¿Manipular el clima? Es política, no ciencia

Un experto reflexiona sobre el reciente anuncio de China de «sembrar nubes» para controlar la lluvia

Aprincipios de diciembre de 2020, el anuncio de China de un ambicioso proyecto de «modificación del clima», provocaba un eco de preocupación en la prensa de todo el mundo. Las autoridades hablaron de una gigantesca operación de «siembra de nubes» en un territorio de más de cinco millones de kilómetros cuadrados. Algunos países vecinos e instituciones mostraron su preocupación por los «efectos colaterales», sobre todo por la posible «apropiación de las lluvias» de la región.

Pero, ¿es realmente esto así? ¿Tiene China capacidad para manipular el clima a gran escala?

Consultamos al fraile carmelita Eduardo Agosta, físico, experto en variabilidad climática y doctor en Ciencias de la Atmósfera y los Océanos. Este experto ha contribuido a la elaboración de la encíclica Laudato Si, y asesora al dicasterio pontificio para el Desarrollo Humano Integral y para el Movimiento Católico para el Clima

– En diciembre el gobierno chino anunció un programa para controlar las lluvias en el país. Aunque a muchos les suene a ciencia ficción el proyecto no es nuevo, pues lleva años en marcha. ¿Podría explicarnos qué capacidad tenemos actualmente de manipular las lluvias? ¿Podría explicarnos brevemente en qué consiste este mecanismo de control – el yoduro de plata ?

Para comprender qué capacidad tenemos actualmente de manipular las lluvias hay que comprender cómo es el proceso meteorológico que las produce. Para que se produzca la lluvia son necesarios dos elementos: un proceso dinámico de movimiento de ascenso, y humedad. Ninguna de estos dos elementos es, en general, manipulable por el ser humano.

Sembrar nubes

 

Ahora bien, lo que produce la lluvia es la condensación de esa humedad en pequeñas gotitas sobre pequeñas superficies de material particulado que existe flotando en el aire, lo que nosotros llamamos núcleos higroscópicos. La mayoría de los núcleos higroscópicos son de fuente natural y mayormente de origen salino. Es decir, son sales que están flotando en el aire. Producen lluvia y también producen la condensación de humedad formando las nubes.

Ahí es donde la mano del hombre puede intervenir, y es lo que el Gobierno chino ha anunciado: la «siembra» de este tipo de material en el aire, normalmente yoduro de plata, a una altura de unos 5000 o 7000 m (depende de la región). Al inyectar estas partículas en núcleos de humedad en parcelas de aire húmedo en el aire en condiciones cercanas a la saturación, se puede producir justamente la condensación y la formación de de gotitas.

Entonces, si uno siembra artificialmente se van a generar más nubes, y si hay suficiente humedad, se producirá la condensación y coalescencia de gotitas, y por tanto podría producirse la lluvia.

De hecho, esta técnica ya se utiliza desde la década de los 70 y 80 en muchos lugares, sobre todo para prevenir las tormentas de granizo. Pues el granizo es una repentina condensación de estas gotas por corrientes de aire ascendente muy fuertes que enfrían repentinamente, bruscamente, y generan las piedras de hielo. Si uno siembra yoduro de plata, la humedad concentrada y disponible se distribuye en más núcleos pequeños, impidiendo formar la piedra de hielo, y obligando a precipitarse en forma de lluvia.

Poco efectivo

Sin embargo, esta técnica no da buenos resultados desde el punto de vista científico, porque implica una enorme inversión, llevar cohetes y aviones para inyectar aerosoles higroscópicos (yoduro de plata) en la troposfera. Y los resultados son muy inciertos.

En realidad, como se desprende de lo anterior, no podemos decir que controlamos o manipulamos las lluvias. En realidad, si el tiempo meteorológico no provee la humedad y la dinámica de ascenso, no tendremos lluvia. Los ingredientes de la tarta no dependen de nosotros, lo único que podemos hacer por ahora es, si tenemos los ingredientes, aportar un cuchillo afilado para partirla, que en este caso serían esos aerosoles, para que se produzcan mejores cortes.

– ¿Hasta qué punto es legítimo que un país quiera controlar el clima – por ejemplo para evitar sequías o granizos ?

Este este uso de de la siembra de nubes se ha hecho en todos los países del mundo; o sea, no es algo solamente hecho por China. Ya te digo, se implementó desde la década de los 70 como práctica de luchas anti granizo, sobre todo en regiones agrícolas. Pero en general sin buenos resultados.

Es decir, no es que la producción de agua en reemplazo de granizo es muy efectiva, porque cuando la dinámica de la tormenta es muy fuerte, el granizo es inevitable, por más que uno siembre. Por tanto, prácticamente se ha dejado de promover desde el punto de vista científico.

Aún se sigue haciendo en muchos lugares, porque a veces puede haber una cuestión política o económica, compañías que se mantienen porque hay alguien a quien le interesa que el Estado gaste dinero en esas campañas o programas de lucha anti granizo. Pero en general ya te digo son muy costosas porque requieren de cohetes y de aviones o de cañones para bombardear estas partículas.

Manipular el clima

– ¿Vamos hacia un nuevo concepto de guerra – la guerra meteorológica ?

Yo diría que en este caso no, porque cuando hablamos de siembra de nubes, como en este caso, estamos hablando de un trabajo a una escala muy breve, de unas horas. A lo sumo podemos afectar a la evolución de una tormenta concreta o de la lluvia a escala de unos pocos minutos u horas, nada más.

En ese sentido no podemos decir que con esta técnica estamos afectando al clima a gran escala. Por tanto, no es posible hablar de manipulación climática. Pero es cierto que la propuesta china implica un territorio muy extenso (varias veces el tamaño de España), algo inédito hasta ahora, y por tanto habrá que monitorear los resultados y si ver hay impacto negativo.

Ahora bien, dicho lo anterior, es cierto que en algunos ámbitos existen propuestas de manipulación del clima. Nosotros englobamos estas propuestas en lo que llamamos geoingeniería climática. Eso sí ya afectaría al planeta entero, porque supondría incidir en el balance radiativo, estaríamos interfiriendo en la insolación, en la energía que nos viene del sol, en una escala hemisférica o planetaria. Pero el anuncio de China no cuadra con esto.

Me da la impresión de que en el caso de la propuesta de China se trata más bien de un anuncio político, en el contexto del cambio climático, donde China se quiere mostrar con poder de controlar las lluvias y que tiene la llave en mano en la siguiente década. Creo que se va quedar en eso, por eso yo no hablaría de una guerra meteorológica.

El ser humano puede generar guerra en lo que se le ocurra, hasta por naranjas, pero esto no llega al caso.

Control del clima

Ahora bien, es distinto lo que yo he escuchado en congresos y conferencias científicas climáticas internacionales en los que he participado, y siempre hay algunos geoingenieros – no son climatólogos sino gente que se dedica a la geofísica – que hacen propuestas de interferir en el balance radiativo. Es largo de explicar, pero esto sí afectaría al clima a nivel mundial.

Hasta ahora ningún país ha hablado de hacer esto. La gran mayoría de los científicos decimos que es una locura hacerlo, pero si alguien hiciera en el futuro esa manipulación, estaríamos en un escenario muy distinto y peligroso.

Como decía antes si las potencias se lanzan, no tanto a una guerra de control meteorológico, porque no tenemos herramientas para hacer eso, pero si por ejemplo a la geoingeniería climática, eso ya es otra cosa diferente. No obstante, yo no creo que lo hagan porque no sería sensato… pero bueno, sabemos que la insensatez forma parte del ser humano…

Es decir, hacer geoingeniería climática sí podría generar una guerra: si de repente uno se entera de que China o Estados Unidos o Rusia o quien sea va a empezar a interferir en el balance radiativo del sistema climático… ahí va a saltar la mayoría de la comunidad científica y de los países, que no van a querer eso.  Para evitar eso está el IPCC, el Panel Intergubernamental de Control del Cambio Climático, que asesora los Gobiernos del mundo en la ONU.

El agua, bien precioso

– ¿Podría ser el control del clima uno de los mecanismos para luchar en el futuro por uno de los bienes más escasos y codiciados – el agua?

Bueno, la siembra de nubes puede funcionar en alguna región muy particular sobre todo en zonas de montaña para la región localizada – por ejemplo en el enclave de una montaña, que ya provee la dinámica de ascenso, y con una fuente de humedad cercana  (mar, lagos). Se puede intentar aumentar las lluvias mediante esta técnica.

Y esto es legítimo es un aprovechar algo que está allí de que de lo contrario se perdería, que es la humedad disponible. Es como «poner un embalse» en el aire, igual que se hace en tierra. Esto no afecta al clima.

Ahora , el anuncio de China era que iba a realizar esto a escala gigante en un territorio enorme. Yo no sé si eso va a ser efectivo, si realmente van a lograr modificar la cantidad de agua que pueda presentar en un territorio así tan grande. Yo lo pongo en duda, en mi opinión, no hay posibilidades de hacerlo de forma efectiva con ese método, con los medios científicos y tecnológicos que tenemos, en un territorio tan extenso.

En todo caso esas acciones van a ser siempre locales y en el corto plazo, y no van a afectar el balance del sistema climático. Por lo tanto, no podemos hablar – hoy – de una repercusión en el clima.

Fuente Aleteia

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