La llamada a «venir y ver» es también «el método de toda auténtica comunicación humana». Este es el corazón del Mensaje del Papa Francisco para la 55ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales sobre el tema «Ven y verás» (Jn 1,46). Comunicar encontrando a la gente donde y como está», publicado hoy, en vísperas de la memoria de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas.
«Ven y mira», así se comunica la fe cristiana
El Mensaje del día contiene, por tanto, esa invitación que Felipe dirige a Natanael – «Ven y verás», como narra el pasaje del Evangelio de Juan que inspira el tema-, que no consiste en ofrecer un razonamiento, sino un «conocimiento directo». «Desde hace más de dos mil años -subraya el Papa- es una cadena de encuentros que comunican la fascinación de la aventura cristiana». Por otro lado, «en la comunicación, nada puede sustituir completamente a la visión en persona». Para cada «expresión comunicativa» que quiera ser honesta, el Papa sugiere, por tanto, la invitación a «venir a ver» la galaxia comunicativa actual, desde los periódicos a la web, pero también la «predicación ordinaria de la Iglesia», así como la «comunicación política o social».
Fuera de la presunción de «ya conocido»
En su discurso tiene un gran peso la dinámica de ponerse en marcha con pasión y curiosidad, de salir «de la cómoda presunción de lo ‘ya conocido'». En cuanto a la actualidad, el Papa advierte del riesgo de verse aplastado por «periódicos fotocopiados» o «por telediarios y páginas web sustancialmente iguales», en los que las investigaciones pierden espacio en beneficio de la «información preempaquetada y ‘de palacio'». Esta información, recuerda, «es cada vez menos capaz de interceptar la verdad de las cosas y la vida concreta de las personas, y ya no es capaz de captar ni los fenómenos sociales más graves ni las energías positivas que se liberan desde la base de la sociedad». Para Francisco, por tanto, «la crisis de la industria editorial corre el riesgo de llevar a la información a construirse en las redacciones, frente al ordenador», «sin ‘gastar las suelas de los zapatos'».
Escollos y oportunidades de la web
La web con los medios sociales puede, pues, multiplicar la capacidad y la velocidad de difusión de las noticias -por ejemplo, para las emergencias en los primeros servicios de comunicación a las poblaciones- y ser así «una herramienta formidable». «Todo el mundo», dice el Papa, «puede convertirse en testigo de acontecimientos que de otro modo serían pasados por alto por los medios de comunicación tradicionales» y hacer que «surjan más historias, incluso positivas». Por otro lado, existe el riesgo de una comunicación social «sin verificación». Por tanto, no debemos demonizar la herramienta, sino tener una mayor capacidad de discernimiento asumiendo la responsabilidad a la hora de difundir contenidos.
Pandemia y doble contabilidad
El horizonte de la pandemia, que se extiende por el mundo desde principios de 2020, marca de forma decisiva este Mensaje. El Papa advierte que se corre el riesgo de contarla, al igual que todas las crisis, «sólo con los ojos del mundo más rico», de llevar una «doble contabilidad». La reflexión de Francisco se dirige, en este sentido, a la cuestión de las vacunas y la atención médica, al riesgo de exclusión de las poblaciones más pobres. «¿Quién nos hablará -pregunta- sobre la espera de la curación en los pueblos más pobres de Asia, América Latina y África?». Se trata de un peligro que también afecta al «mundo de los más afortunados», donde «el drama social de las familias que han caído rápidamente en la pobreza permanece en gran medida oculto». Así pues, las diferencias económicas corren el riesgo de marcar el orden de distribución de la vacuna anti Covid, con los pobres siempre en último lugar y «en principio, el derecho a la salud afirmado» pero «vaciado de su valor real».
Gracias a los periodistas que informan de las guerras olvidadas
Desde el corazón del Papa viene un agradecimiento por el valor de tantos trabajadores de la comunicación. Es gracias a los periodistas, a los camarógrafos, a los editores, que a menudo se arriesgan en su trabajo, «si hoy -dice- conocemos, por ejemplo, la difícil condición de las minorías perseguidas en diversas partes del mundo; si se han denunciado muchos abusos e injusticias contra los pobres y contra la creación; si se han denunciado muchas guerras olvidadas». Sería un empobrecimiento, señala, que estas voces se perdieran.
Debora Donnini – Ciudad del Vaticano
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