre, víspera de la fiesta de S. Francisco. Y así como Laudato si estuvo influenciada por el patriarca ortodoxo Bartolomé, Fratelli  tutti  se sitúa como continuidad de la declaración inter-religiosa que pronunció junto en el Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb en Abu Dabi sobre los derechos de la dignidad humana, en febrero de 2019. Hay una alusión a la entrevista que Francisco de Asís hizo al sultán Malik-el-Kamil de Egipto, en busca de un diálogo y paz en pleno tiempo de guerra y cruzadas FT 3)

Fratelli Tutti no presenta grandes novedades respecto al magisterio de Francisco, sino que recoge y profundiza de forma estructurada sus mensajes, homilías y alocuciones durante estos 7 años de su pontificado, asume el parecer de diversas conferencias episcopales y los convierte en una Encíclica. Es una obra de madurez sobre la fraternidad y la amistad social. Además, cuando Francisco escribía Fratelli tutti comenzó la pandemia, lo cual puso más en descubierto los desequilibrios y vulnerabilidades del momento actual. O nos salvamos todos, o no se salva nadie.

Francisco escribe Fratelli tutti desde la fe cristiana pero sus afirmaciones están abiertas a toda persona de buena voluntad. Al final dice que se ha inspirado en Luther King, Desmond Tutu, Mahatma Gandhi y en el hermano Carlos  de Foucauld que quería ser el hermano universal (FT 286).

La encíclica tiene 8 capítulos, con 287 párrafos numerados.

Más que recorrer los 8 capítulos, prefiero resumir la encíclica en la parábola del buen samaritano que Francisco comenta en el capítulo segundo (FT 56-86). Él dice que “es un ícono iluminador, capaz de poner de manifiesto la opción de fondo que necesitamos tomar para reconstruir este mundo que nos duele” (FT 67). Esto no sustituye la lectura de Fratelli tutti, pero puede ser una clave para su comprensión.

EL BUEN SAMARITANO.

En esta parábola de Lucas, Jesús responde al maestro judío de la Ley que preguntaba quién era el prójimo.

En la parábola aparecen cuatro tipos de personajes: los ladrones que roban y hieren al caminante, el hombre herido, el sacerdote y levita que pasan de largo y el samaritano que lo cura con aceite y vino y encarga el cuidado al dueño de un albergue. El mensaje que nos da es que prójimo es todo aquel que necesita de nosotros. (Lc 10, 25-35)

Fratelli tutti actualiza e historiza estos personajes. La historia se repite.

1.Los asaltantes son aquellas personas y estructuras económicas, sociales y políticas del neoliberalismo y del populismo, corporaciones y multinacionales  que producen víctimas, desigualdades, descartados, refugiados, guerra y armamentos nucleares, muertos de hambre, marginación de mujeres, de ancianos y niños, trata de personas, los  que no respetan la vida, provocan hambre y paro juvenil, traficantes de órganos, mafias que explotan a los migrantes, empresas nacionales y multinacionales que destruyen la naturaleza, construyen muros contra los migrantes y les cierran sus puertos, no les dan papeles ni los reconocen como auténticos ciudadanos, no ayudan a que todos tengan techo, trabajo y tierra, fomentan la ideología del mercado y el consumismo, y todo ello con una globalización que destruye culturas locales, busca únicamente el lucro, ganancias, bienestar material, sin ninguna sensibilidad por los que quedan al margen. Se fomenta la violencia, la venganza, el odio, no hay diálogo ni perdón.

2.El hombre herido son todas las víctimas del sistema actual antes mencionadas. Ha habido un retroceso respecto al pasado. La pandemia ha desnudado estas situaciones de marginación y vulnerabilidad de los sectores pobres, la falta de recursos sanitarios para todos, las grandes diferencias sociales entre países y continentes, con el peligro de que la vacuna no llegue a todos. Hay que escuchar el clamor de los pobres, de las mujeres, de los indígenas, de los niños y de los ancianos. Estas son las densas sombras de nuestro mundo, estamos en una tercera guerra mundial por partes.

3.Los que pasan de largo son dirigentes políticos, sociales y también religiosos que no se comprometen, se limitan a pronunciamientos, buscan sus intereses nacionales y populares, se dejan corromper, cierran los ojos a los desastres de las multinacionales, no cumplen lo prometido, creen que la situación no es tan grave, que la ciencia y la técnica todo lo arreglará, o por el contrario, que todo está tan mal que ya no hay remedio, no hay nada que hacer, el problema es tan grande que yo no puedo hacer nada.

4.El buen samaritano, miembro de un pueblo que en tiempo de Jesús era tenido como hereje, pagano, cismático e indeseable, representa todas las personas de buena voluntad, que desde cualquier religión o sin ella, ayudan al necesitado, al prójimo, buscan la colaboración de otros. Son los que van más allá de su cultura y nación, se abren a toda la humanidad, al extranjero, al necesitado, al pobre y marginado.

Pero Francisco no se limita a exhortar a curar a los heridos de hoy sino que propone un cambio global de sociedad para evitar que estos hechos se vayan reproduciendo: luchar contra las causas estructurales de la pobreza y la desigualdad, lograr trabajo, tierra y vivienda para todos, la prioridad a la vida de todos por encima de la apropiación de bienes de algunos, pensar y gestar un mundo abierto, no egoísta ni autorreferencial, basado en el amor y la amistad social, solidarios que dé prioridad a las personas por encima de la economía y los intereses personales o de grupo.

Aquí Francisco enuncia una serie de principios y valores, que responden a la tradición más profunda cristiana, de todas las religiones y de la sabiduría ancestral de los pueblos. Los podemos sintetizar en un apretado decálogo de la fraternidad y la amistad social:

1- mística de la fraternidad, sin la cual ni la libertad ni la igualdad se mantienen; pero a esta mística hay que añadir  una organización mundial más eficiente. El buen samaritano necesitó la existencia de una posada para ayudar al herido

2- función social de la propiedad de modo que el derecho a la propia subsistencia pasa por delante del derecho a la propiedad privada, que es un derecho secundario y derivado, pues hay un destino común de los bienes de la creación y la propiedad privada tiene una función social, porque hay derechos fundamentales que emanan de la dignidad de toda persona creada por Dios.

3-defensa de los derechos de los pueblos, sus raíces y culturas, pero tener un corazón que una lo local con lo universal, pues ningún pueblo o cultura lo puede tener todo; No hay que pensar solo como país, sino como familia humana, manteniendo la tensión entre la globalización y el valor de lo local, entre la fraternidad universal y la amistad social, el mundo no es una esfera, sino un poliedro, el todo es superior a la parte

4- la política es una altísima vocación, valorar la economía y la técnica, pero el mercado no es un dogma ni lo resuelve todo, no se puede justificar una economía sin política, se necesita un amor político y social, una amistad social y una amabilidad que vaya más allá de los consensos, con un amor tierno, que se hace cercano y concreto, como el del buen samaritano con el herido del camino.

5- escuchar a los movimientos populares, fomentar la dignidad del trabajo, con una política que no solo sea hacia los pobres sino con los pobres, con un encuentro cercano a los sectores más vulnerables y últimos. El tema de los migrantes reviste hoy especial gravedad y urgencia, a los que hay que acoger, proteger, promover e integrar, no pueden ser considerados como ciudadanos de segunda categoría, son una oportunidad para la riqueza y el desarrollo integral de todos. Hoy o nos salvamos todos, o no se salva nadie.

6-en los inevitables conflictos, hay que saber dialogar y perdonar, reconciliarse, ser arquitectos de la paz, la unidad es superior al conflicto. No hay que olvidar los desastres del pasado que nos avergüenzan, como la Shoa y las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, pero no caer en la venganza ni en la violencia, el perdón no implica el[1]  olvido

7-la guerra no es la solución, ni podemos pensar en la guerra justa en un mundo con armas nucleare, nunca más la guerra. Hay que condenar el armamentismo y es un desafío la eliminación de las armas nucleares, con el dinero que se usa en armas constituyamos un Fondo mundial. La pena de muerte es inadmisible, hay que mejorar las condiciones carcelarias y la cadena perpetua es una pena de muerte oculta. La ONU ha de estar realmente al servicio de los pueblos, privilegiando a los más pobres, no al servicio de los más poderosos, reconocer los derechos de los pueblos y de las naciones que emanan de la dignidad de las personas creadas, una dignidad que va más allá de fronteras, etnias, culturas y religiones.

8-las religiones ofrecen un aporte valioso al servicio de la paz, sin una verdad trascendente no hay principio seguro que garantice la justicia los valores religiosos fundamentan la fraternidad universal y la paz, no puede admitirse que en el debate público solo tengan voz los poderosos y los científicos. La violencia religiosa no es consecuencia de la religión sino de interpretaciones erróneas de los textos religiosos, desviaciones de las enseñanzas religiosas. Hay que considerar los movimientos terroristas como crímenes internacionales. Hay que asumir la cultura del diálogo religioso, no construir muros sino ser artesanos de la paz

9- la raíz última de la fraternidad para los cristianos es la fe en Dios Padre, no somos huérfanos, la fuente de la dignidad humana y de la fraternidad para nosotros está en el evangelio de Jesucristo. La Iglesia no se agota en educación y asistencia, sino que procura la promoción humana y la fraternidad universal, es una casa con las puertas abiertas, porque es madre; como María queremos ser una Iglesia que sirve, sale de sus templos y sacristías, acompaña la vida, tiende puentes siembra esperanza y reconciliación, en unión con todos los bautizados y en diálogo todas las culturas y religiones. La música del evangelio no puede dejar de resonar en nuestras casas, ciudades, economía y política, para no se apague la melodía que nos desafía a luchar por la dignidad de todo hombre y mujer.

10-Fratelli tutti acaba con dos oraciones, una oración al Creador y una oración cristiana ecuménica, para que Dios nos ayude en nuestros sueños de fraternidad, de justicia y de paz. 

CONCLUSIÓN

Francisco aparece en Fratelli tutti como una gran una figura del momento presente, un estadista, una voz profética para la humanidad de hoy. La Doctrina social de la Iglesia queda reforzada, actualizada y con la visión no desde un despacho, sino desde abajo, desde los pobres, desde la conmoción y el dolor ante su sufrimiento.

Muchos se escandalizan de Fratelli ttuti, la critican o silencian, creen que son sueños irreales y utópicos, fantasías, que el Papa es un ingenuo y no debe meterse en economía ni política.

Pero toda la Encíclica está en perfecta coherencia con el evangelio y la doctrina social de la Iglesia, desde los Santos Padres y tradición eclesial hasta el magisterio pontificio moderno, como aparece en las continuas citas y notas a pie de página. El Papa tiene el derecho a soñar y pensar en otra humanidad, en otro mundo, no se mueve en la lógica del lucro personal para unos pocos, sino en la lógica de la solidaridad, la cooperación, la interdependencia y la corresponsabilidad, la amistad social, el caminar hacia un mundo de paz.

Francisco ha hecho de buen samaritano ante el mundo herido de hoy. Nosotros no podemos ser asaltantes asesinos ni pasar de largo. Nos toca colaborar con el buen samaritano, como lo hizo el hospedero dueño del albergue de la parábola.

Pero para ello no podemos limitarnos en proclamar los derechos humanos o la fraternidad universal, es necesario algo más: salir de nuestra globalización de la indiferencia, tener los ojos abiertos, mantener la atención para caer en cuenta de la realidad de los heridos de hoy, ver los cuerpos de mujeres, niños, indígenas, ancianos, migrantes, enfermos  y víctimas de toda clase de dolor y opresión, escuchar su clamor, dejarnos conmover por su sufrimiento como se conmovía Jesús por su pueblo, en un clima de cercanía, diálogo, amistad, ternura y misericordia.

Preguntémonos, finalmente, cuánto amor hemos puesto en nuestro trabajo para ayudar avanzar al pueblo, qué fuerzas positivas hemos creado para la paz, qué marca hemos dejado en la vida de la sociedad.

Esta encíclica, escrita durante la pandemia es un llamado para que veamos este momento como un signo de los tiempos, un kairós, para que no volvamos ya a la normalidad de antes sino para nos convirtamos a nivel personal, social, eclesial y ecológico a la búsqueda de una nueva sociedad, de otro mundo más humano y más cercano al evangelio.

No nos demoremos, al borde del camino está el herido, que hoy son millones y nos está esperando. No pasemos de largo. ( Víctor Codina sj)

Víctor Codina sj dio esta conferencia a los Religiosos y religiosas de Bolivia, CBR nacional.


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