El domingo 24 de mayo se tuvo la misa de domingo, pero era muy particular porque se ha celebrado la misa de Ascensión del Señor y es el momento en que debemos de estar mas que nunca preparados en vivir la fe en Jesús que se va al Padre pero que se compromete a estar con nosotros por medio del Espíritu Santo.
El P. Lucas Casaert, haciendo una metáfora de una gran batalla, Jesús retorna al padre y le dice que la operación de salvación se ha consumado. Misión cumplida. Que se cumplió con la muerte y resurrección. Y hoy sigue la historia de la iglesia, pero ahora con la fiesta del Espíritu Santo.
Ya Pablo a los efesios, nos dice, que el “Señor los ilumine sus corazones para valorar la esperanza a la que han sido llamados”. Aquí es la realidad de cómo cada uno de nosotros podemos profundizar conocer y valorar lo grande de lo que es el misterio y lo que significa la Ascensión al Cielo. No solo es la ir al cielo, es volver al Padre, pero ahora empieza la otra misión.
Significa una presencia real, yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo, no es una ausencia, sino que Jesús, con la fuerza del Espíritu se hace más presente y nos da una misión. Anunciar, proclamar, dar testimonio, ayudar a la gente para que pueda comprender toda la riqueza de lo que es ser cristiano. Donde descubrimos que la vida no es cuestión de vivir unos cuantos años aquí en la tierra, sino que comprender todo lo que nos espera en el cielo.
Recordó que el origen de las comunicaciones,cuando el papa Paulo VI, dio a luz la enclítica Ínter Mirifica. Hoy nos toca orar por los medios de comunicación. Hoy hay tantas historias, mentirosas, y que podamos descubrir la historia verdadera e impregnados de historias positivas, y descubramos la vida.
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