21 de mayo día de San Eugenio de Mazenod.

Quien era San Eugenio de Mazenod.

Eugenio de Mazenod, tal vez para muchos puede ser un hombre muy desconocido y además que no está entre los santos más famosos. Pero justamente es por eso, que hoy nos acercamos a conocer algo de su vida de este hombre apasionado por Cristo y su Iglesia.  San Eugenio de Mazenod, fundador de los Misioneros Oblatos de Maria Inmaculada y declarado Santo el 3 de diciembre de 1995 por el Papa Juan Pablo II.

Carlos Eugenio de Mazenod nació en un 1 de agosto de 1782 nace en Aix en Provenza. Era el hijo de padres aristocráticos adinerados. Su padre, Charles Antonio de Mazenod, un noble francés era Presidente del Parlamento de Aix y su madre Maria-Rosa Joannis descendiente de prósperos comerciantes, pertenecía a la nueva clase burguesa de Francia.  Pero por razones de la situación que vivió Francia durante la Revocación francesa han tenido que vivir situaciones dramáticas, al igual que muchas familias francesas. A raíz de esta realidad a muy corta edad, Eugenio tendrá que experimentar el exilio. Porque sus padres decidieron escapar de Francia a Italia el 1791.

Durante este tiempo fue participe en Italia de muchas experiencias diferentes porque tuvo que vivir en varios lugares, sin embargo, por lo menos pudo estudiar en un colegio de Nobles de Turín, donde recibió también las primeras enseñanzas religiosas hasta hacer su primera comunión. Después tuvo que ir a otra ciudad, esta vez era Venecia donde conoció a un sacerdote que se hizo su amigo, era el padre Bartolo Zinelli. Eugenio aprendió de padre Zinelli muchas cosas de la fe, es más le inculco la vocación sacerdotal. En muchos de sus estudios esto sobresale esta experiencia y encuentro que tuvo en esos años, que posteriormente, le serian su referencia vocacional.

Ya más joven y deseo de su país. Volvió a Francia el 1802. Para ese entonces ya su país había mejorado, por lo menos ya termino la persecución, la situación financiera poco a poco fue mejorando, su madre había recuperado parte de sus bienes. Como joven intento diseñar su vida futura, pero no le fue muy fácil. Por otra parte, sus confusiones personales y su deseo que había nacido en Italia, le ha perseguido, es así que él decide seguir las palabras de Cristo y de su iglesia. Porque veía en su país una gran desolación. Según los cañones y diarios de Eugenio su experiencia con la Pasión de Cristo, le marcó mucho y profundamente. En sus relatos cuenta como vivió esta experiencia con el Cristo que dio la vida por la humanidad. Es así que en 1808 decide entrar en el seminario de San Sulpicio, París, decidió ser sacerdote. Su única experiencia fuerte era la que vivió con Padre Zinelli y ese marco su vida entera.

En el seminario de San Sulpicio estudio hasta ser ordenado en 1811 en Amiens. Pero desde sus primeros años de ministerios él vivía la aflicción frene a toda la realidad que vivía. Por lo que, para Eugenio, restaurar la fe de la iglesia sería lo más importante. Veía mucho abandono del pueblo hacia la iglesia y las mismas políticas secuelas de la revolución estaban en todos los espacios.

Sus primeros sueños fueron estar con la gente marginal, de la periferia de francesa y esto le llevó a experimentar un ministerio sacerdotal misionero diferente, muy encarnado en las realidad de los más abandonados de la sociedad.

Cuando volvió a su ciudad natal 1812, quiso vivir su ministerio con toda la experiencia vividas, su amor a los sencillos y la cercanía a ellos le marca una nueva identidad de ser iglesia. No acepta asumir responsabilidades pastorales en parroquia, su ministerio consiste en intentar llegar a aquellas personas a las que no llega la estructura de la Iglesia: los pobres que hablan solo provenzal, los jóvenes, los prisioneros, los habitantes de pequeños pueblos descuidados. Ese su amor a los abandonados, marcara la identidad y contagiara a muchos otros jóvenes.

Su inquietud por cambiar la suerte de los pobres, su apasionado amor a la iglesia le llevo a reunión un grupo de jóvenes valientes y con el mismo sueño, decide con ellos fundar un grupo de misioneros para ir a los más pobres y dedicarse a los abandonas. Por eso en 1816 nacerán, los que hoy son los Misioneros Oblatos de Maria inmaculada. Nace inicialmente como los misioneros de Provenza, porque decía que era importante vivir la misión, desde los que no son escuchados. Había aprendido hablar el provenzal, era el idioma de la gente sencilla. Por eso su mayor compromiso con la gente sencilla. Por qué a los pobres pocos quieren servir.  

Eugenio de Mazenod era muy dinámico en la acción misionera de su tiempo y además contagio a varios sacerdotes. En 1823 le nombran Vicario General de Marsella, lo cual le permite hacer realidad muchos de sus sueños. Hacer que la iglesia esté al servicio de los pobres y hacer que la experiencia misionera y de cercanía a la gente, eso fue su baluarte.

No tenía mucho protocolo, era sencillo, cercano, pero apasionado por la iglesia y su restauración- Ya en 1824 reconocieron sus reglas y constituciones, desde ese momento ya eran los Misioneros Oblatos de Maria Inmaculada. Pero en 1832 sería elegido como Obispo de Icosia, con sede en Marsella y en 1837 es nombrado Obispo titular de Marsella.

Su ministerio fue muy especial y se dieron mucho símbolo del caminar de una iglesia renovada y dinámica. Aunque por su carácter muchas veces tuvo algunas dificultades, sin embargo, su amor a la misión le abrió nuevos horizontes. 

Su contacto con algunas iglesias locales y fuera del país, le permitirá mirar en perspectiva la misión. Muchos decían que su nombre se había propagados por otros países y le pidieron misioneros, es así, que él, envió a los primeros misioneros fuera de Francia,  en el años 1841. Los primeros misioneros Oblatos fueron al Canadá, luego seria a Irlanda e Inglaterra. Pero la expansión misionera empezó y logra tener contacto con muchas otras iglesias del mundo y tenía comprometido enviar misioneros.

Eugenio tuvo un carácter muy fuerte pero también muy audaz para las misiones, cuando se enfermó, el ya con pocas fuerzas vivía claramente los momentos de la mortificación y anonadamiento a Dios. En ningún momento perdió el conocimiento, al contrario, que quería ser testigo de su propia muerte, sentir claramente que su partida es real. Es tan típica esa frase que están inscritas en todos los documentos. ¡El decía que «¡Si me adormezco o me agravo, despertadme, os lo ruego, quiero morir sabiendo que muero! Pero antes de morir también, Eugenio dejó un legado, el amor al pobre y la expansión misionera, pero como era una congregación pedía a todos sus hermanos misioneros, que entre todos sean caritativos, misericordiosos. Por eso la frase, que ningún oblato olvida, y es la inspiración a la vida comunitaria.  «Practicad entre vosotros la caridad, la caridad, la caridad; y, fuera, el celo por la salvación de las almas.» Eugenio de Mazenod se murió el 21 de mayo de 1861, era un martes después de Pentecostés mientras se entonaba un canto a la Virgen Maria, “Salve Regina”, por eso es que los Oblatos, en todas las ceremonias impotentes, los cantan para unirse al momento de la partida en santidad de Eugenio de Mazenod.

Los misioneros Oblatos de Maria Inmaculada se expandieron por todo el mundo. Eugenio de Mazenod dejo un cuerpo de misioneros también apasionados de Cristo. Eugenio de Mazenod, 1975 es beatificado por el papa Pablo VI, quien de una forma tal abierta lo dijo que los Misioneros oblatos tenían a su fundador como «Misionero apasionado por Cristo y por la Iglesia » Después de varios años en 1995, seria canonizado por el Papa Juan Pablo II.

Todos los 21 de mayo se celebra el día de San Eugenio de Mazenod, porque es su dia del encuentro con el padre, en el altar del cielo.

Por: Guillermo Siles Paz, OMI

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