“Que los hombres y las mujeres de nuestro tiempo contribuyan cada vez más y de modo concreto a fin de que todos puedan compartir los recursos preciosos de la tierra”. Es el deseo que Francisco manifestó a los empresarios participantes en un Encuentro con ocasión de la Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la creación
Al dar su cordial bienvenida (Discurso del Santo Padre) a los empresarios participantes en un Encuentro con ocasión de la Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la creación, el Santo Padre les manifestó su satisfacción por el hecho de que se hayan “puesto en camino para reflexionar este fin de semana y de manera especial hoy, en su Foro romano, sobre la Encíclica Laudato si’, con el deseo de comprometerse más adecuadamente en favor de la sostenibilidad.
Tras agradecer de corazón al Sr. Peter Kurth las palabras de saludo que le dirigió previamente en nombre de todos los presentes, refiriéndose a San Francisco – “el ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad”, tal como él mismo escribe en su Encíclica, el Papa recordó que “para Francisco, todo contacto con las personas y las cosas concretas se convertía en un encuentro con el Creador”. Y dijo que “de su fe en Dios se derivó su misión por la justicia, por la paz y por el respeto de la creación”.
Por esta razón añadió que cada uno de nosotros tiene responsabilidad por los demás y por el futuro de nuestro planeta, del mismo modo que la economía debe servir al hombre y no explotarlo o robarle sus recursos. A la vez que destacó que hoy estamos llamados a servirnos de las posibilidades que la tecnología pone a nuestra disposición, con una buena utilización de los recursos, ayudando de modo especial a los países más afectados por la pobreza y el deterioro a embocar el camino de la renovación y de un desarrollo sostenible e integral.
Por último, el Pontífice manifestó su deseo de que los hombres y las mujeres de nuestro tiempo, reconociéndose todos hijos e hijas del Padre y Creador que está en los cielos, contribuyan cada vez más y de modo concreto a fin de que todos puedan compartir los recursos preciosos de la tierra.
Y se despidió animándolos a seguir ofreciendo su aportación para esta finalidad, e invocando sobre ellos y su trabajo la bendición del Señor. “¡Muchas gracias – les dijo Francisco – y recen por mí! (Vatican News)
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