El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), que hoy concluye su asamblea general en Tegucigalpa, Honduras, distribuyó ayer un Mensaje al Pueblo de Dios, firmado por la nueva presidencia del cuerpo eclesial que representa a las 22 Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe, titulado «Caminando en la fe y en la fraternidad solidaria».
El texto reafirma ante todo «la comunión y la adhesión filial al Papa Francisco, especialmente en estos tiempos en que algunos grupos e intereses particulares rechazan su misión de Pastor universal de la Iglesia Católica. Nuestra adhesión al Papa se concretiza en responder con el anuncio del Evangelio a los nuevos desafíos que surgen en este cambio de época”.
Los obispos, expresa el documento, son conscientes de los grandes desafíos que enfrenta la Iglesia en el continente Latinoamericano. Esta realidad hace necesario plantearse en profundidad las problemáticas y preguntarse cómo el CELAM puede responder a ellas.
La crisis del continente latinoamericano
Los Obispos reunidos en Tegucigalpa expresan que buscan: «Responder con el anuncio del Evangelio a los nuevos desafíos que surgen en este cambio de época, tratando de promover una sociedad más justa y solidaria, a partir de la opción preferencial por los pobres, como Iglesia saliente, que camina hacia el Reino definitivo. Siempre actuaremos en fiel adhesión a la persona del sucesor de Pedro».
Luego, el mensaje de los Obispos destaca las dificultades que América Latina está experimentando actualmente: «Vemos en toda América Latina y en el Caribe el crecimiento de una crisis ética, política, económica y cultural, en la raíz de la cual vemos una fractura antropológica que se manifiesta de muchas maneras», entre las cuales el documento menciona «el machismo que atenta contra la dignidad de la mujer» y «las migraciones forzadas por la pobreza y la violencia».
Los desafíos de las migraciones
Ante el fenómeno de la inmigración, los obispos escriben: «Asumimos los cuatro verbos con los que el Papa Francisco fija su atención en los migrantes: acoger, proteger, promover e integrar».
Los Obispos enumeran los problemas en esta temática: «ideologías deshumanizadoras que debilitan la búsqueda del bien común, el ejercicio de las libertades y el reconocimiento de los derechos humanos». Estas ideologías llegan a menudo a sacrificar a los más pobres, favoreciendo el aumento de desigualdades inaceptables. Abrazamos el dolor de los pueblos y las iglesias que más sufren actualmente: Venezuela, Nicaragua y Haití.
Lucha contra la corrupción
Los Obispos expresan su alarma por el debilitamiento de las democracias en muchos países. El documento también se enfoca en la necesidad de luchar «contra la corrupción», profundamente arraigada en las estructuras sociales, económicas y políticas de los países latinoamericanos, partiendo de «un cambio de mentalidad que lleve a las personas a comprender que su valor no está en el tener sino en el ser; y que su vida se mide no por su capacidad de consumir, sino de compartir».
El mensaje centra su mirada en el «cuidado de la Casa Común», y en la «preocupación y compromiso con la ecología integral». Por esta razón, los obispos latinoamericanos expresan su «comunión» con respecto al Sínodo de Panamazonía del próximo mes de octubre.
La Presidencia del CELAM se compromete a colaborar por «una sociedad más justa y solidaria», en la cercanía a la gente y en particular a los pobres, las mujeres y los jóvenes.
Sinodalidad y restructuración del CELAM
El CELAM ha aprobado también las orientaciones pastorales para los próximos cuatro años, que prevén una profunda revisión de la estructura misma del cuerpo eclesial. En consecuencia, no se ha elaborado un plan pastoral estructurado y orgánico, no se han renovado las comisiones y no se ha elegido a los responsables. En cambio, ocho obispos fueron encargados de elaborar un proyecto para la reestructuración del CELAM.
La asamblea aprobó unas líneas de acción, en las que se prevén numerosos compromisos: de carácter general, para una auténtica conversión según lo previsto por la Conferencia de Aparecida y por el Magisterio del Papa Francisco; de carácter estructural, con una profunda revisión de la estructura del CELAM, llamado a vivir verdaderamente la sinodalidad, a tener relaciones más estrechas con las Conferencias Episcopales, a tener estructuras más participativas y menos clericales.
La asamblea también acordó comenzar a pensar en la celebración de la Sexta Asamblea General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano
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